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miércoles, 30 de junio de 2010

Atenco libre

Ordena la Corte liberar a presos de Atenco



Jorge Carrasco Araizaga
Proceso
MÉXICO, D.F., 30 de junio (apro).-

 En las próximas horas deberán ser puestos en libertad los 12 integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenó hoy su excarcelamiento.

La primera sala de la Suprema Corte concedió por 4 votos contra 1 el amparo a los principales líderes del movimiento atenquense, Ignacio del Valle Medina, Héctor Galindo Goicochea y Felipe Álvarez, quienes están privados de la libertad en el penal de máxima Seguridad del Altiplano.

El único que se opuso a la liberación de los lideres fue el ministro José de Jesús Gudiño Pelayo, presidente de la sala.

En el caso de los otros nueve integtrantes del Frente atenquense, la votación de la sala fue unánime.

Los beneficiados son Oscar Hernández, Inés Rodolfo Cuellar, Julio César Espinoza, Juan Carlos Estrada, Edgar Morales, Jorge Ordoñez, Narciso Arellano, Alejandro Pilón y Román Ordoñez, quienes están detenidos en el penal de Molino de Flores.


el Valle purgaba una condena de 112 años de cárcel, Galindo y Álvarez de 67 años y el resto por periodos superiores a los 30 años.

Los 12 atenquenses están encarcelados desde el 2006.

En la votación unánime, los ministros coincidieron en que hubo violación al proceso penal seguido contra los manifestantes puestoque no se consideraron todas las pruebas a su favor.

Coincidieron también en que el proceso abierto en su contra fue un ejemplo de "la criminalización de la protesta social".

La guerra sucia y el crimen político

De la guerra sucia al crimen político



Jenaro Villamil
Proceso
MÉXICO, D.F., 29 de junio (apro).-

 La brutal ejecución del doctor Rodolfo Torre Cantú, candidato priista a la gubernatura de Tamaulipas, se produce en un contexto local y nacional virulento y violento.

Apenas una semana antes del primer crimen político reciente contra un candidato a gobernador, las dirigencias nacionales del PAN y del PRI se enfrascaron en una batalla declarativa que inició con todas las características de una guerra sucia: espionaje telefónico; difusión de las llamadas interceptadas a los gobernadores Fidel Herrera, Ulises Ruiz y Mario Marín; acusaciones mutuas de trampas que aplican tanto unos como otros; impunidad absoluta frente a César Nava, que presume tener más grabaciones de este tipo, y total inoperancia de los árbitros electorales estatales para frenar el uso y abuso de los recursos para favorecer a los candidatos priistas en aquellos estados que se consideran feudos de los gobernadores en turno.

Una de las características principales de toda guerra sucia es la violencia verbal y simbólica, que antecede o acompaña a la eliminación física o mediática del adversario. Las guerras sucias buscan polarizar al electorado: buenos contra malos, corruptos contra impolutos, amenazas para México contra salvadores autoasignados.

Los mercaderes de las guerras sucias, como el publicista español Antonio Solá o los mercadólogos contratados tanto por el PRI como por el PAN y su aliado circunstancial, el PRD, no ven a los rivales como adversarios electorales, sino como enemigos declarados. Los ciudadanos se transforman en espectadores pasivos de una guerra de lodo que alienta el abstencionismo e inhibe la participación politizada.

Toda guerra sucia tiene una alta dosis de pánico moral, es decir, campañas de odio y de miedo a través de spots; rumores difundidos en medios cibernéticos; medias verdades o mentiras construidas para estigmatizar al adversario y desmovilizar a los críticos; discurso gubernamental hostil ante la crítica, la disidencia o la oposición; desproporción entre la realidad y el imaginario colectivo inducido por la constante mención de esa amenaza.

Otra característica principal de la guerra sucia es la utilización facciosa de los medios masivos de comunicación, en especial de los medios electrónicos, que se transforman en los mensajeros de una guerra cuyo comandante en jefe no es claramente identificado y cuya estrategia parece no concluir con una victoria electoral, sino anticipar un conflicto poselectoral.

Eso lo vivimos en las elecciones de 2006. A Andrés Manuel López Obrador le endilgaron el mote de “peligro para México” y el PAN se justificó diciendo que tenía que ganar “haiga sido como haiga sido”. El propio tribunal electoral federal avaló esa guerra sucia.

El gobierno de Felipe Calderón nos ha recetado lo mismo en su guerra contra el narcotráfico, que ha polarizado al país y ha inutilizado al Estado desde que en enero de 2007 sacó al Ejército de los cuarteles, en una decisión de alto riesgo y poca claridad estratégica.

En las elecciones federales de 2009, el entonces dirigente nacional del PAN, Germán Martínez, se vistió de cruzado moral y en lugar de presentarse como el presidente de un partido en el gobierno, articuló una campaña electoral opositora con pésimos resultados para Acción Nacional. Todavía alcanzó a justificarse diciendo: “es tan aceptable una campaña de odio como una campaña de alegría”.

El PRI arrasó en esas elecciones y el retorno del tricolor a la presidencia se transformó en la profecía autocumplida por el propio PAN.

En el 2010, César Nava se volvió un clon de Germán Martínez, y acompañado por sus socios temporales del PRD, se ha dedicado a enlodar las campañas estatales, en vez de documentar los abusos que cometen las autoridades priistas.

El contraste obvio entre su jefe Calderón, que garantizó la impunidad de gobernadores como Mario Marín o Ulises Ruiz, no ha sido obstáculo para que ahora se enrede con el fantasma de los dinosaurios priistas que han sido socios de su gobierno, como ahora lo son Los Chuchos del PRD.

No pocos priistas han caído en la provocación, y en sus propios estados los gobernadores aplican sus propias guerras sucias a escala de la federal, acosando y estigmatizando a los opositores, como se ha documentado en Oaxaca, Hidalgo, Quintana Roo, entre otras.

Sin embargo, no sólo se trata de violencia verbal. La fallida guerra contra el narcotráfico ha convertido a entidades como Tamaulipas en tierra sin ley, en verdaderos “narco-Estados” donde los cárteles se disputan no sólo las rutas de la droga, sino los espacios de poder en el gobierno, en el Congreso, en las alcaldías.

Al asesinato de Torre Cantú lo antecede una ola de violencia que viene desde finales del gobierno de Vicente Fox hasta todo este periodo del calderonismo. Comenzaron a silenciar y a matar a los periodistas. En Tamaulipas, ningún reportero quiere firmar una nota relacionada con el narcotráfico.

La violenta disputa entre el cártel del Golfo y Los Zetas, antes aliados en el control de esa plaza, es el marco de otros crímenes impunes hasta ahora, como el del candidato del PAN a la alcaldía de Valle Hermoso, José Mario Guajardo Varela, ejecutado el 13 de mayo junto, con uno de sus hijos y un trabajador.

El propio candidato panista a gobernador, José Julián Sacramento, confió a varios reporteros que “algunas candidaturas para diputados y ayuntamientos están vacantes debido a la amenaza de los narcotraficantes”.

El dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega, confesó que también su partido no encontró valientes que se decidieran a encabezar una campaña a alcalde o diputado local en condiciones de inseguridad extremas.

Eugenio Hernández Flores ha administrado desde entonces el desgobierno en Tamaulipas. Si el poder del crimen organizado quedó ampliamente demostrado desde la época del sexenio salinista con el gobierno de Manuel Cavazos Lerma, y se agravó con Tomás Yarrington, con Hernández Flores simplemente se ha vuelto poder de facto.

No deja de despertar sospechas el silencio del secretario general de Gobierno, Hugo Andrés Araujo, un viejo amigo de Raúl y Carlos Salinas de Gortari, quien supuestamente debe garantizar la seguridad de todos los candidatos en una entidad atenazada por la guerra de los cárteles.

El crimen político de Torre Cantú nos remite inevitablemente a lo que ha sucedido en Colombia. El exgobernador de Zacatecas y senador del PT, Ricardo Monreal, lo expresó claramente: “Nos encaminamos de manera acelerada a la colombianización de nuestra vida política”.

A manera de ejemplo, Monreal recordó que hace tan sólo tres años, 21 candidatos a gobernadores, alcaldes y diputados locales fueron asesinados en Colombia por grupos paramilitares (vinculados a la guerrilla o al narcotráfico o a ambos), en un periodo de cinco meses.

Pero no sólo Tamaulipas es territorio en riesgo. Sinaloa, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Guerrero, Nayarit, Veracruz y Oaxaca son entidades donde el crimen está mucho más organizado que el Estado.

