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jueves, 30 de diciembre de 2010

El derecho de soñar

Requisitos para la estupidez

 

 Requisitos para la estupidez

Aunque sea doloroso decirlo, no se puede dejar de reconocer que en este mundo existen los estúpidos. Se los puede llamar en general estúpidos, pero es una palabra tan 
grosera, que se prefiere recurrir a otros sinónimos, como tonto, bobo, lelo, torpe, rudo, estólido, necio, idiota, tardo, imbécil, estulto, retardado, sandio, sin contar los muchísimos vulgarismos que se les aplican en cada país. Excluyo de este artículo con premeditación a los enfermos mentales, porque en mis escritos no me permito ninguna  maldad ni impiedad.  

El común de la gente reconoce en el estúpido los siguientes rasgos:
l. Cree que está en este mundo simplemente porque está, sin tener que   preocuparse por saber quién lo ha fabricado.

2. Ya que está aquí, tiene que pasarlo lo mejor posible, gozar de buena salud, disfrutar las noches serenas, comer y beber los manjares y bebidas más exquisitos, dormir los sueños más felices, asociarse a una compañera bella, bondadosa y laboriosa,
tener hijos sanos, bonitos e inteligentes, disfrutar de una fortuna oculta, indemne a la voracidad impositiva de los gobernantes, y como no es inmortal, vivir la mayor cantidad de años posible.

3. Acatar e imitar las modas del momento, saltar, cantar, gritar, disfrazarse de algo, realizar extravagancias, tratar de ser el primero en su actividad, mentir a los cuatro vientos para no que caer cautivo de sus rivales, tener su capital en monedas de oro enterradas, no regirse por ningún principio, en suma, hacer lo que quiera.

4. Todo estúpido es diferente de uno. Estúpidos son los demás. Saben o no saben que son, pero lo son. Se los encuentra en la calle, en los congresos, en la política, en el arte, en todo lugar por donde transiten seres humanos. Alguien ha dicho que hasta los dioses luchan contra ellos, pero no han podido vencerlos. Otros han sostenido que la bondad de los dioses los ha hecho estúpidos en vez de hacerlos locos.   

5. Hay diferentes grados de estupidez. Estúpido es tanto quien cree que los astrónomos mayas tienen razón cuando profetizan que el mundo se acabará en diciembre de 2012, como quien cree que los políticos se preocupan por la pobreza de los demás y descuidan la propia; estúpido es quien cree que la ciencia llegará a develar todos los misterios de la creación, como quien piensa que la industria inventa sus productos para favorecer a los indigentes. El estúpido mayor es el que cree que él no lo es. Seguramente yo debo de ser un estúpido más, -aunque permítaseme la inmodestia- no de los mayores. Lo sería, con seguridad, si creyera que este artículo que estoy escribiendo va a ser aplaudido y festejado por los demás.

10/05/2010 20:00 Carlos A. Loprete

domingo, 26 de diciembre de 2010

Adultos mayores en el desamparo

El 69% de los adultos mayores en México viven en la pobreza

 

Notisistema Informa

En México, 60 por ciento de los adultos mayores viven en pobreza y sin trabajo; representan una carga para sus familias, son despojados de sus bienes y no cuentan con ninguna área especializada que los ayude, proteja o asesore.

La comisión especial para la Familia en San Lázaro ajusta una nueva Ley que determine los derechos de las personas adultas mayores.

La presidenta de la comisión especial, la priista Diva Gastélum, explicó que dentro de 10 años un gran porcentaje de la población mexicana tendrá más de 60 años, lo que obliga a atender a este grupo social. “Se tienen que instrumentar políticas públicas que permitan el desarrollo digno y con calidad de vida, y evitar que crezca aún más la situación de rezago que presenta”, dijo la priísta.

La comisión especial trabaja en la redacción y modernización del reglamento de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, que registra un retraso de cerca de siete años, y que no garantiza certeza jurídica a los adultos mayores.

“La Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 25 de junio del 2002, y es hora que aún no tenemos el reglamento que da vida a la ley y lo debe emitir la Secretaría de Desarrollo Social”, denunció.

Y es que la ley estipula que a los nueve meses tendría que estar listo el reglamento, pero no lo sacaron a tiempo, lo que evidencia, según la diputada, un olvido desde el gobierno a un sector vulnerable de la sociedad, que se suma al desprecio e indiferencia de la gente.

Dado que la familia es estratégica para contar con una sociedad sana y los adultos mayores son parte de ella, se buscará que la comisión especial en San Lázaro, sea ordinaria —permanente en todas las Legislaturas— para que pueda dictaminar y no estar pasando los asuntos a otras comisiones.

“Hubo un gobierno que les dio 700 pesos mensuales indiscriminadamente y está el Programa 70 y más, que nace para hacer un contrapeso al primero, pero no resuelven el problema múltiple. Gran parte de las empresas no contrata a personas mayores de 35 años, cuando en muchos países ser anciano es un símbolo de experiencia”, dijo la diputada.

Ejemplificó que en Canadá quien tiene el más alto grado es el que tiene más edad, pero en México ser anciano es sinónimo de abandono y de inmovilidad, lo que provoca abusos familiares e institucionales. (SUN)

viernes, 24 de diciembre de 2010

Mensaje de Navidad AMLO

Diego: La farsa

Los Misteriosos Farsantes

 Revista EMET
viernes, 24 de diciembre de 2010 

Algunos periodistas que colaboran con el gobierno mediante propaganda triunfalista carente de crítica han salido en defensa de la persona (y personalidad) de Diego Fernández. Bajo argumentos presuntamente humanistas señalan el odio con que algunos ciudadanos expresan la reciente aparición del abogado en circunstancias por demás inusuales tratándose de un secuestrado.
Esos mismos profesionales de la complacencia oficial instan a la ciudadanía a dejarse de sospechas para unirse irreflexivamente a la algarabía mediática sin ningún reparo, casi como obligación cívica.

Afortunadamente han sido pocos quienes han respondido a ese llamado pues las manifestaciones populares van de la sorna, incredulidad así como de odio ante el hartazgo del que son presa ante tan evidentes intentos por verles las caras nuevamente.

Que no nos extrañe: el odio nace cuando la impunidad prevalece, siendo la manifestación más intensa de una sociedad constantemente burlada.
Pero esa creciente y masiva incredulidad no es gratuita; es resultado de muchos años en los que los actuales administradores invirtieron mentiras a mansalva con el único fin de hacerse las víctimas de hechos que nunca sucedieron; captando simpatías mediante la victimización de sus personalidades.

El caso de Diego repite esas mismas falsedades sobre su supuesto secuestro. Sus allegados han sido los más activos en contribuir a la desinformación quizás como consecuencia natural del secretismo que requiere un caso como este; pero todo se ve cuestionado al momento en que Diego aparece ante los medios con un discurso largamente ensayado, un rozagante semblante y hasta ánimos de Don Juan para seguir cortejando a su bella y joven pareja sentimental. Como si nada hubiese pasado.

Pero es un asunto más complejo que esas frivolidades. Los ‘Misteriosos’ son la clave para entender mucho sobre el desenvolvimiento de este supuesto secuestro. Sus comunicados parecen haberse redactado en cualquier oficina del gobierno ya que carecen de verdadera crítica a la vez que desbordan retórica bastante económica por no decir del obsceno abuso de lugares comunes de los que cualquier guerrillero medianamente leído estaría avergonzado. Otro detalle que salta a la vista de esos comunicados es la ausencia de un eje ideológico que identifique a los supuestos secuestradores con algún grupo de extrema izquierda; al contrario, se muestran como un centro-derecha bastante ingenuos que creyeron que citando a Bertolt Brecht sus letras se tornarían más rojas. En suma: palabrería sin sentido destinada a mentes estériles.

Un punto muy interesante es ver que los más interesados en darle validez  a las incoherencias de los ‘Misteriosos’ han sido los medios alineados con el gobierno de facto. Sin atisbo de duda aseguran al unísono sobre la tendencia de izquierda de los secuestradores sin mostrar un sólo elemento que sustente esa conjetura; también es curioso que luego de sus ‘análisis’ los lectores de noticias relacionen las palabras “Izquierda” y “Delincuentes” en una misma oración como para dejar sentado un mensaje que quizás será la marca que detentará la próxima elección presidencial.

