Madero intentó postegar la votación, y los panistas casi llegan a los golpes con el PRI
Aprueban la ley de extinción de dominio; se le cayó el teatro a AN, afirman priístas
Gobernación tiene reservas en dos artículos, argumentaba el presidente del Senado
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
La Cámara de Senadores aprobó ayer la Ley de Extinción de Dominio, después de un enfrentamiento verbal entre PRI y PAN que estuvo a punto de llegar a los golpes, debido al intento del presidente del órgano legislativo, el panista Gustavo Madero, de postergar la votación del dictamen aprobado en comisiones una noche antes.
“¡Se le cayó el teatro al dirigente nacional del PAN!”, Germán Martínez, resumió ante el pleno el priísta Jesús Murillo Karam, durante la discusión de la ley, aprobada después de las cinco de la tarde con 87 votos en favor y ninguno en contra.
Pero las cinco horas anteriores fueron de lucha frontal entre PRI y PAN, de tensión, forcejeos y empellones. Pasado el mediodía, los priístas obligaron a Madero a decretar un receso, en razón de que el blanquiazul saltó del orden del día la discusión del dictamen sobre la ley de extinción de dominio, con el argumento –según acusaron los priístas– de que la Secretaría de Gobernación no estaba de acuerdo con dos artículos.
Los senadores del PRI se le fueron encima. Antes de que comenzara la sesión, dentro del recinto, Beltrones detuvo a Madero y le reclamó por qué quería postergar la aprobación de esa ley, que otorga al gobierno federal instrumentos para apropiarse de los bienes de la delincuencia organizada, a pesar de que el acuerdo era dispensar primera y segunda lecturas y aprobarla ayer mismo.
El panista no hizo caso, se saltó del orden del día el dictamen y toda la bancada priísta, de pie, le reclamó: “¡La presidencia está haciendo trampa!”, gritó desde su escaño Manlio Fabio Beltrones, seguido por Jesús Murillo Karam y Francisco Labastida Ochoa, quienes señalaban con el dedo índice a Madero y lo cuestionaban: “¿De quién era la prisa?”
Uno de los más aguerridos, Fernando Castro Trenti, presidente de la Comisión de Estudios Legislativos, alzó una copia del dictamen y advirtió: “Debe ser una instrucción de Germán Martínez”, mientras los priístas coreaban: “Trampa, trampa, trampa”.
Madero intentó seguir con la sesión a pesar de la furia priísta, que exigía un receso para discutir el tema. Cedió la palabra al senador Ricardo Monreal, inscrito para otro tema, pero éste se negó a hablar.
Por momentos la sesión se volvió ingobernable, porque a cada intento de Madero de reanudar los trabajos y dejar fuera la ley de extinción de dominio, sobrevenía una rechifla y la negativa de los senadores del tricolor.
Intervino el panista Ricardo García Cervantes y salvó la situación que enfrentaba Madero, al proponer que se votara la solicitud de decretar un receso.
“¡Muchacho pendejo!”
La oposición se impuso, pero continuaron las fricciones. El presidente de la Comisión de Justicia, Alejandro González Alcocer, fue a reclamar a Murillo Karam, quien estaba con varios priístas y con el senador Manuel Velasco, del PVEM. La discusión subió de tono.
González Alcocer perdió los estribos. Velasco le exigió respeto y que no le gritara a Murillo Karam, y en respuesta el panista le propinó una patada, le advirtió que no se metiera: “¡Muchacho pendejo, no me toque!”, y lo retó a golpes. Santiago Creel se llevó a su compañero de bancada antes de que se desatara una pelea campal.
En tanto, Castro Trenti insistía en “las trampas” del PAN y reveló que Madero argumentó que no se votaría ayer la ley de extinción de dominio porque la Secretaría de Gobernación “tiene reservas” en dos artículos.
“¿Desde cuando la Secretaría de Gobernación legisla?”, preguntó Labastida, y otros priístas comentaban que Madero pretendía dejar dos semanas más a Germán Martínez Cázares para que siguiera la “guerra sucia” contra el PRI. Hasta Monreal se solidarizó con los del tricolor.
Sólo los senadores del PRD se mantuvieron impasibles, viendo cómo peleaban los hasta poco tiempo aliados. “¡Se acabó la familia feliz!”, manifestó el perredista Graco Ramírez.
Casi una hora después, cuando en la Junta de Coordinación Política Beltrones, con apoyo de PRD, PT, PVEM y Convergencia, logró que se acordara votar el dictamen, se reanudó la sesión, pero ya no la presidió Madero.
No hubo debate, pero cada grupo parlamentario fijó postura. Por parte del PAN, García Cervantes reconoció el “esfuerzo colectivo” para enriquecer la iniciativa presidencial. “Se da un paso al frente en unidad con la unidad nacional, para decir: rompemos el espinazo del crimen organizado quitándole los bienes producto de sus delitos, de su violencia, de su cinismo.”
Y en alusión a Murillo Karam, señaló: “Creo que al final de esta jornada, sin reservas y con honor, puedo comprometerme con ustedes a que estemos pendientes, desde nuestra facultad, para ver la evolución de esta nueva institución jurídica”.
Antes, Murillo Karam dejó en claro que la actitud de los senadores del PAN “fue ejemplar”. Enfocó sus baterías contra el dirigente panista, Germán Martínez, al que acusó de “pretender utilizar políticamente” la aprobación de la ley de extinción de dominio “para efectos de tipo electoral”.
Agregó: Martínez Cázares “llegó a extremos verdaderamente groseros para después llamarse insultado”. Con la mentalidad de un “déspota” y “autoritario”, pretendió “tratar al Senado como su empleado, al decir cállense y aprueben”. Destacó que, finalmente, “se le cayó el teatro y hoy quedó en su lugar”.
El también secretario general del PRI dijo que en la planilla que el PAN publica como inserción pagada en varios medios –con una imagen de los priístas que le han respondido– falta “la foto del provocador”.
Por la noche Madero se comunicó vía telefónica a la sala de prensa del Senado para desmentir el rumor de que había sido internado por una crisis debido a la presión que vivió ayer.
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