Y todo esto comenzó con una guerra sucia que nos metió a un Estado en guerra.

www.jenarovillamil.wordpress.com

martes, 29 de junio de 2010

Calderón se tambalea

Calderón se tambalea



Álvaro Delgado
Proceso
MÉXICO, D.F., 28 de junio (apro).-

 Habitualmente fríos al drama cotidiano de millones de mexicanos a merced de la pobreza y la violencia, a las que suelen aproximarse sólo mediante sus proyectos filantrópicos, los ricos de México padecen cada vez más los embates de la delincuencia, aun en las fortalezas que habitan y detrás de nubes de guaruras.

En medio de matanzas que apilan casi 25 mil cadáveres, balaceras a cualquier hora, secuestros cotidianos, extorsiones por doquier, abusos policiaco-castrenses crecientes y desasosiego general, todo en un contexto de impunidad absoluta, las élites ya están hartas.


 han dado con el responsable: Felipe Calderón.


las conversaciones en los restaurantes de postín de todo el país, en los centros financieros y en sesiones de organismos empresariales, son cada vez más despectivos y soeces los comentarios sobre Calderón y sus colaboradores, que van desde “nacos”, “ineptos” y “corruptos” hasta imputaciones sobre ostensibles aficiones etílicas.

En esos corrillos corren toda suerte de especulaciones, inventivas y asertos sobre la élite burocrática y sus supuestos negocios materializados gracias a amoríos, afectos o consanguinidad al más alto nivel.


En esos ámbitos no dan un centavo por un futuro prometedor para Calderón y su círculo cercano, que creen que inevitablemente reemplazará el grupo de Enrique Peña Nieto –al que ven más moldeable--, y aun se cruzan apuestas si puede concluir el sexenio.

Las expresiones despectivas sobre Calderón han cobrado auge ahora que recibió, este lunes28, un segundo obús en su línea de flotación y exhibió, otra vez, su extrema fragilidad.


Se trata de la ejecución a balazos del candidato priista a gobernador de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, y de otras cuatro personas, a menos de una semana de las elecciones en ese y otros 14 estados, un embate criminal que México no conocía desde el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, el 21 de marzo de 1994.

El primero obús que cimbró a Calderón y su enclenque gobierno fue el secuestro del panista Diego Fernández de Cevallos, el viernes 14 de mayo, un hecho que no sólo exhibió que cualquier organización delictiva es capaz de privar de la libertad a quien sea –incluido, como es el caso, uno de los individuos que encarnan los intereses oligárquicos--, sino de poner de rodillas al Estado, que eso implica el repliegue de éste ante el secuestro que ni siquiera se acepta como tal.

Este secuestro espantó a la élite económica y política de México, que se ve desde entonces extremadamente vulnerable a los criminales o grupos guerrilleros que, como en 1994, secuestraron a prominentes magnates como Alfredo Harp Helú, cuyo rescate de 30 millones de dólares, por cierto, no quería pagar el socio de éste en Banamex, Roberto Hernández.

La ejecución del candidato priista a gobernador han reactivado en la élite la certeza de que Calderón ya no es capaz de dar seguridad a los mexicanos, en primer lugar a ellos que lo impusieron en el cargo, y que su empecinamiento en su “guerra” sólo agravará las condiciones de peligro.

Los megacrímenes de Fernández de Cevallos y de Torre Cantú indican que la escalada delincuencial va en ascenso y que apunta a la comisión de otros homicidios de gran relevancia. Si no se tomó con la debida seriedad el asesinato del candidato panista a Valle Hermoso, Mario Guajardo, y de su hijo y uno de sus empleados, ahora no puede soslayarse la muerte a balazos del virtual próximo gobernador.

Porque, así como ya se atentó contra políticos del PAN y del PRI, puede preverse que sigue un personaje de peso del sector empresarial o en general de la élite que impuso, a toda costa, a Calderón, que ahora lo aborrecen y que pueden facilitar su caída...

Apuntes

Si Calderón removió a Miguel Gómez Mont como director de Fonatur por el pleito en el que participó con familiares de los futbolistas de la Selección Mexicana, después de que ésta fue sepultada por la de Argentina --a cuyos naturales ese sujeto insultó: "todos los argentinos que se vayan a la chingada"--, hay muchas más razones para hacerlo con otro miembro del clan, Fernando, el secretario de Gobernación, cuya más reciente estupidez fue insultar a las comisiones nacional y estatales de derechos humanos llamándolos “tontos útiles”. Arrogante y frívolo, Gómez Mont tiene la instrucción de su jefe de evitar, a toda costa, que se sancione a los asesinos de Brayan y Martín Almanza, los niños asesinados a balazos por soldados en un retén en Tamaulipas. Tiene razón el obispo Raúl Vera López: Calderón es un dictadorzuelo y Gómez Mont es un fascista…

delgado@proceso.com.mx





lunes, 28 de junio de 2010

Las " encuestas " mentirosas...

Encuestas, una fábrica de mentiras


José Gil de Olmos
Proceso
MéxicoD.F., 26 de Junio

Fungen como negocios o, de plano, como “actores políticos”. También suelen ponerse al servicio de los partidos. El objetivo: inflar su potencial político y falsear sus posibilidades electorales. Se trata de las encuestadoras, muchas de ellas nacidas al calor de las contiendas, de las oportunidades de negocio. Para estas compañías, generar información socialmente útil es lo de menos. Pero ahí están: con sus datos sesgados, con sus mentiras numéricas, interactuando como otro agente más en el corrupto escenario de la política nacional. Son las fábricas de mitos…

Por su experiencia acumulada y por los contratos millonarios firmados con los partidos políticos y sus candidatos, así como con medios de comunicación, las principales firmas encuestadoras del país se van convirtiendo ellas mismas en actores políticos durante los procesos electorales, sobre todo durante las campañas y los conteos de los escrutinios.


A varias de estas firmas se les señala por responder más a intereses económicos y políticos que a proporcionar información clave a sus clientes; a otras, de que “cucharean” los resultados para vender datos sesgados para favorecer a algún candidato.

Ricardo Barrueta, presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública (AMAI), fundada en septiembre de 1992 e integrada por 32 socios, se deslinda. Advierte que él y sus compañeros no participan en este tipo de prácticas ilegales que, arguye, “realizan empresas que no están reconocidas por ninguna asociación ni cumplen con los requisitos profesionales para la realización y presentación de las encuestas.


Se sabe, dice, que algunas de ellas realizan incluso técnicas push pull, que en realidad son “campañas sucias”, pues son encuestas aplicadas a personas con la intención de modificar el voto haciendo campaña a favor de algún candidato o en contra de los otros.

“Lamentablemente muchas de las encuestas que se difunden no necesariamente cumplen con un rigor metodológico. En AMAI todos los asociados están obligados a cumplir los requisitos técnicos y metodológicos que se han fijado. Por ejemplo, no subimos encuestas electorales hechas por teléfono. El motivo: el teléfono limita la posibilidad de incluir en el ejercicio a toda la gente.

“Además, nos hemos enterado que hay quienes las hacen como push pull y que, con el pretexto de hacer una encuesta, terminan empujando o tratando de modificar la intención del voto de las personas que son consultadas. Esto, éticamente, no lo aceptamos en la asociación”.

La AMAI también ha detectado que algunas empresas encuestadoras y periódicos como El Universal, Milenio diario y Reforma han publicado como inserciones pagadas información de presuntas encuestas con datos incorrectos y que no han sido verificados.

Extracto del reportaje que se publica en la edición 1756 de la revista Proceso, ya en circulación.

sábado, 26 de junio de 2010

Mi reino no es de este rumbo

Desfiladero



Mi reino no es de este rumbo

Jaime Avilés
La jornada

En el territorio que nos legó Carlos Monsiváis, cuyas fronteras están delimitadas por sus numerosos libros, también conviven, por desgracia todavía sin una dirección colectiva, los grandes y pequeños movimientos sociales que van a transformar a MéxicoFoto Cristina Rodríguez


Monsiváis es un apellido catalán y al mismo tiempo un paisaje: montes y valles. Un paisaje que se extiende hacia todas las direcciones, que marca la rosa de los vientos y que abarca por ello un inmenso territorio. Un territorio donde conviven –y no precisamente en paz– todas las mujeres y todos los hombres que son víctimas de alguna forma de exclusión por su condición minoritaria, en un mundo en el que todas y todos somos parte no de una sino de múltiples minorías.