Al final otro que ha sido altamente afectado por este supuesto secuestro es el propio Felipe Calderón, quien quedó relegado, tanto en los hechos como en el discurso, pues su insistente perorata sobre no negociar con criminales se vino abajo por uno de sus correligionarios. Irónico y casi risible.

También es de interés su la reacción del mismo Calderón pues su rabieta por no ser el centro de atención se refleja al tildar a los supuestos secuestradores como “rolleros”. Ya veremos si ese calificativo recae también sobre la presunta víctima.

Comentarios: immorfo@gmail.com
Fuente de información, Morf0 - Opinión EMET

martes, 21 de diciembre de 2010

Un rarísimo " secuestro "





Diego:Un secuestro que apesta


Álvaro Delgado
Proceso
MÉXICO, D.F., 20 de diciembre (apro).-


Para ser sometido a un cautiverio de siete meses, con un trato de “defensor de los grandes capos” por parte de sus captores, Diego Fernández de Cevallos exhibió un rostro rozagante en su primera aparición ante los medios de comunicación: El cabello recortado y la barba, larga y cana, pero cuidada.

Y para ser liberado en la madrugada, en un lugar ignoto, es curioso que hasta el mediodía el emblema del panismo siguiera vistiendo los andrajos que le facilitaron sus captores, sobre todo cuando emprendió una campaña de entrevistas obsequiosas transmitidas hasta la náusea.  
      
Pero, en fin, en el Partido Acción Nacional (PAN) están excitados por la liberación de Fernández de Cevallos, y hasta lo perfilan ya como candidato presidencial en 2012, pero deberían serenarse: Este caso, que no presagia nada bueno, exhibe el paraíso de la impunidad que ahoga a México y no se ve cómo pueda ser parte de la solución.

La liberación del litigante panista es, de suyo, un acontecimiento político de relevancia, porque altera el tablero político, a un año y medio de las elecciones presidenciales, pero, en la hipótesis de que se interese en la candidatura del PAN y aun que se materialice tal ambición, nada aportaría para frenar la descomposición de México, que es lo que explica su extraño secuestro.

Porque, como es el caso, ¿alguien que es parte del problema puede ser la solución? ¿Puede quien hizo los amarres políticos, en 1988 y 2006, para la instauración de gobiernos que afianzaron el modelo económico, político y mediático vigente rectificar y, aun en un acto de contrición como creyente, recocer los errores cometidos, aun sin incorporarse a un proyecto contrapuesto?    No se ve cómo.

Dolerse de que su secuestro no es más relevante que el cobarde asesinato de Marisela Escobedo, la madre que murió dos veces al no hallar justicia por el homicidio de su hija Rubí Marisol, no es suficiente, como tampoco lamentar de dientes para afuera la criminalidad que atormenta el país.
Es, a lo sumo, un duelo tan impostado como el del empresario Alejandro Martí, víctima también de la criminalidad que prohíja la impunidad al más alto nivel.

¿Qué hará ahora Fernández de Cevallos? A falta de una negativa contundente, deja ver que se reinsertará en la vida política, tal como lo anhelan en el PAN --y el agitador social Carlos Salinas--, pero si lo hace será para reivindicarse públicamente de una biografía asociada al uso del poder político para amasar una fortuna que, por ahora, por lo visto sufrió mengua con el pago del rescate.

O cuando dice que su vida seguirá siendo normal lo que debe interpretarse es, no que regresa a la vida política, sino al litigio que le permita recuperar la pérdida de su patrimonio con el patrocinio de asuntos que se ganan gracias a sus conexiones con fiscales y jueces que forman parte de su entramado de intereses.
Por lo pronto, a juzgar por su apariencia física y anímica, está casi para comenzar a trabajar apenas inicie el año.

Por lo pronto, el propio Fernández de Cevallos empezó a ajustar cuentas: Aunque a sus captores dijo haberlos perdonado, hizo un reclamo directo a Felipe Calderón cuando, en su primera aparición tras 220 días de cautiverio, afirmó que “las autoridades tienen una tarea pendiente”, capturar a sus secuestradores, pero aclaró --conocedor de su correligionario-- que deberá ser “sin abusos, sin atropellos, sin flagelaciones”.

 Y sabida su repulsión recíproca, la Presidencia de la República emitió un comunicado para asegurar que, en la conversación telefónica que sostuvieron, “el licenciado Fernández de Cevallos agradeció el respaldo que recibió por parte del presidente Calderón, al igual que de su familia y amigos cercanos, durante su cautiverio y que fue crucial para sobrellevarlo con entereza”.

Nada bueno vendrá: Calderón ha emprendido una cacería contra los de suyo extraños captores –que ni siquiera puede pensarse que tienen reivindicaciones ideológicas--, pero nada garantiza que quienes sean presentados ante los medios de comunicación, que será pronto, realmente sean los autores del secuestro.

 Sobre todo si el encargado del caso es, como lo ha sido desde el principio, Genaro García Luna, el secretario de Seguridad Pública experto en montajes espectaculares para ganar rating.

La otra opción del gobierno es la que puede esperarse: Cualesquiera que sean los “extraños desaparecedores”, y las razones que tuvieron para hacerlo, gozarán de plena impunidad…


sábado, 18 de diciembre de 2010

Terror en México


Desfiladero
 
¿Una crisis a punto de entrar en crisis?
Jaime Avilés
 La jornada

El caso Fernández de Cevallos" huele a tragedia, no a farsa. Su desenlace, el que sea, no traerá nada bueno, pronosticó el Desfiladero del 21 de mayo pasado. Ese desenlace no se ha producido todavía, pero lo que podría estar a punto de ponerse en marcha cuando el poderoso miembro de la mafia salinista reaparezca –si en efecto reaparece– es una oleada represiva contra los movimientos populares que luchan por el cambio de régimen, en el contexto de la total destrucción del estado de derecho que el gobierno espurio ha impuesto a sangre y fuego para perpetuarse en el poder.

Mientras el jueves en la capital de Chihuahua era asesinada de un tiro en la cabeza una mujer que delante del palacio de gobierno exigía desde hace dos años cárcel para el asesino de su hija, en Monterrey caían tres civiles más durante el enésimo tiroteo de 2010 en la vía pública. Ayer, mientras 140 reos se fugaban de una cárcel de Nuevo Laredo, un coche bomba estalló frente a una oficina policiaca en Nuevo León.

En forma simultánea, la Policía Federal (PF), la Marina y el Ejército mantienen un clima de terror en Michoacán, en la personalísima guerra de Felipe Calderón contra el cártel de La Familia; una extraña combinación de prepotencia e impotencia, que no persigue sino derrocar al gobierno de Leonel Godoy para entronizar a la hermana del hombrecito de Los Pinos.

Testigos relataron a esta columna que el viernes de la semana pasada, en las calles de Apatzingán, agentes de la Policía Federal disparaban contra blancos móviles, mientras padres y madres de familia sacaban a sus niños de las escuelas sin que nadie los protegiera. Por fortuna, el gobierno federal (o lo que sea) tuvo la elegancia de decir que se trató de una operación quirúrgica.

La verdad es otra. El asalto a Apatzingán fue pésimamente planeado y peor ejecutado por Genaro García Luna, quien mandó a sus tropas al matadero. Estas rodearon a uno de los capos de La Familia y cuando empezaron a atacarlo descubrieron que, detrás del débil cerco trazado por el secretario de Seguridad Pública federal, había una fuerza muy superior en número de hombres y poder de fuego, por lo que la PF debió pedir auxilio a la Marina y al Ejército.

Durante la refriega murieron un bebé de ocho meses, una jovencita de 17 años y decenas –o probablemente hasta un centenar– de personas más. Como ocurre a diario en todas las ciudades de Tamaulipas, en Michoacán por primera vez fue imposible contar el número exacto de víctimas. De allí que muevan a risa los 30 mil 196 decesos –me encanta ese 196, diría Robert Fisk– declarados el jueves por la PGR como saldo de la guerra de Felipe Calderón contra el pueblo, so pretexto del narcotráfico.

