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domingo, 28 de noviembre de 2010

Peña nieto y su show-bodorrio

Peña Nieto: su boda-show, al filo del pecado

Jenaro Villamil
PROCESO

La telenovela romántico política fabricada por Televisa y el gobierno del Estado de México llegó a su culminación el pasado 27 de noviembre –si bien está lejos de haber terminado– con la boda de Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, y la actriz de Televisa Angélica Rivera: un show frívolo promovido y desplegado en los medios de comunicación; en suma, parte de una cuidadosa estrategia del mandatario mexiquense para catapultarse como candidato presidencial en el 2012.

MÉXICO, D.F., 27 de noviembre (Proceso).- Desde su inicio, tanto el noviazgo como la boda religiosa que culminó este sábado 27 de noviembre entre el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto y la actriz Angélica Rivera han estado teñidos por la polémica, por el cálculo mediático-electoral de la empresa Televisa y del principal aspirante presidencial del PRI, así como por las contradicciones de las autoridades de la Iglesia católica frente a la duda de si la anulación del matrimonio entre La Gaviota y el productor José Alberto El Güero Castro fue real.
Esta especie de reality show orquestado en torno a la figura del mandatario estatal y la protagonista de melodramas televisivos comenzó en abril de 2008 cuando Angélica Rivera aceptó acudir a una cita privada con Peña Nieto por intermediación de Manuel Cavazos Melo, experto en cabildeo y relaciones públicas.

Cavazos Melo era amigo y empleado del publicista Juan Carlos Limón, de la empresa ByPower, e hijo de Manuel Cavazos Azcárraga, emparentado con el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean.

Licenciado en derecho por la Universidad Iberoamericana y candidato a doctor en administración pública por la Anáhuac, de los Legionarios de Cristo, Cavazos Melo fue director de Relaciones Gubernamentales de ByPower y, por lo tanto, intermediario en varios de los convenios publicitarios con el gobierno del Estado de México.
Cavazos tenía una relación cercana con Maritza Rivera, hermana de la actriz, y a través de ella le sugirió que La Gaviota aceptara una cita con Peña Nieto como parte de una estrategia de promoción.

El supuesto “flechazo” entre ambos personajes en realidad fue parte del proyecto de asesoría y mercadotecnia política que Peña Nieto contrató con ByPower y la empresa TV Promo (de Alejandro Quintero, vicepresidente de Comercialización de Televisa) para aminorar las dudas generadas por las versiones contradictorias en torno a la muerte de la esposa del gobernador mexiquense, Mónica Pretelini, ocurrida el 11 de enero de 2007.

Extracto del reportaje que se publica en la edicion 1778 de la revista Proceso, ya en circulación.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Librerias "el zotano" maltrata a empleados


Librerías El Sótano trata a sus empleados como ladrones en potencia

Juan Pablo Proal
PROCESO
MÉXICO, D.F., 19 de noviembre (apro).-

Sus compañeros de trabajo del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) campus Puebla le prepararon una despedida con dos pasteles, uno de chocolate y otro de naranja. Estaban extrañados, no entendían por qué Federico abandonaba el puesto de bibliotecario referencista.

“Mi vida son las librerías”, explicó Federico de Jesús Flores a su jefa inmediata. Dejaba un trabajo estable con prestaciones superiores a las de la ley para perseguir la ilusión de competir por una futura gerencia de la librería El Sótano.

A Federico le ofrecieron el puesto de gerente de piso en la primera sucursal de El Sótano en Puebla, inaugurada el pasado 15 de julio. El contrato preveía un sueldo de 5 mil pesos mensuales más comisiones; juntos, sumaban unos 8 mil pesos.

Federico de Jesús Flores tiene 33 años de edad. Es egresado de la carrera de Diseño y Producción Publicitaria por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. Su pasión es servir a los lectores más exigentes. Pasó por las librerías Profética y Gandhi, en esta última duró tres años como jefe de piso del área de ficción y no ficción.

Federico no anticipó que su estancia en El Sótano sería de sólo un mes. Hoy en su despensa sólo tiene unas cuantas bolsas de pasta y unas latas de atún que, con meticulosa angustia dosifica para terminar con algo en el estómago en este fin de año.