Minoritarios por nuestras filias y fobias ante los alimentos, por nuestro origen, por nuestra lengua, por nuestra posición económica dentro de una clase social; minoritarios por nuestras creencias o indiferencias religiosas, por nuestras inclinaciones filosóficas, por nuestras preferencias sexuales, políticas y deportivas; minoritarios, en fin, por todas las razones que de manera contradictoria y simultánea nos permiten a la vez ser integrantes de las grandes mayorías que excluyen y aplastan.

Desde el territorio ético, estético y moral que fundó Carlos Monsiváis, millones de hombres y mujeres hemos observado por décadas la grandeza y la desgracia cotidiana de un incierto país llamado México, y nos hemos reconocido por el uso compartido de herramientas que reivindican nuestros derechos minoritarios, excitan la inteligencia colectiva y mitigan el dolor personal; a saber: el ingenio, la parodia, la memoria, la crítica y la perspectiva, que sin embargo de nada nos habrían servido si no las hubiésemos empleado como resortes para pasar de la palabra a la obra, del pensamiento a la acción.

Si algo nos identifica y nos permite reconocernos a quienes somos conscientes de que habitamos por voluntad propia el territorio de Monsiváis, esto sin duda es el humor. Heredero de las sátiras liberales del siglo XIX, de los panfletos burlescos y agitadores de Posadas a principios del XX, del teatro de carpa que a finales de los 40 denunciaba a Miguel Alemán y sus 40 ladrones, el humor político de izquierda, perseguido y condenado a través de los siglos por la Iglesia, en los primeros años 50 fue secuestrado por la televisión: la santa alianza que desde Chapultepec 18, durante más de medio siglo, ha venido indicándonos, con risas grabadas, cuándo debemos celebrar sus “chistes”.

En los dulces años de la represión diazordacista (dulces comparados con el horror de hoy), a pesar de la censura religiosa y electrónica, el humor político de izquierda volvió por sus fueros en las mantas y las pintas del movimiento estudiantil del 68 y se instaló en las páginas de la prensa verdaderamente crítica (y por eso minoritaria) hasta nuestros días. Si en la cultura anglosajona Woody Allen es la síntesis del humor de Chaplin y los hermanos Marx, en México el humor de Monsiváis es la síntesis de Woody Allen y la familia Burrón.

La ahora reverenciada “irreverencia” de Monsiváis, sus felices juegos de palabras (“mi reino no es de este rumbo”), su ejercicio contenido y elegante, pero siempre feroz, de la burla; el éxito transexenal de Por mi madre, bohemios –incomprensible fuera de México, como bien apuntó Hermann Bellinghausen–, fueron todos estos años reflejos y espejos del estado de ánimo y de la madurez política de nuestra sociedad, pero también garantía de su permanencia en la vida (y en la vía) pública.

En las dictaduras fascistas (como las de Hitler, Stalin y Franco), así como en los colegios de curas y monjas, el humor siempre fue un alivio del que sólo se disfrutaba en secreto (como la masturbación). En las democracias se convirtió en un derecho social. Y en los pasajes de tránsito de una dictadura a una democracia, en los llamado periodos de “destape”, el humor y la libertad sexual siempre se han soltado el chongo hasta que el exceso de excesos devuelve la calma y construye una nueva “normalidad”.


En México, mientras el país está en obvia transición de una dictadura mediática de extrema derecha a una dictadura netamente fascista, el Canal 11 de la televisión calderónica ha iniciado un falso proceso de “destape” y ahora, como en la España de 1980 o la Argentina de 1990, produce y transmite programas de tema sexual, en los que bellas y jóvenes actricitas (véase Bienes raíces, serie estrenada el 15/01/10) cuchichean acerca de cómo “hacerle más rico al glande” (sic), en el colmo de la simulación “democrática”, porque a la vez que el comediógrafo Fernando Sariñana hace “una televisión más atrevida”, la guerra civil provocada por la oligarquía mexicana se intensifica y el régimen se colapsa en medio de un baño de sangre insoportable.

Con fervientes deseos de equivocarse, Fidel Castro comenta el desarrollo del torneo deportivo que se celebra en Sudáfrica y asegura que mientras la competencia entra en su etapa más emocionante y captura la atención de miles de millones de personas en el mundo, barcos artillados de Estados Unidos e Israel navegan hacia Irán para imponerle una nueva guerra, que a su vez, calcula, podría desatar otra entre Corea del Norte y Corea del Sur.

Mientras esos buques avanzan rumbo a la antigua Persia, en México los tres grandes partidos de la derecha –PAN, PRI y PRD– compiten bajo cuerda por ver cuál cometerá el mayor número de trampas en los 12 estados donde habrá elecciones de gobernador dentro de ocho días. Al final del cochinero, Felipe Calderón y Margarita Zavala y sus hermanos lamentarán el haberse peleado tan horriblemente con Maca, la presidenta del tribunal electoral federal, María del Carmen Alanís, que en todos los casos en que Manlio Fabio Beltrones se lo pida actuará en favor del PRI. Y si no –como dicen los columnistas que se las dan de muy salsas, y los bebedores de refrescos sin hielo–, “al tiempo”.

Hace tres días, en la capital del estado de Jalisco, Andrés Manuel López Obrador presentó su nuevo libro, La mafia que se adueñó de México... y el 2012, y consiguió algo que no lograron en su momento, cuando eran candidatos presidenciales, ni Diego Fernández de Cevallos, ni Vicente Fox, ni Cuauhtémoc Cárdenas: llenar el auditorio Salvador Allende de la Universidad de Guadalajara. El máximo dirigente opositor del país no sólo reunió allí a una multitud de estudiantes y profesores, que atiborró butacas, pasillos y escaleras, sino que fue escuchado por altoparlantes desde un salón contiguo.

En el territorio que nos legó Carlos Monsiváis, y cuyas fronteras están delimitadas por sus numerosos libros –el antepenúltimo de los cuales, por cierto, lleva por título Los mil y un velorios–, también conviven, por desgracia todavía sin una dirección colectiva, los grandes y pequeños movimientos sociales que van a transformar a México, entre ellos el de los mineros en pie de lucha, el de los electricistas que todavía tienen por delante el reto de organizar la huelga de pagos a la Comisión Federal de Electricidad, el de los que claman justicia para los niños quemados en la guardería ABC de Hermosillo y, por supuesto, el de los campesinos de Atenco, sentenciados a 112 años de cárcel, que a partir del próximo miércoles podrían quedar libres o resignarse a permanecer presos hasta que el pueblo derrumbe los muros de sus celdas, todo lo cual dependerá de lo que decidan los ministros de la Suprema Corte, que han hecho del máximo tribunal de México el basurero moral de la nación.

• jamastu@gmail.com

jueves, 24 de junio de 2010

Atenco: Carta de América del Valle al pueblo de México

CARTA DE AMÉRICA DEL VALLE



Al pueblo de México:
A los pueblos de la orilla del agua, Atenco:
A mi madre, a mi padre y mis hermanos:

A todas las organizaciones y personas que luchan por la libertad y la justicia en nuestro país:

Han pasado cuatro años desde aquella bárbara agresión del gobierno federal y el gobierno del Estado de México contra nuestro pueblo digno y rebelde de San Salvador Atenco. Desde aquellas salvajes golpizas contra hombres, mujeres y niños; del allanamiento y destrozo de nuestros hogares; el asesinato de Alexis Benhumea y Javier Cortés; el encarcelamiento de más de 200 compañeros; la humillación y violación de decenas de nuestras compañeras durante su traslado al penal; la expulsión del país de amigas chilenas, alemanas y españolas que atestiguaron y sufrieron la represión. Todo, a manos de los cuerpos policiacos estatal, federal y municipal. Todo, ordenado, dirigido y supervisado personalmente desde un lugar situado a unos metros de los hechos, por el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Todo, impulsado por la presidencia de la República para cobrarnos la afrenta de haberle impedido arrebatarnos nuestras tierras para cerrar el negocio del sexenio: el de abrir un nuevo aeropuerto con un corredor comercial a todo lujo de varios kilómetros de largo.


Durante estos cuatro años hemos debido luchar y resistir en condiciones sumamente adversas, pero aún así hemos logrado liberar a la mayoría de los presos, han vuelto a su casa la mayoría de los perseguidos y lo más importante es que el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) está vivo y luchando incansablemente por la libertad de los presos que faltan, pero también atento a impedir el despojo de nuestras tierras.