Si consideramos que García Luna es ingeniero mecánico de profesión, no estratega militar ni mucho menos, podremos garantizar que desastres como el de Apatzingán, que afectó también a Morelia y a una docena de municipios colindantes, irán en aumento y cobrarán cada vez más vidas. En un gobierno con un mínimo de profesionalismo y seriedad, todos los miembros civiles del llamado gabinete de seguridad, en particular el secretario de Gobernación, José Francisco Blake; el procurador, Arturo Chávez Chávez, y, por supuesto, García Luna, jamás habrían ocupado esos delicados cargos públicos.

Pero el de Calderón no es profesional y dista mucho de ser un gobierno: es un instrumento al servicio de los intereses más perversos y persigue un objetivo supremo: llevar el caos al límite, sacarle todo el provecho que pueda y justificar, incluso solicitando una intervención militar extranjera.

Saldos del 2010

Termina el año con la Suprema Corte de Justicia de la Nación incompleta (le falta un ministro), con el Instituto del Fraude Electoral cercenado (el Congreso no logró nombrar a tres de sus nueve consejeros), con el Modelo Hidalgo de Salud Mental –que creó Virgina González Torres para impulsar la reforma siquiátrica en todos los manicomios del país– condenado a extinguirse por falta de presupuesto (en 2011 ejercerá la mitad del que tuvo en 2010), pero también con el escenario del Palacio de Bellas Artes en peligro de hundirse debido al sobrepeso de la concha acústica, con el techo del Museo Nacional de Arte perforado de goteras que filtran la lluvia a las piezas del acervo y con una intervención militar estadunidense en puerta.

El pasado lunes, las autoridades del condado Imperial, en California, aplazaron una vez más la votación para decidir si autorizan o rechazan la construcción de una base de adiestramiento de paramilitares a 120 kilómetros de las ciudades de San Diego y Tijuana. A las protestas de los vecinos de la comunidad de Ocotillo –donde un mercenario y ex agente de la CIA pretende instalar su universidad para asesinos– se han sumado las de los quechan, oriundos de esa región semidesértica.

Encabezados por Preston J. Arrow-Weed, aseguran que en caso de aprobar la base de Ocotillo, las autoridades violarían la ley porque en el sitio donde pretenden erigirla hay numerosas tumbas y rocas sagradas que no pueden ser destruidas por desarrolladores que no conocen la historia de este país y no les importa. Pese al rechazo creciente y a los artículos publicados por Los Angeles Times y otros diarios contra el proyecto, los vecinos sospechan que pasado mañana éste obtendrá el visto bueno.


Desafío a Ebrard

Pero la desaparición del estado de derecho no se limita a las entidades del norte, del centro y del sur donde la gobernabilidad ya no existe. En el Distrito Federal la corrupción de algunas jefaturas delegacionales auspicia igualmente el caos. En Tlalpan, como los lectores asiduos de esta columna ya saben, los vecinos se organizaron para detener la construcción de una gasolinera incrustada en un conjunto habitacional. Demandaron al propietario del negocio, el magnate Jorge Talavera, y lograron que el Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA) ordenara la demolición de la obra.

Ésta se habría llevado a cabo 30 días después si nadie hubiera presentado una apelación. Para asombro de tirios y troyanos, quien la interpuso fue el delegado perredista Higinio Chávez, cuyo antecesor otorgó ilegalmente los permisos de construcción, no me atrevo a imaginar por qué. Pues bien, pese a la maniobra de Chávez, el TCA ratificó su sentencia. Y entonces, pasándosela por el arco del triufo, Talavera reanudó el equipamiento de su negocio. He aquí un claro desafío a Ebrard. Si no procede contra el empresario y el delegado, a pesar del cambio climático, Tlalpan vivirá una Navidad caliente.

En las próximas horas, o en los próximos días, veremos tal vez el desenlace del caso Fernández de Cevallos. Si los ahora ex misteriosos desaparecedores son consecuentes con sus palabras, la crisis que vivimos hace más de 30 años, una vez más, entrará en crisis. Por lo pronto, feliz realidad y próximo Año Nuevo.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¡¡ 100,000 .00 Secuestradores sueltos !!

Isabel Wallace o cómo suspender la farsa

Sabina Berman
pROCESO
MÉXICO, D.F., 14 de diciembre.-

Camina lado a lado del asesino de su hijo. Ella en un saco corto de cuadros azul y blancos, estilo Chanel, él con el pelo largo, el rostro duro. Caminan por los corredores de tierra en los Canales de Cuemanco. Rodeados de policías. “Me da rabia”. Cuenta luego ella. “Me da rabia ver cómo él está vivo, cómo respira, cómo los ojos se le mueven, y mi hijo Hugo no está”. 

Están caminando para que el asesino, uno de los seis que secuestraron y asesinaron a Hugo Wallace hace cinco años, reconozca el sitio donde él personalmente tiró el cuerpo. Más bien los dos sitios donde tiró las dos bolsas de plástico negro, las dos bolsas de basura, que contenían el cuerpo cercenado con una sierra eléctrica. 

Las minucias del horror. 

¡Qué admirable mujer!: tuit en referencia a Isabel Wallace. ¡Qué entereza de mujer!: otro tuit. ¡Todos debíamos ser como Isabel Wallace!: un tercer tuit. Y un cuarto tuit: ¡Pero no lo somos!

¿Todos debíamos ser como Isabel Wallace? Maldito el país que fuerza a sus ciudadanos al heroísmo. 

Que Hugo Wallace haya sido secuestrado en primer lugar, que la policía no haya dado con él y sus captores durante las primeras horas, a pesar que Isabel Wallace les indicó el sitio donde probablemente estaba capturado y les mostró una fotografía de los posibles secuestradores, ambos datos que años después se probaron ciertos: esa es la desgracia social que da el contexto para que Isabel Wallace haya tenido que ser una heroína. 

¿Fue la policía negligente o estaba coludida con los secuestradores? Probablemente lo segundo. Lo cierto es que la cabeza de la banda de secuestradores era un expolicía, César Freyre, con amigos en la policía. 

“¿Es verdad que de cada dos policías uno está coludido con el crimen?” Se lo pregunto a Eduardo Gallo, presidente de México Unido contra la Delincuencia. “N´ombre, de cada dos policías 1.98% está coludido con el crimen”. Gallo explica más. Es casi imposible ser un policía honesto hoy día en México. Si un policía no coopera con el crimen, recibe un balazo. 

“Y a todo esto, ¿cuánta gente se dedica al negocio del secuestro?”  Gallo replica: “Alrededor de cien mil”. Y otra vez explica más. Es toda una cultura el secuestro. Son familias que trabajan juntas: madre, padre, hijos, cuñados, todos cooperan. Aún su religiosidad católica está involucrada. Piden a la Virgen porque resulte el secuestro. Ahora el culto a la Santa Muerte completa el círculo de adoración a la violencia. 

Es en ese contexto, con una policía coludida con un subsector criminal de la sociedad, es que Isabel Wallace tuvo hace cinco años que decidirse a ser heroica. Puso a un lado sus ocupaciones profesionales, se dedicó de tiempo completo a buscar a los secuestradores de Hugo y a Hugo, que creyó vivo largo tiempo. Uno tras otro los localizó. Luego de localizar a cada uno, tuvo que presionar a la fuerza pública para que los capturara. Luego tuvo que vigilar al Ministerio Público y a los jueces, como si se trataran de otros criminales, para que el Estado no realizara su farsa usual y trabajara contra la Justicia, que es como en realidad trabaja la mayor parte de las veces.

“¿Cuántas de las denuncias llevan al encierro de un criminal?” Se lo pregunto a María Elena Morera, presidenta de Ciudadanos por una Causa en Común. “En primer lugar, el 80% de los crímenes no son denunciados. Del 20% que sí son denunciados, sólo el 2% de las denuncias llevan al encierro del criminal.” 

Celebramos el heroísmo de Isabel Wallace, pero instintivamente su historia nos aterra. Ilustra cómo los civiles vivimos rodeados de enemigos embozados, enemigos oficiales y no oficiales. Y encima, cómo vivimos confundidos por la retórica pública del Estado, que anuncia por radio y televisión que el Estado funciona cada día mejor. Que el Estado está desde hace cuatro años en guerra contra el crimen. Que el Estado está de nuestro lado. 