El viernes 29 de octubre Isis Jiménez, supervisora de sucursales de El Sótano, le ordenó a Federico trasladarse al día siguiente a la ciudad de México para recibir un curso en capacitación “sobre cajas”.

A Isis no le importó que Federico debiera asistir a la Universidad Iberoamericana de Puebla para entregar los avances de su proyecto final de tesis para graduarse de maestro en Letras Iberoamericanas.

Al día siguiente Federico se levantó a las cinco de la mañana. Tomó el camión Estrella Roja de las 6 y pasadas las nueve de la mañana llegó al DF con toda la intención de aprender el “manejo de cajas”.  En lugar de la capacitación, Isis Jiménez y Arturo García, encargado del departamento de recursos humanos de El Sótano, le tenían reservada una noticia.

--¿Estás a gusto en la librería? –preguntaron con dejo de malicia.
--Sí, claro.
--¿No has notado alguna anomalía?
--En lo absoluto.

Arturo García no terminaba el interrogatorio cuando prendió su computadora y puso en altavoz una conversación telefónica que había realizado Federico desde la sucursal de El Sótano.

En la charla, Federico le preguntaba a un trabajador de Gandhi si contaban con dos títulos que no tenían en existencia en El Sótano. Un cliente había preguntado por material que no tenían en la sucursal.

“En ese momento yo estaba sorprendido por lo ocurrido y sólo pude argumentar que había llamado a otra librería porque en uno de los casos, el libro no estaba en Puebla, pero al cliente le urgía. En otro porque de plano no estaba en ninguna sucursal de El Sótano. Llamé para que se le consiguiera el libro al cliente, al menos para brindarles ese servicio, cosa que siempre he hecho.

Federico se asume como un librero de vocación. Para ser bueno en el oficio, evalúa, “hay que preparar al personal que vende libros no sólo en técnicas de ventas; también ponerlo a leer y desarrollar cierta empatía para con el cliente; convertirse en un verdadero amigo de quien compra un libro: una propuesta a todas luces humanista, el dinero viene como consecuencia”.

En El Sótano no lo entendieron así, y en cambio le obligaron a firmar su renuncia aduciendo traición a la empresa.

No era la primera humillación que Federico había sufrido por parte de El Sótano. Antes de salir a su casa y después de comer, el personal de seguridad lo cateaba, como al resto de sus compañeros, para verificar que no se robara ningún libro. A todos los trataban como posibles ladrones.

Las compañeras de trabajo de Federico se quejaban también que una de las mujeres guardia abusaba del tacto cuando las cateaba para ver si no habían hurtado algún libro; es decir, la celadora aprovechaba su puesto de poder para tentonear a las chicas.

El jueves 18 de noviembre a Federico le obligaron a firmar que terminaba la relación laboral por “mutuo acuerdo”. De oponerse, el librero no recibiría el pago de sus comisiones, condición indispensable para por lo menos abastecerse de los mínimos víveres. Accedió contra su voluntad.

Federico perdió su trabajo estable en el ITESM y todavía no asimila muy bien qué y cómo ocurrió. Ahora es uno más de los desempleados del sexenio. Se le pregunta si está dispuesto a presentar un recurso legal, pero el temor lo acecha:

“Lo haría, pero temo represalias por parte de El Sótano. De entrada que no pueda contratarme por mucho tiempo en otro lugar. Firmé un documento, a cambio de mi pago de comisiones, donde dan por hecho que la decisión de quedar fuera de la empresa es por ‘acuerdo mutuo’ y donde dice que no tengo ‘nada que reclamarle a esta’. Así, ellos tienen la sartén por el mango y si no accedía no me pagaban mis comisiones.
“Por el momento no lo haré; pero no puedo quedarme callado, por eso recurrí a Proceso”.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Un asesino anda suelto...


El legado de Ulises

José Gil Olmos
PROCESO
MÉXICO, D.F., 17 de noviembre (apro).-

Ulises Ruiz dice en la televisión que fue un orgullo ser gobernador de Oaxaca en los últimos seis años, y que, a pesar de que algunos grupos quisieron deponerlo, sus gobernados lo impidieron. “Pronto nos veremos”, afirma al final de su mensaje, dejando ver que seguirá actuando en la política con nuevos espacios de poder.