Hoy estamos a escasos días del desenlace jurídico de la lucha por la libertad de nuestros presos. Hemos jugado la última carta legal que tenemos para lograrlo (el amparo definitivo), y la decisión está en manos de la última instancia legal a la que podemos recurrir en México: la Suprema corte de Justicia de la Nación (SCJN)

Quisiera equivocarme, pero todo apunta a que en los próximos días, los ministros atenderán a una decisión de Estado: dejar en la cárcel a algunos presos políticos de Atenco. Sacarán a unos cuantos, reducirán las condenas de otros, pero la realidad es que la injusticia prevalecerá. Una decisión con la que especulan tanto el PAN como el PRI; tanto Calderón, como Peña Nieto, padre y creador de toda esta barbarie. Habiendo una decisión de Estado de por medio (como ocurre también en el caso del SME), es muy difícil que la Corte no la acate. Son contados lo jueces dispuestos a desacatar una orden así girada desde el poder. Por temor o conveniencia, por presiones o por intereses. Basta hacer un breve recuento de su reciente actuar:

La SCJN ha dejado libre e impune a un gobernador que en cadena nacional fue evidenciado protegiendo a una red de grandes empresarios pederastas denunciados por Lydia Cacho, el góber precioso no fue ni siquiera molestado por la Corte.

Más de 20 muertos dejó la represión en contra de la APPO en 2006, las fotos de los sicarios de Ulises Ruiz disparando contra el pueblo de Oaxaca aparecieron en la portada de varios diarios de circulación nacional, cuando la SCJN revisó el caso no puso tras la rejas a ninguno de los sicarios y mucho menos ejecutó acción alguna contra el gobernador oaxaqueño.

Liberó, eso si, a paramilitares responsables de la masacre de Acteal, entre ellos, dos asesinos confesos.

En el caso de la guardería ABC, puso por encima la tradicional impunidad de los funcionarios que se enriquecen a costa de abaratar la calidad de los servicios que ofrecen, al profundo grito de justicia emanado del dolor por la muerte de 49 niños.

Ya una vez la Corte discutió el caso Atenco y decidió una aberración jurídica al referir que sí hubo violaciones a los derechos, pero que nadie era responsable de tales.

En nuestra patria no hay justicia. Me parece evidente que la Corte no puede sostener la aberración indefendible del “secuestro equiparado”, lo cual anularía las vergonzosas penas de hasta 112 años de cárcel para nuestros presos. Pero tienen la orden de buscar la maniobra “legal” para que algunos de nuestros compañeros aún no salgan libres, y todo indica que eso es lo que al final decidirán, más allá de la intención honorable de algunos de los jueces de poner fin de una vez por todas a esta profunda injusticia (nuestro reconocimiento a ellos). ¿De qué se trata? De ejercer un castigo ejemplar, descomunal contra los símbolos de la lucha social. Es una forma de advertir a los que se decidan a luchar, a qué se atienen si persisten en su intento. Saben que la situación es inestable. Tienen miedo, tratan de disuadir al pueblo de toda decisión de rebelarse, para atemorizarlo. Y por eso mismo es que creo que hay una decisión de Estado. La clase política requiere mantener la amenaza vigente, y por ahora no hay mejores candidatos para ello que los rebeldes, insumisos e incorruptibles campesinos del FPDT. Pero nosotros no lo aceptamos, queremos justicia, no más engaños de los mercaderes del derecho. No nos vamos a resignar, vamos a seguir luchando, porque en un país como el nuestro, donde se cierran las puertas de la justicia, la alternativa que nos queda es luchar y organizarnos para detener tanta impunidad.

Me encuentro ahora en esta embajada en México de la República Bolivariana de Venezuela, pidiendo asilo político después de cuatro años de incesante persecución política en mi contra, de no poder salir a la calle ni ver a mis seres queridos, de no poder volver a mi casa ni a mi pueblo. Cuatro años que han sido de amedrentamiento pero también de indoblegable resistencia. Tengo varias órdenes de aprehensión en mi contra, todos los amparos que he solicitado han sido rechazados por el poder judicial. Para mi, no hay más opciones, menos ahora que la Suprema Corte de Justicia de la Nación está a punto de cometer otra brutal injusticia.


Los cargos por los que a mi me persiguen, son los mismos y en los mismos hechos que los de mi papá. Y frente a esta decisión de Estado de dejarlo preso, me he visto orillada a tomar esta decisión, el asilo político, para continuar la lucha desde fuera, pero con más fuerza y en mejores condiciones. He logrado evitar ser encarcelada cuatro años, y por supuesto que si no han logrado apresarme, menos aún lograrán que me entregue por delitos que no cometí.


Es al pueblo de Venezuela y a su presidente, a quienes pido ayuda, porque he sido testigo de su alto espíritu de solidaridad hacia los pueblos que sufren injusticia. Muestra de ello son todos los programas que otorga el pueblo venezolano con médicos, profesores, petróleo barato, operaciones de la vista a cientos de miles de pobres en nuestra América, combatiendo al imperio yanqui y al capitalismo depredador con gran fortaleza y dignidad.

Me voy, pero no me rindo. Y desde aquí quiero agradecer al pueblo humilde que me ha protegido y resguardado todos estos años; no tengo con qué pagarles más que con mi lucha y mi fuerza.

Quiero que lo sepa mi pueblo, Atenco, a quien tanto amo y admiro por su valentía, con quien tengo muchos proyectos y espero regresar pronto para concretarlos, junto a mis compañeros. Quiero que lo sepa mi padre y mi madre y toda mi familia, también que lo sepan mis hermanos de lucha de todos los rincones de mi patria que es México:

Si sigo de pie es por todos ustedes, y aunque mañana esté lejos, cuéntenme entre las filas de los que resisten y luchan por un país mejor, por un México sin despotismo político, sin la corrupción, explotación y despojo que hemos sufrido por años, y que ya no estamos dispuestos a tolerar.


Y quiero que lo tengan siempre bien presente: ¡Venceremos! Ahora más que nunca, es momento de unirnos, de pelar juntos contra el enemigo común. Mineros de Cananea, de Pasta de Conchos, pueblo de La Parota y Copala, trabajadores del SME, maestros de la CNTE, estudiantes universitarios, padres de la guardería ABC, de los muertos y las muertas de Ciudad Juárez, familiares de los miles de inocentes asesinados por esta llamada “guerra” contra el narcotráfico, pueblo pobre y trabajador, sin prestaciones, ni buenos salarios, sobreexplotados y humillados, a ustedes me dirijo con todo mi respeto, tenemos que estar juntos, tenemos que acabar de una vez con tanto despojo y represión, tanto de Felipe Calderón, como de quien aspira a ser su sucesor, Enrique Peña Nieto.

Que también lo escuche fuerte y claro el Estado. No pudieron con Atenco y no podrán conmigo. Sigo y seguiré de pie, resistiendo, porque la saña de los de arriba jamás podrá marchitar la rebeldía sembrada y regada por años en la tierra de nuestra nación. Ni sus jueces ni sus medios mentirosos, ni su cárcel ni su persecución, ¡nada detendrá nuestro camino a la justicia y la libertad! En la trinchera que nos toque estar, estaremos con la frente y nuestro puño en alto.

Ni la embajada de la República Bolivariana de Venezuela, ni el Presidente Chávez, ni por supuesto los millones de venezolanos y venezolanas, tienen nada que ver con lo que afirmo. Ellos tienen su lucha propia, la cual admiro y siento como propia, pero nada han tenido que ver con mi decisión de entrar a esta embajada y pedir asilo, lo cual ha sido decisión mía, exclusivamente.


No estoy dispuesta a permanecer más tiempo escondida, acosada, maniatada. Ya son más de cuatro años así, y la situación no tiene visos de cambiar. Mi única alternativa para recuperar la libertad por ahora es acgerme al asilo político por parte de un gobierno realmente democrático y del pueblo; de una pueblo solidario con la rebeldía de sus hermanos de otras tierras. Quiero mi libertad para seguir luchando, para seguir estudiando, para seguir viviendo. Por eso he decidido pedirle al pueblo de Venezuela, a su presidente, Comandante Hugo Chávez, que me acogan en su territorio mientras logro recuperar mi derecho a seguir luchando en mi propio país.

Que el mundo entero voltee a mirar lo que sucede en México. Que observe atentamente lo que está por ocurrir en estos días: que la mayor instancia de justicia de nuestro país, es incapaz de plantar cara ante una decisión de Estado, aún cuando éste cometa la más burda y lascerante de las injusticias.

América de Valle Ramírez


Perseguida Política del FPDT


Publicado por ATENCO - FPDT en 16:27

miércoles, 23 de junio de 2010

PRI y PAN Promovieron el desafuero contra AMLO

Andres Manuel Lopez Obrador Presidente legítimo

El Desafuero de Andrés Manuel López Obrador es uno de los procesos legales más famosos en la historia mexicana reciente. Éste ocurrió durante los años 2004 y 2005. Los preparativos, sus causas y su desenlace fueron uno de los temas más polémicos en la sociedad de ese país.