“Oye Eduardo Gallo, ¿y qué pasó con el Acuerdo Nacional para la Seguridad? ¿Qué pasó con todos esos hombres y mujeres de poder que hace dos años firmaron ante las cámaras de televisión su compromiso para erradicar el crimen?

Desde el presidente Calderón hasta los gobernadores, pasando por los principales líderes sindicales, desfilaron para firmar el acuerdo”. Eduardo Gallo se embronca al contestar: “Nada, nada. Falsean las cifras. Solo les importa que parezca que algo han hecho”. Pero de acuerdo a los indicadores que el mismo Acuerdo Nacional impuso, en materia de mejora de la seguridad, cada estado de la República reprobó este año. “Oye Gallo, ¿son mentirosos o incompetentes?” “Son mentirosos e incompetentes.” La misma Isabel Wallace lo resume en una frase: “Son unos simuladores”. 

Regresemos por un instante al inicio: son cien mil los secuestradores, ¿de verdad no puede el Estado mexicano contra ellos? Hay más gente en los gobiernos que secuestradores, pero por desgracia están ocupados en otras cosas. Por ejemplo, en ganar elecciones que les aseguren su permanencia en los gobiernos.

Le digo a María Elena Morera: “Tú te volviste activista social luego de que tu marido Pedro fue secuestrado. Eduardo Gallo se volvió activista luego de que su hija Paola fue secuestrada y asesinada. Sus historias son paralelas a las de Isabel Wallace. Una pregunta: ¿qué pasaría si todas las familias víctimas de un secuestro hubieran hecho lo mismo: se hubieran vuelto activas socialmente?” María Elena se sonríe ante la posibilidad. “Sería otro país, claro”. 

Es tiempo de que la sociedad civil lo entienda. Si el cambio no viene de la Sociedad Civil, no vendrá de la clase política. Todos tendríamos que convertirnos, al menos parte del tiempo, en Isabel Wallace, en Eduardo Gallo, en María Elena Morera. Aunque cabe la pregunta: ¿entonces para qué queremos a la clase política que tenemos? ¿Para qué seguimos la farsa de entregarles a los políticos con nuestro voto los instrumentos de poder del Estado? ¿No tendríamos que suspender la farsa? 

Suspender la farsa: ¿cómo puede la Sociedad Civil suspender la farsa? Hablemos de ello. Construyamos los mecanismos ya.

martes, 14 de diciembre de 2010

¡¡ Aguas con el "chupacabras" !!

Salinas, falso activista ciudadano

Álvaro Delgado
proceso
MÉXICO, D.F., 13 de diciembre (apro).- 

Con un mamotreto de casi mil páginas, volumen análogo a sus otras dos obras propagandísticas editadas en la reciente década, Carlos Salinas irrumpe este fin de año en México para hacerse pasar como activista de la participación ciudadana y encubrir su condición de matraquero de Enrique Peña Nieto y gurú del priismo.

Democracia Republicana. Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana, es el título del más reciente libro de Salinas, que en realidad representa un instrumento de su propósito supremo: Reinsertarse de manera abierta en la vida pública de México y diluir su reputación de destructor del país.

Apenas el martes 12 de octubre, cuando su amigo Leonardo Valdés, presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), lo invitó a impartir una conferencia en el Palacio de Minería como invitado estelar del 20 aniversario de ese organismo, en cuyo sexenio se creó con todo el control de su gobierno, le pregunté a Salinas si creía que ya no era repudiado por los mexicanos.

Guardó silencio y, con la sonrisa cínica que lo caracteriza, se escabulló hacia el Palacio de Minería donde impartió la conferencia en la que disertó sobre la creación del IFE y pontificó sobre el poder ciudadano, justamente el tema de su nuevo libro.
A las preguntas que se le formularon sobre su gestión como responsable del gobierno de México les sacó la vuelta y ofreció responderlas. “Seré veraz, seré autocrítico, pero sobre todo me gustará conocer la respuesta de ustedes a mi propia respuesta”, ofreció Salinas.

--Yo me quedé esperando la respuesta suya a la autocrítica. No me la dio, espero que algún día me la dé –le reprochó la periodista chilena Mónica González, que moderó la mesa.

--Se la voy a dar hoy en la tarde en que le voy a mandar un libro de mil 400 cuartillas, que es una primera autocrítica a mi responsabilidad como presidente de México. Obsequiado, por cierto.

Pero en ese libro de mil 400 páginas --mil 392 exactas— que es México, un paso difícil a la modernidad, editado en el año 2000, no hay ninguna autocrítica a su catastrófica gestión --que sentó las bases del actual capitalismo de cuates-- y sí una catarata de autoelogios por haber impulsado reformas, pese a la “nomenclatura” de su partido.

En su siguiente libro La década perdida, 1995-2006 neoliberalismo y populismo en México, editado en 2008, tampoco hay asomo de autocrítica a lo largo de las 959 páginas, más de un tercio de las cuales dedica a su nueva obsesión: El neopopulismo.

         Las referencias que hace Salinas a personajes son reveladoras: A Felipe Calderón, que ya tenía dos años den el cargo cuando apareció ese libro, no lo menciona ni una sola vez, pero a Andrés Manuel López Obrador lo refiere por su nombre 50 veces.

         Ni siquiera a quien identifica como su principal enemigo, Ernesto Zedillo, le dedica tanto espacio, porque sólo hace 17 menciones, poco menos que a Vicente Fox, 22 citas, una más que a su hermano Raúl Salinas, quien goza de una fortuna mal habida con impunidad absoluta, que resultó –como él mismo confesó-- del saqueo al patrimonio de los mexicanos.

Una fortuna que también tendría su origen en el crimen organizado si nos atenemos a lo que llegó a afirmar Alfredo Elías Ayub, director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en conversaciones grabadas en las que afirma que Raúl Salinas “entregó el país al narco”.

En fin, ahora Salinas --en su papel de activista ciudadano-- postula que, a doscientos años de la Independencia y cien de la Revolución, la República está en riesgo, según el sitio animalpolitico.com, que difundió fragmentos de su nuevo libro.

La clave para salir de la crisis, según él, es apostar por la acción ciudadana, y pasar de “sólo votar y comprar”, a grupos que se organicen para transformar su realidad y formar una democracia republicana. “Es el momento de los ciudadanos participativos”, dice Salinas de Gortari, quien postula la democracia republicana de los ciudadanos para los ciudadanos.

Neoliberal vergonzante, Salinas condena “los efectos nocivos que sobre el país han tenido el neoliberalismo y el populismo”. Salinas se presenta también como una especie de ideólogo del PRI.

“A partir del 2000, año del triunfo de un candidato presidencial no priista, el PRI perdió también la batalla de las ideas, olvidó la capacidad de su gran movimiento para generar los mitos fundadores”, dice, y propone reactivar el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol), el esquema clientelar de su gobierno.

“Solidaridad no sólo consiguió acrecentar el capital humano: consolidó la fuerza social que durante varias generaciones se había conformado en diversos ámbitos del país, sobre todo en las comunidades rurales, las clases medias urbanas y las colonias populares.”

Hay algo muy claro con el nuevo libro de Salinas: Le apuesta no sólo a capitalizar la ineptitud suprema de los panistas, socios suyos, por cierto, sino a la desmemoria de los mexicanos para reinsertarse en la vida pública para ejercer, abiertamente, el poder, por ejemplo a través de su pupilo Peña Nieto.