 El cinismo ha sido una de las características que Ulises Ruiz ha mostrado desde joven, cuando era el operador electoral más avezado del equipo de Roberto Madrazo y de César Augusto Santiago. Desde mediados de los noventa ya se distinguía por ufanarse de saber cómo realizar un fraude electoral sin que hubiera réplicas de la oposición; con esas credenciales llegó a gobernar Oaxaca en 2004, dejando tras de sí una estela de violaciones a los derechos humanos, muertes, represión, impunidad y corrupción como ninguno otro de los gobernadores de esta entidad.

En la edición más reciente de la revista Proceso (número 1776) el corresponsal en Oaxaca, Pedro Matías, da cuenta de la larga lista negra que Ulises Ruiz dejará al nuevo gobernador, Gabino Cué, quien tiene ante sí la responsabilidad de dar una respuesta firme a las peticiones de justicia que los oaxaqueños han lanzado desde que el pasado 4 de julio perdiera el PRI las elecciones, por primera vez en 80 años de gobierno ininterrumpido.

Las cifras que aparecen en el historial negro de Ulises son una expresión del terror con el que gobernó y que con todo cinismo pretende hacer una virtud dentro del PRI: 200 asesinatos de luchadores sociales, políticos opositores y representantes indígenas; más de 600 detenciones, 380 casos de tortura, siete desapariciones forzadas, secuestros, cuatro periodistas asesinados.

En el reportaje se señala que también permanecen sin cumplir mil 264 medidas cautelares dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor de periodistas, activistas, sacerdotes y pueblos enteros, lo mismo que las nueve solicitudes de juicio político contra Ulises Ruiz que no prosperaron y 40 controversias constitucionales interpuestas contra el gobernador por la destitución de funcionarios, discrepancias en la asignación de recursos públicos a los municipios y la revocación del mandato constitucional, principalmente de presidentes municipales.

El saldo negativo del gobierno de Ulises Ruiz no esta sólo en la parte social y de derechos humanos, también en las finanzas que han sido manejadas con dolo a favor de su familia y sus amigos.

Recientemente, a mediados de septiembre, fueron detenidos Daniel García Teurel Ortega y Martha Ortega Habib, hermana y sobrino del secretario de Finanzas del estado, Miguel Ángel Ortega Habib, por el delito de operación de recursos de procedencia ilícita. Ambos detenidos no pudieron explicar el origen de mil millones de pesos que tenían en sus manos.

El monto fue más de lo que reportó la Procuraduría General de la República. Según los legisladores del PAN y PRD en el Congreso de Oaxaca, en realidad se investigaban 4 mil 800 millones de pesos que fueron detectados en las cuentas bancarias de los familiares de Ortega Habib.

Desde el inicio, el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz ha estado salpicado por este tipo de escándalos financieros. Habría que recordar el reportaje publicado en Proceso por la reportera Patricia Dávila sobre el hospital privado SEDNA con un costo de mil 500 millones de pesos instalado en la Ciudad de México sin que haya claridad en el origen de los recursos utilizados. Dicho hospital está a nombre María de Lourdes Salinas Ortiz, esposa de Ulises Ruiz.

También los gastos erogados en la reconstrucción del Zócalo de la capital oaxaqueña a una constructora de su propia familia; igualmente los mil millones que gastó en la Ciudad Judicial, 11 millones 400 mil pesos que destinó a pueblos que integran la Ruta Dominica y 6 mil millones que deja como deuda pública por la firma de Contratos de Servicios de Largo Plazo, mejor conocidos como PPS.
Paradójicamente mientras hizo esos gastos extraordinarios sin ofrecer un reporte claro, Ulises Ruiz privó al ayuntamiento de Oaxaca de Juárez de más de 44 millones de pesos de recursos federales, lo cual generó un colapso financiero en la capital del estado, al grado de no tener ni para pagar el alumbrado público.

En sus últimos días Ulises Ruiz se ha dedicado a difundir una serie de mensajes como despedida de su gestión de seis años. En uno de ellos, acusa la existencia de “grupos” que tenían paralizado al estado pero que gracias a su gobierno, esto se superó y ahora Oaxaca está listo para seguir creciendo en paz; en otro anuncia que “pronto nos veremos”.