Siendo jefe de gobierno del Distrito Federal desde 2000, López Obrador tenía, como muchos otros funcionarios de su nivel en México, inmunidad jurídica (fuero constitucional); es decir, no podía ser sujeto a un proceso administrativo o penal a menos que el Congreso de la Unión, por alguna excepción, decidiera retirárselo.

En 2004 se responsabilizó al gobierno del Distrito Federal de violar una orden judicial que exigía la suspensión de la construcción de una calle en un terreno expropiado años atrás por gobiernos anteriores. Aunque los trabajos fueron suspendidos, se alegó que el cumplimiento de la orden había sido dilatorio y se responsabilizó directamente a López Obrador por ello.

El gobierno federal encabezado por Vicente Fox solicitó, por medio de la Procuraduría General de la República, un juicio de desafuero al Congreso de la Unión, para que López Obrador respondiese ante la justicia por sus presuntas responsabilidades.

El tema levantó una honda polémica en la opinión pública. Una mayoría significativa consideró el proceso de desafuero como una maniobra política para eliminar la posibilidad de que López Obrador fuese candidato a la presidencia de la república en 2006, ya que, aun si se lo declaraba inocente, el jefe de gobierno no podría registrarse como candidato mientras durase el proceso, que se vislumbraba largo. El gobierno federal y los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, por su parte, mantuvieron su posición la mayor parte del tiempo, aludiendo a la defensa de la legalidad.

El desafuero se consumó el 7 de abril de 2005. Como consecuencia se produjeron grandes manifestaciones populares en rechazo y el presidente Vicente Fox terminó por anunciar la marcha atrás de su gobierno en proceder contra López Obrador.

Fuente WIKIPEDIA

Por mi madre bohemios...

"Vamos hacia el fascismo": Monsiváis


Jenaro Villamil
Proceso
MÉXICO, D.F., 22 de junio (apro).-

En su último manuscrito para un artículo periodístico, en vísperas de ingresar a terapia intensiva, Carlos Monsiváis escribió:

“Nada más lógico y, a su modo, más eficiente, que la estrategia de autoengaño del gobierno federal. No son los únicos, desde luego, en este laberinto de afirmaciones que parten de la irrealidad y se alojan en la realidad más profunda, aquella que habitan los manufactureros de la verdad”.

Era el 27 de marzo. Aún estaba reciente el homicidio de dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey –la misma institución que entonces dirigía como rector Rafael Rangel Sostmann, recientemente “renunciado”–, y el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, volvió a recetar en una de sus carismáticas ruedas de prensa la explicación calderonista del “fuego cruzado”, que avalaba la tesis del “daño colateral” expuesta por el secretario de la Defensa, Guillermo Galván.

“No estoy ironizando –escribió Monsiváis. ¿Cómo puede explicarse de otra manera que el secretario de Gobernación hable de la línea de fuego en el combate en el Tec de Monterrey y que los estudiantes habían estado del lado bueno y por ello resultaron asesinados por los sicarios? No lo dice en serio como secretario de Gobernación. Lo dice, y muy en serio, como poder y lector del secretario de Gobernación”.

La mejor prueba de que los poderosos no leen o no les gusta asimilar lo que leen de Monsiváis respecto de sus propias palabras nos la acaba de recetar el mismo personaje. Fernando Gómez Mont, tan perspicaz como siempre, acaba de descubrir que el problema de la violencia en el país no es la violencia misma, sino el lenguaje utilizado por los medios.

En sintonía con su jefe, Felipe Calderón, quien publicó sendos desplegados dominicales y declamó en “cadena nacional” que si hay 22 mil muertos es porque su administración ha sido muy valiente y los narcos sólo se matan entre sí (esa especie de endogamia del crimen que exenta al Estado de la responsabilidad en función de la justicia), Gómez Mont declaró el pasado lunes 21, en Ixtapan de la Sal, que la violencia es heredada y que los medios no han contextualizado como debieran lo que está ocurriendo.


“Hay un falso debate entre contar y no contar historias –afirmó Gómez Mont. Reconozco la limitada capacidad para comunicar estrategias de seguridad. Tampoco vengo a pedir aplausos; no vengo a pedir que se callen, sino que contextualicen (El contexto es una manera de censura voluntariamente asumida, diría la R., me dicta Monsiváis desde el más acá). No les vengo a pedir que tapen la violencia, sino que cuando la cuenten la pongan en contexto.

“Desde antes de que el presidente Calderón asumiera el poder ya había violencia importante y sostenida; había procesos contenidos y cubiertos. El gobierno apostó por reconstruir las instituciones, porque la democracia no le heredó al país cuerpos confiables de seguridad”.

La última frase es un prodigio. Una perla de Por mi Madre, Bohemios. “La democracia no le heredó cuerpos confiables de seguridad”, resuena el reclamo de Gómez Mont. Si es así, entonces, para contextualizar, hay que decir que ante cada masacre, ante cada “fuego cruzado”, ante todos los “daños colaterales”, ante las confusiones de policías nerviosos o de militares enviados a una guerra sin estrategia, que el gobierno federal es heroico porque está construyendo democracia.

Por estas mismas razones, en las últimas entregas de Por mi Madre, Bohemios, Monsiváis me decía sin ningún dejo de ironía: “vamos hacia el facismo”. Y no le faltaba razón: veía venir la ceremonia de lavado de manos frente a la tragedia de la guardería ABC; la paramilitarización del discurso oficial (tan bien representada por Genaro García Luna), y lo que hoy se convierte, a pesar del enorme distractor del Mundial de Futbol Sudáfrica 2010, en una realidad apabullante: el calderonismo continuó con la polarización social que inició en 2006, cuando decidió decretar que ellos nos salvarían de un “peligro para México”. Y el peligro son ellos.

www.jenarovillamil.wordpress.com

martes, 22 de junio de 2010

Juicio polítítico a Molinar Horcasitas

Aprueban en San Lázaro iniciar juicio político contra Horcasitas por caso ABC



La Junta de Coordinación Política determinó válidos los fundamentos presentados en el proyecto del ministro Arturo Zaldívar sobre la responsabilidad de servidores públicos.

Roberto Garduño y Enrique Méndez
La jornada
Publicado: 22/06/2010 17:09
México, DF.

 La Junta de Coordinación Política de San Lázaro aprobó por unanimidad -incluido el PAN— instruir a la dirección jurídica de la Cámara de Diputados para que en un plazo de cinco días hábiles, a partir de mañana, proporcione los argumentos legales y constitucionales para en su caso iniciar el procedimiento de juicio político contra el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, dada su probable responsabilidad en el caso de la tragedia de la guardería ABC, en la que murieron 49 niños.

Media hora después del acuerdo signado, el vicecoordinador del PAN, Alberto Pérez Cuevas, intentó enmendar la aprobación para iniciar el juicio político al señalar primero que él no había firmado el documento.

El acuerdo parte del proyecto presentado por el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.

Luego de haber estudiado con detenimiento la propuesta del ministro Zaldívar en torno a la responsabilidad de servidores públicos en el referido caso, y aún y cuando la decisión mayoritaria de los ministros fue no establecer señalamientos en ese sentido, la Junta estimó fundamentalmente válidos los señalamientos de Zaldívar "por lo que es necesario explorar la procedencia del juicio político en contra del actual secretario de Comunicaciones y Transportes", se establece en el punto de acuerdo.

Un poder de tercera

La Corte fatua



Jorge Carrasco Araizaga
Proceso
MÉXICO, D.F., 18 de junio (apro).-

Poco les faltó a varios ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para pedirle perdón al exdirector del IMSS, Juan Molinar Horcasitas, y a su actual titular, Daniel Karam, por haberlos investigado por la tragedia de la guardería infantil ABC.

De haber alargado sus deliberaciones en busca argumentos para justificar a esos funcionarios del gobierno de Felipe Calderón, habrían terminado por responsabilizar a los padres de los 49 menores muertos y los 104 heridos en el incendio por llevarlos a una guardería que no cumplía con las condiciones mínimas de seguridad.

Como representantes del tercer Poder, esos ministros quedaron como integrantes de un poder de tercera.

Por la manera en que salieron al paso de su obligación constitucional de investigar las graves violaciones a los derechos fundamentales de los gobernados que por acto u omisión cometen las autoridades, como fue en el caso de la guardería, demostraron a quién sirven.