Que los mexicanos opinen…

Apuntes

El colega Horacio Jiménez, de El Universal, le preguntó a Cecilia Romero, la nueva secretaria general del PAN, si El Yunque, la organización ultraderechista de la que ella forma parte, estaba de regreso en ese partido: “No sé, no tengo idea. Regresa… pues no sé en quién”. “¿Existe El Yunque?”, le preguntó Horacio, y la respuesta: “No sé, yo supongo que sí, ahí salen muchas cosas de eso. Pero si se trata de Cecilia Romero, pues yo tengo 28 años aquí, eso de regresar es un decir, por qué íbamos a regresar.” Tiene razón la señora: El Yunque no puede regresar, sencillamente porque nunca se ha ido del PAN. Al contrario, su poder crece y crece…

Dóriga, "el sicariodista " y sus achichincles

López Dóriga, la inmoralidad mediática

Javier Sicilia
PROCESO
MÉXICO, D.F., 13 de diciembre.-

Poco antes de la maquillada transición democrática, cuando el gobierno señoreaba abiertamente al país como una dictadura, los medios noticiosos –en particular los de Televisa, encabezados entonces por Jacobo Zabludovsky– estaban perdidos en los principios y en la moral. El apetito del dinero y la indiferencia por la dignidad habían actuado para dar a México medios cuyo único objetivo era aumentar el poder del gobierno, el lucro de las empresas mediáticas y el envilecimiento de todos. 

En esos tiempos, el Excélsior de Julio Scherer y –después del golpe perpetrado por el gobierno de Echeverría– la revista Proceso, que se fundó con el apoyo de una ciudadanía indignada, eran la excepción. Sus batallas, su periodismo de investigación, su devoción por la verdad, su negativa a pactar con los poderes, no sólo mantuvieron viva la voz de la nación, sino que sentaron las bases de lo que ahora es la libertad de prensa en nuestro país. 

En medio de esa libertad, Proceso, dirigida ahora por Rafael Rodríguez Castañeda, ha seguido el mismo camino y continúa siendo una referencia incómoda para el poder y para esos medios que, como los auspiciados por Televisa, no han dejado de ser lo que siempre han sido: la vergüenza de este país. No es otra cosa lo que López Dóriga –ese periodista inescrupuloso, continuador del Zabludovsky del antiguo régimen– mostró cuando –días después de la publicación del reportaje de Ricardo Ravelo Testigo estelar (Proceso 1777), y de la publicación de un capítulo del libro de Anabel Hernández Los señores del narco (Proceso 1778)– divulgó y magnificó en su noticiario que Sergio Villarreal, El Grande –testigo protegido que en el reportaje de Ravelo había manifestado conocer a Calderón a través del senador Guillermo Anaya–, decía haber dado al periodista 50 mil dólares para que guardara silencio con respecto a su persona. 

Se trataba –como lo dijo el propio López Dóriga en un alarde de servilismo avalado por los periodistas que lo acompañaban en el programa Tercer Grado– no de una noticia, sino de un lección: mostrarle a Proceso, primero, que la fuente de Ravelo, El Grande, que dice conocer al presidente, se volvía ahora contra él; segundo, que si en ese caso la fuente mentía, también mentía en relación con sus declaraciones sobre Calderón y Anaya; tercero, que Proceso, el cual recurre a testimonios de testigos protegidos, se ha convertido en un semanario corrupto que tiene relaciones con el narcotráfico y que utiliza cualquier tipo de información para desprestigiar al gobierno; cuarto, que a partir de ese momento todo lo que  ha dicho o diga Proceso es sospechoso de falsedad. Se trataba, bajo una moralina seudoperiodística, de linchar a Proceso, de desprestigiarlo, de reducirlo a un periodismo de calumnia, a un pasquín que dejó de ser lo que fue para mentir.

La evidencia más clara de esta bajeza está en la manera en que el propio López Dóriga manipuló los argumentos que Ravelo utilizó en su reportaje Testigos protegidos: creerles a conveniencia (Proceso 1778). Según Ravelo –palabras que el propio López Dóriga utilizó para darle esa supuesta lección a Proceso– los testigos protegidos “mienten”. Lo que, sin embargo, López Dóriga omitió es, primero, que mienten porque “en manos de las autoridades sufren presiones económicas, malos tratos y frustración”; segundo, que cuando esos mismos testigos “se refieren a funcionarios poderosos del gabinete federal no se les toma en cuenta”; tercero, que “con frecuencia los testigos protegidos se quejan de que en la SIEDO son obligados a declarar en contra de gente que no conocen…”. 

Ni López Dóriga, quien sí ha difamado muchas veces para servir a sus patrones –recordemos sus ataques contra el diario Reforma por denunciar los beneficios obtenidos por Televisa y Nextel en la asignación de frecuencias radioelectrónicas y la reciente divulgación de una supuesta corrupción entre directivos de la industria farmacéutica y del Seguro Social porque así convenía a esa empresa televisiva–, ni quienes lo acompañaban en Tercer Grado tuvieron el profesionalismo de verificar si los señalamientos de El Grande sobre su encuentro con Calderón eran falsos; ni si la acusación de ese testigo protegido contra Ravelo era el producto de una coerción de la SIEDO para golpear a Proceso. 

Reunidos en el foro televisivo, Dóriga, Marín, Maerker, Gómez Leyva y Micha habían dejado de ser periodistas para convertirse en los inquisidores de Proceso, en servidores de esas Iglesias degeneradas llamadas Gobierno y Televisa, y en verdugos impolutos de un periodismo que no ha dejado de denunciar sus corrupciones y desaciertos. Habían dejado de honrar la palabra, a la que un día sirvieron con dignidad, para volver al viejo objetivo de los medios verdaderamente corruptos: aumentar el poder autoritario del gobierno, el lucro de las empresas mediáticas de las que viven y el envilecimiento de todos.

A los que hacemos Proceso nunca nos ha interesado caminar apoyándonos en los pobres privilegios de los que saben arreglárselas con el poder. Nuestra ambición es y ha sido dar testimonio y gritar cada vez que es posible en nombre de aquellos a quienes los poderes aplastan. Eso, para honra de la verdad, jamás podrán acallarlo.

Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, liberar a todos los zapatistas presos, derruir el Costco-CM del Casino de la Selva, esclarecer los crímenes de las asesinadas de Juárez, sacar a la Minera San Xavier del Cerro de San Pedro, liberar todos los presos de la APPO y hacerle juicio político a Ulises Ruiz.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Michoacán narcorebelión

Michoacán, narcorebelión

Jorge Carrasco Araizaga
Proceso

MÉXICO, D.F., 12 de diciembre (Apro).- 

Felipe Calderón es el hombre de la violencia. Mientras más muertos deje su gobierno, más éxito reclamará en su “guerra al narcotráfico”.

Desde hace un año optó por el aniquilamiento, por extremar la fuerza con el conocimiento de que esa medida le costará la vida a civiles inocentes. 

El “presidente valiente”, como se presentó al inicio de su gobierno cuando declaró su guerra, propone como única salida la represión. Así lo dijo también desde el primer día. 

Los primeros tres años de su mandato intentó bajar los enfrentamientos entre los cárteles del narcotráfico. No pudo. Decidió entonces hacer suya la salida
estadunidense: aniquilar algunos jefes. 

Empezó hace un año en Cuernavaca, con Arturo Beltrán Leyva, El Barbas; siguió con Ignacio Nacho Coronel; luego Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, y ahora Nazario Moreno González, El Chayo.

La medida es más efectista que efectiva. Puede decir que va contra todos, que no protege a ninguna organización, que le ha pegado a los Beltán Leyva, al cartel de Sinaloa, al cartel del Golfo y a La Familia Michoacana. En esa lógica tendría que seguir algún jefe de Los Zetas. 

El movimiento del narcotráfico es circular: a la muerte del líder, sigue otro. Preparados para la traición interna o de sus protectores institucionales, los jefes
del narcotráfico forman a sus sucesores. Nadie está dispuesto a que se pierda el millonario negocio: ni los traficantes de droga, ni las autoridades que les apoyan,ni los que ponen su nombre para limpiar el dinero.

Tampoco Estados Unidos, cuyo objetivo sólo es “regular” el marcado ilegal de la droga en México mediante el control de la violencia, es decir, que sea el gobierno mexicano y no los cárteles los que decidan el nivel de violencia.

Pero en ese objetivo, Calderón desestimó lo que en Estados Unidos mismo se advirtió: el Estado mexicano se ha diluido en varias zonas del país, tanto en el control del territorio como en su autoridad ante los ciudadanos. Primero negó que así fuera y hasta retó a que se lo demostraran.

Después, su gobierno rechazó lo que también se viene diciendo desde hace tiempo en Estados Unidos, incluso por la propia secretaria de Estado, Hillary Clinton: que en México hay signos de narcoinsurgencia.