Esto es, quizá, lo que muchas organizaciones y personas lastimadas por su gobierno espera, pero verlo pronto ante tribunales judiciales, a fin de que responsa a todos y cada uno de los agravios. Si, pronto nos veremos, pero para ajustar cuentas con la justicia. 

lunes, 8 de noviembre de 2010

Iniciativa México..el gran fraude

Pues sí: la fraudulenta Iniciativa México

Álvaro Delgado
PROCESO
MÉXICO, D.F., 8 de noviembre (apro).-

Quizá sólo quienes se la pasaron pegados a la pantalla de televisión durante tres meses, teleadictos del más reciente talk show filantrópico ideado por Televisa y sus secuaces, podrían concluir sin vacilación que Iniciativa México “nos pertenece a todos” y que tras su conclusión, este domingo 7, la nación es otra. Pero el resto sabemos que, efectivamente, fue un fraude.

    Una estafa, una más del entramado de intereses que preside Televisa.

    Ni siquiera el aumento a los premios, que en el inicio contemplaba para el primer lugar la ridícula cifra de 2 millones de pesos y un millón para cada uno de los otros cuatro finalistas, pudo darle un significado distinto al de un espectáculo televisivo de impostada caridad.

    El objetivo de Televisa, Televisión Azteca y los medios coludidos fue, desde el principio, muy claro: Hacer sentir otra vez de manera abierta su poder y, después de una inversión de 58 millones de pesos –con los que premiaron a 50 participantes--, garantizarse recursos del Estado para hacerse pasar por muy justicieros.

Y lo lograron: El modelito instaurado por Enrique Peña Nieto, quien la semana pasada hizo aprobar al Congreso local la entrega de 73 millones de pesos anuales hasta el 2022 al Teletón –otro invento de Televisa y sus secuaces--, ya fue imitado por Felipe Calderón, quien prometió entregar un peso por cada uno de los entregados por Iniciativa México a los ganadores y, como el gobernador del Estado de México, adelantó que para los concursos siguientes aumentará a dos pesos lo aportado por el gobierno.

Un aspirante presidencial que tampoco desaprovechó la cadena nacional de televisión para quedar bien fue el priista Manlio Fabio Beltrones, y retó a Calderón a financiar 100 proyectos de Iniciativa México con recursos gubernamentales.

Así, el poder mediático podrá disponer de recursos del Estado para su causa filantrópica a que palian lacras sociales, mientras encubre y justifica las políticas que las generan.

No podía ser de otro modo si los promotores de la Iniciativa México son los magnates que se han enriquecido con el despojo del patrimonio nacional, los monopolistas que aplastan cualquier competencia y que aniquilan cualquier intento que ponga en riesgo sus intereses.

    Fue de risa ver a Claudio X. González, operador de Carlos Salinas, evaluar los proyectos de los finalistas, junto a empresarios como Armando Paredes, expresidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el organismo cúpula que violentó la ley electoral en 2006 con toda impunidad.

    Y algo al mismo tiempo triste e indignante: El rector José Narro usó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para convalidar la estafa de Iniciativa México, por lo visto con un lucro para sus particularísimas ambiciones.

     Por supuesto, no está en entredicho el trabajo social de los cuatro finalistas y seguramente es también inobjetable la mayoría de los 47 mil proyectos inscritos, cuya vigencia no obedece a salir en la tele, sino a un compromiso con la comunidad. A ellos, felicidades.

    Ya se oyen los maullidos de los gatos…

Apuntes

Hablando de fraudes, en la edición de Proceso de esta semana, en que celebra el 34 aniversario de su fundación, se acredita cómo César Nava falsificó la mayor parte de supuestos 371 mil nuevos militantes del PAN en la campaña de afiliación que lanzó hace un año. Se afiliaron apenas 81 mil ciudadanos, una quinta parte de lo pregonado por él. En efecto, al inicio de la campaña nacional de afiliación denominada “Entra en acción”, que se inició el 22 de noviembre y concluyó el 6 de diciembre de 2009, el PAN tenía registrados un millón 50 mil adherentes y ahora, según cifras del Registro Nacional de Miembros (RNM), actualizadas al 27 de octubre de este año, sólo están registrados un millón 131 mil 866 adherentes, es decir, apenas 81 mil 866 militantes más de los que había al iniciar la campaña…

Comentarios: delgado@proceso.com.mx

viernes, 5 de noviembre de 2010

Gel Boy regala dinero de contribuyentes a televisa


Asegura Peña Nieto donaciones al Teletón hasta 2022

La Redacción
PROCESO
MÉXICO D.F., 4 de noviembre (apro).-

 La mayoría priista en el  Congreso del Estado de México aprobó hoy una iniciativa que autoriza al gobierno de Enrique Peña Nieto a ampliar los donativos a la Fundación Teletón hasta el año 2022.