Con un estrecho legalismo respondieron a la ignominia que representó no sólo para los padres de los bebés, sino para la sociedad, la manera en que se comportaron las autoridades del IMSS, del gobierno de Bours y de la anterior presidencia municipal antes, durante después de la tragedia.

Como la Constitución no precisa en su artículo 97 los alcances de las investigaciones que haga la Corte para casos como el de la guardería ABC, la matanza de Aguas Blancas o los asesinatos en Oaxaca y en San Mateo Atenco, en el estado de México, los ministros se dieron unas reglas con las que se amarraron las manos.

El intento del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea para hacer una nueva interpretación de esa facultad y posibilitar así el establecimiento de responsabilidades desde los más altos niveles de gobierno, se topó con esas reglas como si fueran letra sagrada, imposible de modificar.

Las reglas son un candado impuesto por el sector más conservador de la Corte para no hacer efectiva esa facultad constitucional y sancionar a los funcionarios que violan de manera grave los derechos humanos.

La mayoría conservadora que domina a la Corte, integrada por seis de los once ministros a la que se le suman otros ministros según el tema en conflicto, se ha encargado de mantener al Poder Judicial cercano al Ejecutivo para garantizar el actual estado de cosas, que desde la perspectiva judicial está caracterizado por la impunidad ante el ejercicio abusivo del poder.

Ese grupo echó a la basura no sólo el proyecto de Zaldívar, sino una costosa investigación de medio año, que entre otros datos arrojó que de mil 480 guarderías subrogadas por el IMSS al momento de la tragedia, como lo era la estancia infantil ABC, sólo el 0.3 por ciento cumplía con todos los requisitos para su funcionamiento.

En el caso de la supervisión por parte del IMSS, la investigación demostró que se trataba de un “mero control administrativo” que se cumplía en el 88.7 por ciento de los casos. Pero en el caso de protección civil, sólo la mitad tenía constancia vigente y sólo 407 (el 27.5 por ciento) tenía vigente el visto bueno de bomberos.

Nada de eso fue importante para una mayoría de ministros que también pasó por alto que el esquema de subrogación de guarderías del IMSS responde más a intereses mercantilistas en beneficio de personas cercanas al poder que a la prestación de un servicio.

Encabezado por el presidente de la Corte, Guillermo Ortiz Mayagoitia, el conservadurismo va de la mano de los intereses personales de algunos ministros, algunos más claros que otros.

Para quienes quieren llegar al máximo cargo del Poder Judicial cuando Ortiz deje la presidencia en diciembre próximo, su votación en esta investigación tendrá que ser tomada en cuenta en el Poder Ejecutivo, pues es claro que esa decisión no se queda sólo entre los once ministros.

A la suma de voluntades entre sus pares, quien quiera ser el próximo presidente de la Corte deberá contar el respaldo entre los otros dos poderes políticos, el Legislativo y, sobre todo, el Ejecutivo.


Es claro que la Corte hace política no sólo porque es uno de los tres Poderes del Estado, sino porque sus ministros son designados por el Senado a propuesta del presidente de la República.

Al resolver el caso ABC, los ministros que claramente apoyaron a los funcionarios del Ejecutivo Federal y al exgobernador de Sonora, Eduardo Bours, fueron Ortiz Mayagoitia, Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Margarita Luna Ramos, José Fernando Franco González Salas, Luis María Aguilar Morales y Sergio Valls Hernández. Parcialmente lo hicieron José Ramón Cossío Díaz y Jesús Gudiño Pelayo.

Esta vez, las excepciones fueron el autor del dictamen, Arturo Zaldívar y los ministros Olga Sánchez Cordero y Juan Silva Meza.
jcarrasco@proceso.com.mx

Tal para cual...

Herrera y Yunes, tal para cual





Miguel Ángel Granados Chapa
Proceso
MÉXICO, D.F., 21 de junio.-

Criados en las mismas tradiciones, conocedores de las trampas y los trucos para dominar al adversario, Fidel Herrera y Miguel Ángel Yunes protagonizan el rudo proceso electoral que concluirá en Veracruz –como en otras 14 entidades de la república– dentro de dos domingos. Herrera no es candidato, pero es el gobernador que mueve los hilos de las candidaturas del PRI. Estaba haciéndolo con la astucia que le permitió hacer una larga carrera. Pero esta vez topó con la socarronería de Yunes, que puso pájaros en el alambre (como quizá lo hizo muchas veces antes, cuando era priista) y sorprendió a Herrera en conversaciones comprometedoras que el candidato panista dio a conocer por interpósitas personas.

Aunque son casi estrictamente contemporáneos (Herrera nació en 1949 y Yunes tres años después), sus trayectorias políticas fueron distantes, hasta 1998, en que ambos creyeron que podrían alcanzar la gubernatura, que en esa ocasión estaba reservada para que Miguel Alemán Velasco alimentara sus sueños políticos, como si le fuera dable reproducir los que su padre hizo realidad: al pretender transitar del Senado a la gubernatura, como logró su progenitor, quizá lo asaltó la gana de continuar el camino hasta concluir en el Palacio Nacional. Pero Miguel Alemán Valdés lo había hecho a una edad muy temprana y en circunstancias en que más podía el azar –la fortuna al modo de Maquiavelo, no la que suma caudales– que el dinero.

Gobernador Alemán Velasco, parecería que Yunes y Herrera quedaban emplazados para seis años después, para 2004. En realidad era un despropósito del ahora panista, pues implicaba comparar su carrera con la de Herrera, mucho más prolongada y variada que la suya. Ambos fueron diputados, pero Herrera pisó la Cámara –todavía en el palacio del Factor, en Allende y Donceles– en 1973, mientras que Yunes estrenó curul casi 20 años después, en 1991. Ninguno de los dos alcanzó cargos de significación en el gobierno federal, pero Herrera estuvo en contacto con la política nacional desde muy temprano, lo cual le permitió hacer una carrera legislativa (cuatro turnos en la Cámara de Diputados y uno en el Senado), mientras que Yunes sólo volvió una vez a San Lázaro. Estaba allí, rabioso y lleno de rencor por no ser él quien ocupara el sitio, cuando Herrera ganó la candidatura de su partido y también triunfó en la elección constitucional, con pocos votos de diferencia y aun menor margen de credibilidad. Se le opuso entonces, desde el PAN, Gerardo Buganza, quien seis años más tarde dejó ese partido, agraviado porque Yunes fue el escogido por el presidente Calderón para enfrentar a un candidato priista de menor talla política que Herrera un sexenio atrás, y al cual era posible derrotar con holgura. Consideró tan honda la ofensa, porque con ella se privilegió a Yunes, que se fue del PAN y se manifestó partidario de Duarte, el candidato fácil al que iba a vencer. En las revelaciones que el PAN ha puesto a circular resalta el hecho, que puede ser calumnioso por provenir de Yunes, de que tal adhesión no fue gratuita, sino que tuvo una recompensa material.

Herrera sirvió lealmente a Alemán y consiguió que su juicio pesara ante Roberto Madrazo y Elba Ester Gordillo, secretaria general del PRI, para ganar la candidatura, postergando a Yunes. Éste consolidaba entonces su acercamiento a la lideresa magisterial, en la Cámara de Diputados. Su conocimiento de la ley y de sus trampas, su agresividad sin escrúpulos, lo hicieron un ariete necesario en la batalla interna por el dominio del Congreso, preámbulo a la contienda por la candidatura presidencial. Gordillo arrastró consigo a Yunes en su caída, cuando diputados oaxaqueños y mexiquenses fueron la punta de lanza contra la profesora que, desposeída del liderazgo en la Cámara, quedó en posición precaria, pues siguió siendo secretaria general del partido, enemistada con el presidente del mismo, su antiguo y circunstancial aliado, y pillada en la operación de estar creando un partido para su uso personal, Nueva Alianza.

En el extremo del pragmatismo, una vez echada del PRI y emergida del clóset, es decir, asumido su papel en el Panal, que durante un tiempo pretendió disimular, ella misma y su partido se asocian con el mejor postor. Ella, priista sin duda en 2000, se aproximó a Vicente Fox y logró concesiones para su equipo. Pero con Calderón estrechó los lazos, al punto de que sus indispensables servicios electorales –cruciales para que el candidato panista llegara en 2006 a la silla presidencial– fueron recompensados con la cesión de una franja de la administración. En ella descolló el ISSSTE, que fue entregado a Yunes, quien en la administración anterior había llegado a ser subsecretario, un rango del que estuvo lejos durante su militancia priista.