En Michoacán, su estado natal, tiene el ejemplo más claro de ambos fenómenos: ausencia de control en parte del territorio y acciones sociales de rechazo a
instituciones del Estado.

Es en su tierra donde la eliminación del Chayo, uno de los jefes de La Familia Michoacana ha desatado una inusitada reacción colectiva y organizada cuyas
consecuencias aún estamos por conocer.

Tres días después de que el vocero de seguridad nacional, Alejandro Poiré, anunciara la muerte de Nazario Moreno, El Chayo, durante los enfrentamientos con la Policía Federal, las protestas sociales en rechazo a ese hecho se mantienen. 

El domingo, cientos de personas marcharon en Apatzingán en un rechazo abierto a la Policía Federal que está bajo la responsabilidad del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

En la lógica de que esas manifestaciones sean pagadas por La Familia Michoacana, la protesta no deja serlo y, en todo caso, es una expresión del control que ha logrado el narcotráfico en sectores sociales. 

Lo mismo se ha visto en Sinaloa y Nuevo León con el cártel de Sinaloa y Los Zetas, por mencionar otros casos. 

Pero en ninguno como en Michoacán se había vivido el incendio desatado por Calderón, quien quiere despejar el camino para que su hermana, Luisa María, se quede con la gubernatura que él jamás logró. 

El costo que está pagando su estado es demasiado alto, no sólo por la inestabilidad política que provocó con la detención de funcionarios estatales y municipales, sino por los muertos civiles que ha dejado su estrategia en toda la entidad.

Aún no se sabe el saldo real de la confrontación iniciada el miércoles, pero Calderón ha decidido echar más gasolina en los próximos días con el envío de miles
de tropas y policías.

jcarrasco@proceso.com.mx

El "gobierno" espurio detrás del criminal aumento de la tortilla


Alza a la tortilla
 
El precio pasará de ocho a 12 pesos el kilogramo
En algunas zonas llega a venderse a 13 o 14, expresa la unión de molinos
No se descartan incrementos mensuales, como a los energéticos

Patricia Muñoz Ríos

Periódico La Jornada
Lunes 13 de diciembre de 2010, p. 2
 
La Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías anunció ayer un incremento de cuatro pesos al kilogramo de tortilla, en promedio en todo el país, por lo que el precio pasará de ocho a 12. Sin embargo, en algunas zonas podría llegar a 13 o 14, pues en la mayoría de los establecimientos se expende a nueve o 10 pesos.

En conferencia de prensa, Lorenzo Mejía, dirigente de esa organización, informó que incluso el alimento podría sufrir un aumento mensual, como el que se aplica a las gasolinas, ya que, explicó, en mayo pasado la tonelada de maíz a pie de molino se cotizaba en 3 mil 150 pesos. Hoy está a 3 mil 700, y como van las cosas tememos que alcance 4 mil en enero, mientras el gobierno federal no se da por enterado y continúa apapachando a los especuladores del grano.

Indicó que ya se elevó 4.50 pesos el kilogramo de masa para nixtamal, por lo que se incrementa el precio al consumidor o muchas pequeñas empresas se irán a la quiebra. Sostuvo que el repunte de cuatro pesos empezará a aplicarse de inmediato en todo el país, lo cual significará un ajuste de cerca de 50 por ciento.

Explicó que el titular de la Secretaría de Agricultura, Francisco Mayorga, dijo que se alcanzó una producción récord de 25 millones de toneladas, 24 por ciento más respecto de 2009, por lo que había producto suficiente para cubrir los requerimientos nacionales e incluso que disminuyeran las importaciones de maíz.

Sin embargo, hoy el mercado nacional es víctima de los grandes especuladores, empresas como Cargill y Gruma que, aprovechando el entorno internacional y la indiferencia del gobierno mexicano en la protección de la alimentación y la economía de los mexicanos, están escondiendo el maíz y provocando un proceso inflacionario ficticio, similar al que hace dos años generó el incremento a la tortilla de 5.50 a 8.50 y nueve pesos en promedio el kilogramo, dependiendo de la zona, expuso Lorenzo Mejía.

En su opinión, los coyotes, protegidos y subsidiados por el gobierno federal, tienen a molineros y productores con una bota en el cuello. Están llevando a la quiebra a miles de industriales pequeños y a la pérdida de miles de empleos y patrimonios. Por eso los costos de producción orillaron a tomar la determinación de elevar el precio, que podría llegar a mínimo 12 pesos el kilogramo en promedio, pues en algunos estados del norte del país ya se vende a 14 y 15.

Las ganancias de los tortilleros, pulverizadas por los aumentos a gas, gasolina y electricidad, dicen
 

Foto José Antonio López
Esto es porque, aunado al alza del precio del grano, los industriales del sector están sufriendo el aumento mensual a gas, gasolina y electricidad, lo que junto con otros gastos, como pago de renta, empleados, seguro social, prestaciones, mantenimiento de maquinaria y equipo, ha hecho que las escasas utilidades que teníamos quedaran pulverizadas, aseguró.

El dirigente aseveró que los programas oficiales que tratan de ocultar la vergonzosa realidad, como Promasa y Mi Tortilla, son un fracaso, pues sólo benefician a uno por ciento de las industrias. En tanto, a Proharina, que apoya directamente a Gruma, se destinan 2 mil millones de pesos, y los respaldos dirigidos a empresarios pequeños ascienden a sólo 500 millones.

Recordó que la industria de la masa y la tortilla genera alrededor de 500 mil empleos en todo el país y la tercera parte de éstos se encuentran en peligro. Ante esa crisis proponen que la masa de nixtamal y la tortilla tradicional de nixtamal tengan precio oficial, reglamentado y controlado en todos sus niveles, por al menos 10 años; que se condonen a los pequeños productores de masa y tortilla los adeudos con la Comisión Nacional del Agua, la Comisión Federal de Electricidad, el Instituto Mexicano del Seguro Social y la Secretaría de Hacienda. Finalmente invitó a una peregrinación hacia la Basílica de Guadalupe el 14 de diciembre, para pedir a la Virgen morena que ayude e ilumine a los gobernantes a poner orden en esta cadena productiva.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Wikileaks..El tsunami


El tsunami de WikiLeaks

Jenaro Villamil
Proceso


Un aire a Lisbeth Sallander, la heroína hacker del novelista sueco Stieg Larsson, acompaña a Julian Assange, periodista australiano de 39 años, fundador de Wikileaks y convertido en “enemigo público número uno” de los servicios de espionaje norteamericanos y de la Interpol.

Nueve días después de lanzar los más de 250 mil documentos confidenciales del Departamento de Estado, Assange decidió entregarse este martes a la justicia en Londres como una estrategia para defenderse. Y su  nombre volvió a ocupar los titulares de la prensa internacional.

 Sin embargo, no es la leyenda temprana lo que convierte a Assange en un personaje enigmático, sino su activismo atípico. “El valor es contagioso”, ha dicho, para justificar su desafío ante la mezcla explosiva de revelaciones de información confidencial con acceso a la tecnología, que se ha convertido en un auténtico tsunami global contra los salones de la opacidad y de los adoradores de la “razón de Estado”.

Los Halcones en el Palacio de las Corrientes de Aire puede ser también un buen título para este episodio que mantiene electrizadas a las redacciones periodísticas de todo el mundo ante la divulgación de una parte de 250 mil cables diplomáticos, extraídos de las computadoras del Departamento de Estado norteamericano, por un soldado que, además, es admirador de Lady Gaga.

Assange y los periodistas que lo acompañan en esta aventura han dicho que los documentos hasta ahora conocidos no son los más delicados, sino apenas una muestra de lo que pueden divulgar si la cacería en su contra persiste. Lo menos que han logrado demostrar estas filtraciones gestionadas con “medios institucionales” –The New York Times, Der Spiegel, The Guardian, Le Monde, El País- es que sí se puede trabajar de manera coordinada y multinacional entre periodistas para desentrañar la materia prima de los documentos sacados de la secrecía.