Las aportaciones pactadas a la agrupación civil dirigida por Televisa serán de 73 millones de pesos anuales a partir del 2012, aunque éstas podrían incrementarse en proporción directa con el índice de precios al consumidor.

La aprobación de dicha ley, que compromete a las dos siguientes administraciones estatales, ocurrió casi al mismo tiempo en que el gobernador Peña Nieto, el cliente predilecto de Televisa, visitara la Cámara de Diputados para solicitar recursos adicionales por 34 mil millones de pesos para el próximo año.

La iniciativa fue aprobada por la mayoría priista, más los votos de sus aliados, el PVEM, Nueva Alianza. Los diputados de Convergencia y el PAN completaron los 56 votos a favor.

El PT y el PRD votaron en contra. Los perredistas dijeron que con esa iniciativa Peña Nieto busca quedar bien con en con Televisa.

Y razón no le falta. El reportero Jenaro Villamil documentó en la revista Proceso el pasado 3 de octubre (número 1770) la relación estrecha relación que mantienen Peña Nieto y Televisa.

Por ejemplo, el 24 de septiembre, cuando arreciaban las críticas en el Senado y la Cámara de Diputados contra el gobernador mexiquense por las reformas para modificar la Constitución estatal y la ley electoral, la revista Caras de Televisa publicó un publirreportaje sobre la boda de Peña Nieto con la actriz Angélica Rivera. El material ocupa 24 páginas e incluye fotos de la pareja, así como la fecha del enlace religioso: 27 de noviembre.

Televisa salió una vez más al quite de su cliente consentido. Gracias a Caras, el romance de Peña Nieto y La Gaviota volvió a ser mencionado en programas de espectáculos del consorcio.

Apenas un mes antes, Peña Nieto gastó 92 millones de pesos en los canales de Televisa para difundir un spot de 43 segundos, en la víspera de su quinto informe de gobierno, así como los anuncios de “los 600 compromisos cumplidos” (Proceso, 1766).

La batuta de Televisa se dejó sentir desde la ceremonia del 5 de septiembre en el Teatro Morelos. El vicepresidente Comercialización del corporativo y accionista de la empresa TV Promo, Alejandro Quintero, junto con el productor Pedro Torres, socio de la firma The Mates Group, también vinculada al “canal de las estrellas”, fueron los encargados del montaje y del guión del quinto informe de gobierno.

Los productores de Televisa desplazaron a los responsables de la Televisión Mexiquense. Dos dos días antes del informe, una unidad móvil con 16 cámaras, dos grúas y un teleprompter de la empresa arribaron al Teatro Morelos para que Peña Nieto pudiera leer de manera fluida el discurso.

En su mensaje central, el gobernador mexiquense advirtió que una posible alianza PAN-PRD para lso comicios locales de 2011 puede constituir una amenaza mayor de el crimen organizado.

El equipo de Alejandro Quintero y TV Promo no sólo asesora a Peña Nieto para desviar la atención con el romance y la futura boda eclesiástica con la actriz Angélica Rivera, también puso a su dispocisión toda la mercadotecnia para apuntalar la figura del priista en las encuestas.

Versiones recabadas entre las propias empresas de consultoría y mercadotecnia señalan que a través de Quintero, Televisa ha unificado a las principales encuestadoras para colocar a Peña Nieto por arriba del índice de aceptación de 50%.

Entre esas encuestadoras están GEA-ISA y el Grupo de Comunicación Estratégica, dirigida por el exsecretario particular de Ernesto Zedillo, Liébano Sáenz, y el coahuilense Federico Berrueto.