Esa militancia había cesado simultáneamente con el despido de Gordillo. Por un tiempo Yunes se mantuvo sin partido, quizá en espera de los movimientos de piezas que su jefa tenía que realizar, y luego se convirtió en panista, como quien se cambia de calcetines. Vio con disgusto que en 2007 el Panal hiciera alianza con el PRI en Veracruz, por la cordial relación que a despecho de Yunes mismo mantenían Herrera y Gordillo. Y procuró crear la plataforma desde donde llegaría al gobierno del estado por el camino sesgado de un partido al que desdeñó y persiguió cuando fue secretario de Gobierno, el cargo más relevante a que lo condujo el PRI, bajo Patricio Chirinos, es decir, bajo Carlos Salinas.

Durante los tres años en que encabezó el instituto de la seguridad social de los empleados públicos (a los que sometió a un infamante nuevo régimen de pensiones), sus dos jefes, Calderón y Gordillo, acordaron postularlo en Veracruz. Aquél dispuso que el PAN lo eligiera, y ésta puso a su disposición el Panal. Mucho antes de esas operaciones, Yunes hizo campaña en Veracruz con gran descaro. Fingiendo que realizaba obras sociales en beneficio del personal federal que trabaja en ese estado, pagó propaganda intensa y onerosa, y viajó con gran frecuencia a su entidad natal, no como oriundo de Soledad de Doblado que visita a los suyos, sino como precandidato. Tal vez se le acuse, en estos días, de ese gasto realizado en precampaña y para responder al golpe mediático y político que implica mostrar a Herrera como dispendioso sultán que abre generosos cofres y escarcelas (no los suyos, que los tiene, sino los del poder público) para lograr que sus candidatos hagan campañas cómodas (“dale a todos”, sugiere a un aspirante perplejo por tantas reclamaciones de apoyo de sus multiplicados coordinadores de campaña).

Pobre sociedad veracruzana, apresada entre Escila y Caribdis, entre un gobernador prolongado en un candidato dócil y débil y un voraz ejercedor del poder tope donde tope. Queda a los veracruzanos la opción de Dante Delgado, tercero en discordia, sufridor de la ruindad de Yunes, quien lo encarceló y buscó además infamarlo con acusación de delitos patrimoniales, que libró cabalmente. Sus defectos, especialmente el predominio personal sobre el partido que fundó, son inocultables, pero comparado con Herrera y Yunes es una alternativa digna de ser valorada.

lunes, 21 de junio de 2010

¿ Que vamos a hacer sin tï Monsi ?

EL ADIÓS
¿Qué vamos a hacer sin ti, Monsi?

Elena Poniatowska
La jornada

¿Qué vamos a hacer sin ti, Monsi? Tú eres el enfrentamiento más lúcido al autoritarismo presidencial, el enfrentamiento más lúcido a las actitudes absurdas cuando no corruptas de las dos cámaras, el enfrentamiento más lúcido a los abusos del poder, la denuncia más ingeniosa y persuasiva de las actitudes y del lenguaje de los políticos, tú nos has hecho brindar contigo y sonreír con tu "Por mi madre bohemios", que tiene tantos años de vida. Tú eres el enfrentamiento a nuestra clase política y a nuestra clase empresarial, tú confrontas decisiones y declaraciones tramposas e irreales y te indigna que nuestros tiempos sean los de la impunidad.

Tu mensaje esencial es el de la pérdida de majestad del poder presidencial, tu mensaje esencial en 1985, durante los dos terremotos, fue enseñarnos que a la hora de la desgracia podíamos organizarnos solos y hacerlo con más nobleza y más eficacia que ninguna instancia en dar como lo hicimos, si corríamos nosotros la suerte de todos, si corríamos a buscar picos y palas a la tlapalería, tu mensaje fue ennoblecernos y hacer que creyéramos en nosotros mismos, porque tú eres la nobleza misma, el compromiso mismo, la defensa de los derechos humanos, la indignación y el llanto en Acteal, la frase que alguna vez exclamaste tú que jamás, jamás decías groserías: "¡Ahora sí que no tienen madre!"

¿Qué vamos a hacer sin ti, Monsi? ¿Cómo vamos a entendernos? ¿Cómo vamos a comenzar el día sin tus llamadas telefónicas? ¿Cómo sin tu risa entrañable? A todos nos dabas algo temprano en la madrugada y amanecíamos con tus consejos, tus críticas, tu bárbara e inconmensurable información.

Ya a las siete habías leído todos los periódicos pero también, Monsi, habías leído todos los poemas, habías analizado todas las noticias, pero también habías escrito tu “Nuevo catecismo para indios remisos”, ya a las ocho de la mañana tenías una idea muy clara de hacia dónde se encaminaba el gobierno, qué nueva felonía nos esperaba pero sonreías porque habías salvado con un solo telefonazo a un gato o a un perro o a un toro o a un niño o a una mujer o a un muchacho desbalagado en esta vida entre el Metro Portales y el Villa de Cortés.

¿Qué vamos a hacer sin ti, Monsi, cómo vamos a seguir? Nunca entendimos cómo pudiste estar en tres o cuatro lados al mismo tiempo. Tu don de la ubicuidad abarcaba la pintura, la poesía, el humor, la crítica, la lucha por la justicia, el amor a los demás. Tu don de ubicuidad y tu capacidad creativa –incomprensible para mí– te hizo recoger lo más bello de México para fundar museos y hacer libros, porque antes que el del El Estanquillo, que todos llamamos "Monsiváis", hiciste otras colecciones, otros museos, investigaste en otros archivos, recuperaste a Leopoldo Méndez y a todo el Taller de Arte Popular, luchaste con ellos contra el fascismo como luchaste al lado de los moneros, de Gabriel Vargas y La Familia Burrón, de Rius, de El Fisgón, de Hernández, de Rocha, de Ahumada, de Naranjo, que ahorita ha de estar mirando incrédulo la pared de enfrente, en su restirador.

Si la sociedad que se organiza, si el cine mexicano, si la trivia, el pudor y la liviandad, si los movimientos sociales son tus grandes temas, el Movimiento Estudiantil del 68 es el que nos atañe a todos, es la punta de flecha del cambio que tú buscas, el de la protesta popular y el de la resistencia civil.

Luchaste como nadie contra la desinformación, viajaste por todo el país, ibas de Oaxaca a Hermosillo, la frontera para ti, Tijuana, Ciudad Juárez, Laredo, fueron ciudades que te brindaron algunas de tus grandes emociones y tus grandes preocupaciones. Fuiste consulta obligada, fuiste pilar del Proceso de don Julio Scherer García y fuiste un observador muy atento de la la lucha contra el narcotráfico y un defensor absoluto del Estado laico. En cambio, te sorprendió y te alegró que los mexicanos demostraran en el Zócalo su respeto por sí mismos y su posibilidad de nacer de nuevo y ser otros al posar desnudos frente a Spencer Tunick.

¿Qué vamos a hacer sin ti, Monsi? Aquí caminamos a tu lado, sonreímos contigo, cantamos contigo, a ti te gustaba cantar y eras muy entonado, te gustaba reírte y reír contigo nos hacía sentirnos casi dioses. Aquí nos tienes a todos desolados y conmovidos, aquí nos tienes destanteados, aquí nos tienes dolidos hasta la médula preguntándote: ¿por qué nos hiciste eso? Y si nos hiciste eso, ¿por qué no nos preparaste mejor?

Aquí están doña María, Bety y Araceli y Marta Lamas y Jesus y Raquel y Chema y Lilia y Jenaro y Alejandro y Rolando, y Neus y Cheli y Julia y Sabina y Javier y Braulio y Margo y Alejandra y Enrique, y no está Bolívar porque se te adelantó, a lo mejor lo vas a ver, a lo mejor abrazas a Saramago, con quien viajaste a Chiapas en los noventas. A la que sí vas a ver, seguro, es a doña María Esther, que supo educarte como a nadie, que te hizo leer la Ilíada desde muy niño, que te enseñó la biblia de memoria, que te hizo pensar como piensas ahora, con esa inmensa inteligencia que a todos nos deslumbra.

¿Qué vamos a hacer sin ti, Monsi? Tú nos abriste puertas a otros mundos, a un mundo raro como ironizarías en este momento, tú te lanzaste antes que nosotros, tú defendiste las causas de los más indefendibles en el sentido de que nadie los cuida, tú nos abriste puertas antes impenetrables. Soy una señora de 78 años, con 10 nietos tras de mí, y quiero decirte que nada en los últimos meses de tu enfermedad me ha conmovido tanto como el amor que te tiene Omar. Su dolor te honra, su entrega es tu trofeo y a mí me hace entender lo que significa la existencia real del amor sin límites, el amor que no tiene fronteras sexuales y ese amor me enaltece como enaltece a todos los movimientos de reivindicación o de identidades diversas en mi país, en tu país, en el país de todos nosotros que estamos aquí de pie a tu lado, caminamos a tu lado y vamos a seguir, juntos codo a codo denunciando lo que tú denunciabas y celebrando la congruencia, la ironía, el compromiso, el clamor por la transparencia, el "No sin nosotros" de 1996 y el "Nunca más un México sin nosotros" de los indígenas de Chiapas.