La historia de Wikileaks es tan breve como intensa, al igual que las nuevas redes sociales conocidas como web 2.0. Creado en 2006, este sitio web dio este año una primera muestra de su capacidad de revelación cuando en abril divulgó un video grabado en 2007, donde se observa a soldados estadunidenses matando desde un helicóptero a civiles iraquíes. En octubre puso a disposición 400 mil reportes del Pentángono y de la OTAN sobre la intervención en Irak. Pero el auténtico tsunami inició el pasado 28 de noviembre.

La ola de documentos puestos a disposición de lectores de todo el mundo constituye un gran outing sobre el doble rasero de la diplomacia norteamericana y los intereses en juego.

La liberación de varios documentos del Departamento de Estado relacionados con México constituyen una auténtica bomba para un gobierno federal ineficaz en su guerra contra los cárteles de la droga.

Los cables de Wikileaks confirmaron muchos puntos que han sido documentados en revistas críticas como Proceso y también hizo revelaciones que, como advirtió Porfirio Muñoz Ledo, nos colocan en la antesala de la intervención militar directa de Estados Unidos. Veamos:

La injerencia del Departamento de Estado en la batalla contra el narco. Calderón pidió ayuda a Washington. Y la capital imperial califica de “torpes, descoordinadas, anticuadas, burocráticas y parroquiales” a las Fuerzas Armadas mexicanas, con una salvedad: la Armada. Los marinos mexicanos se han capacitado en Estados Unidos y este país está detrás de los grandes operativos recientes de la Secretaría de la Marina.

Reveló que el titular de Defensa, Guillermo Galván, le planteó a Dennis Blair, el máximo responsable del espionaje norteamericano, la posibilidad de decretar el estado de excepción en México, basándose en lo estipulado en el artículo 29 constitucional.

Documenta que las disputas entre PGR, Sedena, SSP y sus máximos titulares por el mando de una estrategia ausente en esta “guerra”, es claramente monitoreado por Estados Unidos. Ante la descoordinación, la violencia se ha incrementado.

Uno de los datos más inquietantes es el recuento de 10 agentes de la DEA y 51 “contactos” o soplones al servicio del FBI que han sido ejecutados por los cárteles de la droga. Si el asesinato en 1984 del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, generó la famosa Operación Leyenda que llevó a una intervención agresiva de Estados Unidos en México, imaginemos lo que estas “ejecuciones” pueden provocar ante la percepción creciente de un “Estado fallido”.

Lo más sintomático frente al tsunami es la pretensión de censurar un modelo informativo e informático que, por definición, es horizontal, autogestivo (quien quiera puede encontrar suficientes pistas para auténticos reportajes e investigaciones de más calado) y fuera de los modelos de control tradicionales.

La gestión del escándalo ha sido torpe y ha arrasado el prestigio de algunos sitios que decidieron cerrar el acceso a las cuentas de Wikileaks, como han sido los casos del servicio Pay Pal y de Amazon. ¿Con qué autoridad Estados Unidos o sus organizaciones civiles afines pueden condenar a China o a Cuba por censurar sitios como Google si ellos han alentado lo mismo con Wikileaks?

Frente a estos hechos, Assange ha señalado: “nuestra principal defensa no es la ley, sino la tecnología”. Y en este punto está lo más atrayente del tsunami informativo: ¿cómo frenar o censurar un modelo basado justamente en su capacidad de reinvención?

¿Qué va a suceder frente a la situación y las previsibles filtraciones nuevas? ¿Sobrevivirá Wikileaks a la cacería que se ha armado en contra de su fundador? Más allá del thriller que se ha orquestado en contra de Assange, lo importante del tsunami es lo siguiente:

Termina la era de los escándalos al estilo Watergate y comienzan los del Wikigate. Es decir, las grandes revelaciones ya no requerirán de una “garganta profunda”, sino del acceso a la tecnología y a la información.

Se replantea el “secreto de Estado” en un mundo globalizado, interconectado. Eso no lo ha entendido el gobierno de Felipe Calderón y sus voceros oficiosos. La guerra contra el narco no es un asunto solamente mexicano; se ha transformado en un expediente de interés global, gracias a Wikileaks.

El ejercicio periodístico no se afecta ni se suplanta, como se quejan los ortodoxos o los bribones. Por el contrario, el periodismo se potencia gracias a los documentos que Wikileaks pone a disposición como un gran materia prima para investigar, explicar, contrastar, analizar. Es el periodismo analítico lo que se reclama ahora en un mundo atribulado por secretos, maniqueísmo imperial, guerras de odio.

En esencia, estamos ante la primera gran revolución informativa del siglo XXI. Sus consecuencias son impredecibles, pero las lecciones y los escenarios que de esto surgirá ya están en nuestro horizonte.

http://www.jenarovillamil.wordpress.com/
MÉXICO, D.F., 7 de diciembre (apro).-

sábado, 4 de diciembre de 2010

"Ponchis " el niño sicario

" La normalidad ya no existe...solo existe la mierda"

Desfiladero
Droga y postmiseria: opiniones de un capo brasileño


Foto 
Un niño gesticula mientras los bomberos laboran en un vehículo incendiado en el barrio de Río Comprido, en Río de Janeiro, a finales del mes pasado, en el marco de la ofensiva policial contra capos de la droga que bloquearon caminos y robaron a automovilistas para resistir el embateFoto Ap