Reforma y la empresa Demotecnia, de María de las Heras, se salieron de ese “consenso”. El 24 de mayo incluso declaró al periódico español El País que Peña Nieto tuvo una fuerte caída a raíz del caso Paulette.
A la pregunta de “después de ver cómo manejó la Procuraduría estatal el asunto de la niña Paulette ¿su opinión sobre el gobernador Enrique Peña Nieto es mejor o peor?”, 45% contestó que peor y 12% “igual de mala”.

Dos meses antes, De las Heras rompió de manera abrupta con Milenio diario, cuando le ordenaron compartir el espacio con la encuestadora de Sáenz y Berrueto. En una carta difundida el 16 de marzo, De las Heras afirmó que se negaba a trabajar con Liébano Saénz, “cuyo profesionalismo y capacidad para realizar estudios demoscópicos he puesto en entredicho públicamente”.

Sáenz se reúne con frecuencia en las oficinas de Alejandro Quintero, en Televisa, y en sus colaboraciones en Milenio diario insiste en que es irrefrenable el avance de Peña Nieto rumbo a 2012.

Su sondeo difundido el 25 de agosto daba al priista mexiquense una preferencia de 50.7% frente a 14% del panista Santiago Creel y 10.3% del perredista Ebrard. Si López Obrador fuera el candidato, Peña Nieto ganaría con 53.9%, mientras que López Obrador tendría sólo 9.8%.

Cuatro días después, el 29 de agosto, el periódico Reforma publicó otra encuesta que contrastó con las cifras de Gabinete de Comunicación y Estrategia (GCE): Peña Nieto tenía 43% de preferencias (casi siete puntos por debajo de la mayoría de encuestadoras), López Obrador 24% y Creel 15%.

jueves, 4 de noviembre de 2010

72 migrantes

72 migrantes

José Gil Olmos
PROCESO
MÉXICO, D.F., 3 de noviembre (apro).-


 “Buenos días memoria terca…”, así inicia uno de los tantos poemas que escribió Jaime Sabines y que ahora podemos retomar para hablar del homenaje que recibieron los 72 inmigrantes centro y sudamericanos que fueron asesinados en Tamaulipas, y cuyos verdaderos responsables siguen gozando de la impunidad.

         El 23 de agosto pasado fueron encontrados los cuerpos masacrados de 58 hombres y 14 mujeres en el rancho de San Fernando, Tamaulipas. Eran inmigrantes que, de acuerdo con un sobreviviente, se negaron a trabajar como sicarios para Los Zetas y por ello fueron ejecutados a mansalva.

La noticia de la matanza fue conocida internacionalmente y generó repudio y condenas. Pero no pasaron muchos días para que esta terrible acción fuera sepultada por otro alud de matanzas ocurridas en otros lados del país.

Ante el riesgo de caer en el olvido o, aún peor, en el hartazgo de la violencia cotidiana, la periodista mexicana Alma Guillermo Prieto lanzó una convocatoria para construir un altar virtual y, posteriormente,  una ofrenda, en memoria de los 72 inmigrantes asesinados por Los Zetas. Se trataba de un homenaje y de un llamado a la memoria contra el olvido.

La respuesta fue inmediata. Fotógrafos, periodistas, diseñadores, músicos y escritores enviaron sus trabajos, que dieron forma a la página http://www.72migrantes.com/ en la que se puede ver y leer un poco de la historia de cada uno de los asesinados o lo que evocaron a quienes escribieron sobre ellos, sin tener siquiera su nombre registrado, pues hasta la fecha muchos de ellos no han sido identificados.

La página electrónica es una “capilla virtual” dedicada a la memoria de los 72 inmigrantes que dejaron a sus familias en Honduras, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Brasil, en busca de una mejor situación de vida en Estados Unidos, para lo cual tuvieron que atravesar el territorio mexicano, donde la mayoría de inmigrantes son presa de asesinatos, asaltos, violaciones y expoliaciones de policías y delincuentes que, como aves de rapiña, los esperan en puntos estratégicos para atraparlos.

Aunque la periodista mexicana, que ha escrito principalmente para el diario The New Yorker y ha colaborado en The Washington Post y The New Yorker Review of Books, no es proclive al uso del internet, en esta ocasión lo utilizó para difundir lo más ampliamente posible la iniciativa de dar vida y rostro a los 72 inmigrantes sacrificados.

"Tal vez porque pasé tantos años en Centroamérica y la gran mayoría de los que murieron eran de Honduras, El Salvador y Guatemala, esta masacre, entre tantas otras, me afectó particularmente. Pasé una semana muerta de rabia y dolor. Pensé en hacer un altar y opté por algo que se pudiera armar rápido. Lo más flexible era internet. Me puse a pensar cómo reproducir los elementos de un altar de muertos en un medio electrónico: música, fotos, flores y el tiempo que uno pasa frente al altar recordando a los seres queridos", explicó en una entrevista la narradora mexicana.

El dolor  ante la inusitada matanza –una de las expresiones de la guerra contra el narcotráfico declarada por el gobierno mexicano– y la necesidad de no quedarse mudo ante este hecho atroz contagiaron, sobre todo, a reporteros mexicanos que incluso sin tener información suficiente, escribieron historias, biografías imaginarias, testimonios y condolencias dedicadas a cada una de las víctimas.

Pero la necesidad de no olvidar fue lo que motivó, sobre todo, la creación de esta página en el ciberspacio, así como la instalación de una ofrenda en su memoria en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, donde se colocaron las imágenes de algunos de los masacrados que han sido identificados, así como las historias de 29 aún no reconocidos.

En lo que a mi respecta, escribí una pequeña historia dedicada al guatemalteco Santos Enrique Agustín Hernández, de 41 años de edad, originario de una de las zonas más bellas de ese país, conocida como Izabal.

La historia de Santos Enrique es como la de millones de personas que en todo el mundo buscan un mejor lugar para vivir y que muchas veces se quedan en el camino.

Esta migración de pobres es la expresión más clara del fracaso de este modelo económico neoliberal basado en la individualidad y en la comercialización salvaje de mercancías y personas.
En esta ocasión quiero dedicarle un espacio a la historia que escribí sobre el inmigrante guatemalteco que cayó presa del crimen organizado, cuando sólo buscaba una mejor vida.

Cuando el tren inicia su marcha hacia el norte en Arriaga, Chiapas, las ruedas metálicas comienzan a rechinar infernalmente. Primero se sacude la bestia de acero, y los migrantes que van empotrados en su lomo se aferran como pueden, jugándose la vida. Luego brama y se empieza a mover, y con un agudo silbido rompe el silencio nocturno a cientos de kilómetros de Izabal, Guatemala, de donde era oriundo Santos Enrique.

Los migrantes centroamericanos son como los salmones que nadan río arriba, siempre a contracorriente, siempre escabullendo del peligro de ser atrapados, siempre buscando un remanso y un mejor lugar para vivir y reproducirse.

Santos había dejado atrás las montañas, selvas y ríos que hacen de su pueblo uno de los más hermosos de su país; atrás quedó también el lago al que los vascos le pusieron Izabal, y las playas de arena blanca que tanto buscan los turistas, hechizados por los apacibles manatíes.

El sueño de ir al norte le había atraído desde joven, y a sus 41 años seguía siendo su ilusión. Por eso dejaba las mejores tierras de su querida Guatemala, para hacer realidad su sueño, como muchos miles de centroamericanos que han montado la bestia de acero que atraviesa el infierno mexicano.
Cruzó esta vez la frontera a contracorriente. Siempre a contracorriente, Santos miraba hacia el norte como un faro en la oscuridad. Sólo que ya no pudo alcanzar el otro lado del río. Unas balas lo cegaron.

La noche del 24 de septiembre era lluviosa en el valle de Ciudad de Guatemala. Los torrentes aguaceros no dejaban que el avión aterrizara. Por fin tocó pista en las instalaciones de la Fuerza Aérea Guatemalteca, donde los esperaban el presidente y una escolta militar.

Santos Enrique nunca pensó tener una recepción tan importante al regresar a su tierra. Esa noche ya no hubo lágrimas ni despedidas, tampoco aulló la bestia de acero antes de empezar su marcha. Esta vez hubo banderas e himnos, medallas y condecoraciones en su honor. Era un héroe, un migrante convertido en héroe, pero su familia fue a recibirlo en un ataúd cubierto de flores.
 

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