Jaime Avilés
La jornada

Charles Bowden, multipremiado periodista estadunidense que reside en Tucson, Arizona, ama a Ciudad Juárez con tal pasión que la ha visitado incontables veces y se ha hundido hasta el copete en la mierda que la cubre. Gracias a eso puede ver, dentro de la mierda, la espeluznante realidad que allí se vive y que refleja la que azota a muchos otros lugares del país como Chihuahua, Tijuana, Matamoros, Reynosa, Tampico, Monterrey, Culiacán, Guadalajara, Colima, Cuernavaca, Acapulco, Morelia, San Luis Potosí, Boca del Río, Veracruz, Villahermosa y Cancún.
Una realidad, insiste Bowden, que no se parece a nada que hubiésemos conocido antes. En Ciudad del crimen (Grijalbo), su libro más reciente, una crónica del pavoroso año 2008 en aquella frontera, escribe:
“Durante años la gente ha buscado una sola explicación para la violencia. Los cárteles son muy útiles para ello. Los asesinos en serie también. Los cientos de bandas callejeras lo mismo. Y la pobreza masiva, las familias desarraigadas, los policías corruptos, el gobierno corrupto... [Pero] imagina por un momento otra cosa; algo como el mar, algo líquido, sin rey ni corte, sin jefe ni cártel. Renuncia a la forma normal de pensar... [Hoy en día] la violencia es como un viento que no cesa, pero nosotros insistimos en una batalla entre cárteles, o entre el Estado y el mundo de las drogas, o entre el ejército y las fuerzas de la oscuridad. Sin embargo, la violencia ya es parte del tejido social y no tiene una sola causa ni un motivo específico, ni botón de on y off. La violencia ya no es parte de la vida, es la vida”.
Sostiene Marcola
Marcos Camacho, alias Marcola, máximo jefe de un cártel de Sao Paulo, Brasil, llamado Primer Comando de la Capital, coincide con Bowden –a quien seguramente jamás ha leído ni tratado– en que la antigua normalidad” ya no existe. En una charla con el diario O Globo, que concedió hace días en la cárcel donde reside como un hombre de gran poder, habló así.
“Antes yo era pobre e invisible. Nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las favelas. Ahora somos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de la conciencia social en ustedes”, dijo antes de oír la siguiente pregunta: ¿y cuál sería la solución?
Marcola respondió: “No hay solución, hermano. La propia idea de solución ya es un error. ¿Ya viste el tamaño de las 560 favelas de Sao Paulo? ¿Ya anduviste en helicóptero sobre la periferia de Sao Paulo? ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general y todo bajo la batuta de una tiranía esclarecida, que actuase a pesar de la parálisis burocrática tradicional, por encima del Legislativo cómplice y del Judicial que impide sanciones. Tendría que haber una reforma radical de los procesos penales del país, tendría que haber comunicación e inteligencia entre policías municipales, estatales y federales (nosotros hacemos videoconferencias entre presidiarios; ellos no). Y todo eso costaría billones de dólares e implicaría un cambio sicológico y social muy profundo. O sea, es imposible, no hay solución”.
¿No tiene miedo de morir?, le dice el entrevistador. Marcola se ufana: Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no. Ustedes no pueden entrar a la cárcel a matarme, pero yo sí puedo mandar matarlos afuera. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama; la muerte para nosotros es la comida de todos los días”. Luego de anotar que ha leído más de 3 mil libros, el capo se adentra en la sociología:
“¿Ustedes, intelectuales, no hablaban de lucha de clases? Pues entonces llegamos nosotros. Ahora ya no hay más proletarios y explotadores, hay una tercera cosa creciendo allá afuera, cultivándose en el barro, educándose en el absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles... Somos la postmiseria. Y la postmiseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con megabytes”.
En seguida, tras comparar la lentitud, la debilidad y la pobreza del Estado con la rapidez operativa, la riqueza y la eficacia de los cárteles, Marcola dice, cuando el reportero a nombre de la sociedad y las instituciones le pregunta angustiado, ¿pero, qué debemos hacer?
“¿Qué deben hacer? ¡Atrapen a los barones de la droga! Hay diputados, senadores, empresarios y hasta ex presidentes en el negocio de la cocaína. Pero, ¿quién va a detenerlos? ¿El ejército? ¿Con qué dinero? Sólo pueden acabar con nosotros con la bomba atómica, pero ¿quién quiere playas radiactivas en Río de Janeiro? Ustedes sólo pueden llegar a tener éxito si dejan de defender la ‘normalidad’, porque la normalidad ya no existe. Lo que existe es la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella”.
La tragedia según Calderón
El pasado miércoles, durante la presentación del nuevo libro de Anabel Hernández, Los señores del narco (Grijalbo), en la FIL de Guadalajara, Edgardo Buscaglia, experto de la ONU en el tema del crimen organizado, coincidió con Marcola al reiterar lo que viene diciendo hace años: que en México la lucha contra los cárteles será en vano mientras no caigan presos alcaldes, gobernadores, legisladores, magistrados, ministros, miembros de la clase política y del sector empresarial que guardan íntimas relaciones con la industria de la droga, tarea que, a juicio del especialista, no podrá llevar a cabo el gobierno corrupto”, así lo dijo, de Felipe Calderón.
México no merece la tragedia de volver a lo autoritario”, dijo Calderón por su parte, el domingo pasado en el Auditorio Nacional, al celebrar el cuarto aniversario de la infausta mañana en que se terció una banda tricolor para sentarse en los pináculos del poder y declararle la guerra al pueblo y a las instituciones con el pretexto del combate al narcotráfico.
Con esas misteriosas palabras –la tragedia de volver a lo autoritario”–, Calderón expresó en clave que mientras de él dependa no se restablecerá el estado de derecho en México, lo cual sería una verdadera tragedia, ahí sí, por ejemplo, para Enrique Coppel, pues debería ir a la cárcel por el asesinato de sus empleadas en Culiacán; o para Germán Larrea, por el asesinato de los mineros de Pasta de Conchos; o para Marcia Altagracia Gómez del Campo, prima de Margarita Zavala, por los 49 bebés quemados en Hermosillo, o para Juan Molinar Horcasitas por lo mismo, y por la quiebra de Mexicana de Aviación y la destrucción de Luz y Fuerza, y por desviar, junto con Daniel Karam, 13 mil millones de pesos del IMSS para rescatar empresas privadas en quiebra; o para Cecilia Romero, por el asesinato de 72 migrantes en Tamaulipas; o para Ulises Ruiz, por tantos crímenes en Oaxaca, o para Mario Marín, Fidel Herrera, Amalia García, Vicente Fox, Marta Sahagún, los niños Bribiesca y tantos y tantas más.
Pero al ofrecerle, con ese mensaje, renovada impunidad a la mafia que lo respalda, Calderón coincidió con Bowden y Marcola en cuanto a que la normalidad” ya no existe, y con Marcola y Buscaglia en que las soluciones no llegarán mientras no se produzca un cambio profundo. Y de nuevo con Marcola, en que “lo único que existe es la mierda. Y nosotros [en este caso, la olinarquía y Los Pinos] trabajamos dentro de ella”. ¡Todos al concierto el lunes en solidaridad con Rita Guerrero Huerta, patrimonio cultural de la humanidad!

jueves, 2 de diciembre de 2010

Fox : Cínica confesión

“Cargué los dados contra AMLO”, reconoce Fox

La Redacción
PROCESO
México, D.F., 2 de diciembre (apro).-

Un periodista de Milenio le preguntó al expresidente Vicente Fox Quesada: “¿Cargó los dados contra López Obrador?”. La respuesta del panista fue una aseveración presuntuosa: “Pues claro que sí, en lo que pude, claro que sí, y es democrático; por eso lo digo yo y lo dije: fue un segundo triunfo para mí”.
El guanajuatense pretendió justificar su intervención en la contienda presidencial de 2006: “(…) Todo ese rollo de la demagogia y el populismo, no funcionan”.
Vicente Fox se ufanó entonces de defender un proyecto político más eficiente que el propuesto por López Obrador: “(…) Creo en políticas económicas de disciplina férrea para proteger el bien de los pobres, creo en las políticas sociales, deben ser poderosas y a fondo…”.
En respuesta, el presidente del PRD, Jesús Ortega, manifestó que las declaraciones de Fox Quesada evidencian su participación en la campaña de Estado contra López Obrador.
En cambio, el dirigente panista César Nava justificó a su correligionario. Fueron expresiones “coloquiales”, minimizó.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Peña nieto y su show-bodorrio

Peña Nieto: su boda-show, al filo del pecado

Jenaro Villamil
PROCESO

La telenovela romántico política fabricada por Televisa y el gobierno del Estado de México llegó a su culminación el pasado 27 de noviembre –si bien está lejos de haber terminado– con la boda de Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, y la actriz de Televisa Angélica Rivera: un show frívolo promovido y desplegado en los medios de comunicación; en suma, parte de una cuidadosa estrategia del mandatario mexiquense para catapultarse como candidato presidencial en el 2012.

MÉXICO, D.F., 27 de noviembre (Proceso).- Desde su inicio, tanto el noviazgo como la boda religiosa que culminó este sábado 27 de noviembre entre el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto y la actriz Angélica Rivera han estado teñidos por la polémica, por el cálculo mediático-electoral de la empresa Televisa y del principal aspirante presidencial del PRI, así como por las contradicciones de las autoridades de la Iglesia católica frente a la duda de si la anulación del matrimonio entre La Gaviota y el productor José Alberto El Güero Castro fue real.
Esta especie de reality show orquestado en torno a la figura del mandatario estatal y la protagonista de melodramas televisivos comenzó en abril de 2008 cuando Angélica Rivera aceptó acudir a una cita privada con Peña Nieto por intermediación de Manuel Cavazos Melo, experto en cabildeo y relaciones públicas.

Cavazos Melo era amigo y empleado del publicista Juan Carlos Limón, de la empresa ByPower, e hijo de Manuel Cavazos Azcárraga, emparentado con el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean.

Licenciado en derecho por la Universidad Iberoamericana y candidato a doctor en administración pública por la Anáhuac, de los Legionarios de Cristo, Cavazos Melo fue director de Relaciones Gubernamentales de ByPower y, por lo tanto, intermediario en varios de los convenios publicitarios con el gobierno del Estado de México.
Cavazos tenía una relación cercana con Maritza Rivera, hermana de la actriz, y a través de ella le sugirió que La Gaviota aceptara una cita con Peña Nieto como parte de una estrategia de promoción.

El supuesto “flechazo” entre ambos personajes en realidad fue parte del proyecto de asesoría y mercadotecnia política que Peña Nieto contrató con ByPower y la empresa TV Promo (de Alejandro Quintero, vicepresidente de Comercialización de Televisa) para aminorar las dudas generadas por las versiones contradictorias en torno a la muerte de la esposa del gobernador mexiquense, Mónica Pretelini, ocurrida el 11 de enero de 2007.

Extracto del reportaje que se publica en la edicion 1778 de la revista Proceso, ya en circulación.

 

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