¿Qué vamos a hacer sin ti, Monsi? Tus causas serán nuestras causas, tu defensa de las minorías, nuestra defensa, no seremos estatuas de sal, somos, eso sí, tus amores perdidos, pero tú siempre serás el gran amor que enaltece y que todos buscamos en la vida.

¿Qué va a hacer México, sin ti, Monsi?


sábado, 19 de junio de 2010

Saramago - Avilés...un deleite leerles

Desfiladero



México 2010: olvidar el futuro
Proceso
Jaime Avilés

Abatido por la desaparición física de don José Saramago, el mundo pierde a un activista de primera línea, que en Europa, en Palestina, en Latinoamérica, en Chiapas, en México, siempre salió, en el momento justo, en defensa de quienes más lo necesitaban. Pero tras la muerte de este portugués universal, la humanidad se queda con un grandísimo escritor vivo, en plenitud de facultades, lleno de fortaleza, de juventud, de ingenio, de fantasía, de humor, de erudición, de clarividencia y de poder narrativo, que será inmortal hasta el fin de los siglos mientras alguien lo lea.

Cuento dos anécdotas que pintan de un plumazo la admirable vitalidad que a los 79 años le permitía viajar sin descanso por todo el planeta, escribir novelas maravillosas, pelear en la prensa, y comer y cantar con una alegría casi infantil. En marzo de 2001, durante una reunión en casa de Ricardo Rocha, a la que asistían Manuel Vázquez Montalbán; Laura Lara, de Alfaguara; el anfitrión y su familia; don José y Pilar del Río, su esposa, a cada rato Saramago volteaba hacia mí, alzaba discretamente su copa o sonreía con un guiño, al cual yo, atónito, le correspondía sin entender qué pasaba.

Había tenido el privilegio de conocerlo dos años antes en Venecia, donde me concedió una entrevista sobre la guerra de Kosovo, y meses después, por Laura Lara, de Alfaguara, supe que había quedado muy satisfecho. ¿Esa era la causa por la que en casa de Ricardo Rocha con tanta frecuencia me sonreía? ¡Qué va! Es que yo estaba sentado junto a una señorita pelirroja guapísima, a la que el maestro no cesaba de coquetearle, y de piropearla en silencio, con miradas de suplicante seducción.

Era la víspera de la llegada al Zócalo de la Marcha del color de la tierra. Al otro día, muy temprano, Saramago, Pilar del Río, Vázquez Montalbán, Ricardo Rocha, sus hijos, la pelirroja guapísima y yo, acudimos a recibir a los zapatistas comprimidos como adolescentes en dos pequeños automóviles, y todavía hicimos escala en el Fiesta Americana para recoger a Joaquín Sabina y a Ximena, su novia; él, verde porque no había dormido, ella fresca, radiante y dicharachera.

Miles y miles de personas colmaban la Plaza de la Constitución cuando bajamos de los cochecitos ante el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, donde por cortesía del Gobierno del Distrito Federal nos instalaron en una oficina del primer piso con vista al Zócalo. Don José y Pilar iban de paliacate rojo al cuello, como los indígenas rebeldes, pero él se impacientó porque desde aquellas angostas ventanas era imposible apreciar la dimensión colosal del evento.

Ansioso por ver más, Saramago desapareció con Vázquez Montalbán, y mientras Sabina moría por falta de cerveza, y Ximena y la pelirroja trataban de conseguírsela, Pilar del Río preguntó y supo que su incorregible marido, el premio Nobel de Literatura 1998, estaba nada menos que en la azotea del GDF, brincando y gritando con el puño en alto, lanzando vivas a los comandantes y las comandantas del EZLN y al subcomandante Marcos.


–¡Por favor! –le dijo Pilar del Río, angustiada, a la pelirroja guapísima—. ¡Sube y, por tu madre, cuídalo! ¡Pero, niña, corre, que no se vaya a caer!

Estos recuerdos, banales pero entrañables, no alivian la tristeza causada por la muerte de un grande entre los grandes, que viene a sumarse al dolor acumulado por otras ausencias irreparables, como las de Carlos Montemayor y Bolívar Echeverría. Tampoco disminuye la indignación sin atenuantes provocada por los ministros de la Suprema Corte de la Injusticia, que al renunciar a sus responsabilidades frente al homicidio de 49 bebés en la guardería ABC de Sonora, han abolido, de jure y de facto, el Poder Judicial del país, echando otra capa de pavimento al camino por el cual nos llevan cada vez con más descaro hacia una dictadura totalitaria, que ya se destaca por su marcada vocación asesina.


Retomo, sin embargo, el hilo del cuento sobre Saramago, el Saramago vivo, el que nos acompañará siempre, y lo hago como pretexto para reivindicar la olvidada importancia de la literatura en nuestra comprensión del mundo. No es una reflexión gratuita. Viene al caso porque tiene que ver con el nuevo libro de Andrés Manuel López Obrador –La mafia que se adueñó de México... y el 2012–, y la publicación de una novela extraordinaria: Olvidar el futuro (Tusquets, México, 2010), del escritor hidalguense Agustín Ramos. Aunque ustedes no lo crean, ambos títulos guardan estrechas relaciones entre sí.

En una época mucho más feliz que ésta, hacia 1969, el filósofo español Adolfo Sánchez Vázquez, a quien la guerra, el exilio y Lázaro Cárdenas volvieron mexicano, publicó un título que hoy, tantos años después, sigue siendo lectura obligada para los estudiantes de Filosofía y Letras. En efecto, en Las ideas estéticas de Marx (Ediciones ERA), Sánchez Vázquez habló con largueza sobre las relaciones entre literatura, ciencia política y sociología, al analizar las novelas de Franz Kafka.

Zapatero a tus zapatos, nos decía la maestra Eugenia Revueltas a los estudiantes de Letras en la UNAM de 1972, cuando al comentarnos la obra de Sánchez Vázquez nos recordaba que en 1870 Marx leía con avidez los libros de Balzac, para entender los usos y costumbres de la alta burguesía europea de 1830, mientras investigaba y esclarecía el funcionamiento del sistema capitalista.

Gracias a ese truco, los alumnos de doña Eugenia aprendimos a leer las aventuras de Sherlock Holmes con otros ojos: para descubrir cómo era la ciudad de Londres en 1880, en la que el joven Arthur Conan Doyle (1859-1930) escribió las primeras hazañas del célebre detective de la pipa, al mismo tiempo que el anciano Carlos Marx (1818-1883) redactaba los tomos finales de El Capital.

A lo mejor, dentro de muchos años, para comprender cómo era la vida cotidiana de nuestro país cuando López Obrador escribió La mafia que se adueñó de México...y el 2012, los estudiantes de sociología, de literatura y de historia escudriñarán con avidez las páginas de Olvidar el futuro. Si en su libro, el máximo líder opositor enjuicia a los 30 potentados que hoy por hoy dominan a más de 100 millones de mexicanos, en su novela Agustín Ramos toma como personaje central a uno de los miembros de ese grupo, el hombre más rico del mundo, “un empresario mexicano de origen libanés”, al que jamás llama por su verdadero nombre, pero acerca del cual relata vida y milagros, conocidos e inéditos, como si lo hubiera tratado íntimamente desde siempre, sin mencionar que además lo sitúa en un contexto de pesadilla, en que la corrupción, la inseguridad, la violencia del hampa y de las fuerzas armadas forman parte normal del paisaje, y México (p. 287) es gobernado por un “Presidente Legal (Pelele, por sus siglas, solía decir gran parte de la población)”, que termina dando un golpe de Estado para acelerar las reformas estructurales que faltan..


Y ya que en esas estamos, quiero terminar mostrando una coincidencia asombrosa entre ambos libros. En La mafia... López Obrador señala: “La entrega de Telmex se decidió entre Carlos Slim y Roberto Hernández (que) al final fue para el primero y al otro le ofrecieron Banamex.” (p.18). En Olvidar el futuro, Agustín Ramos cuenta cómo uno de los hijos del hombre más rico del mundo percibió la incorporación de Telmex al patrimonio familiar: “Su padre le ganó a su socio principal y éste debió conformarse con el banco” (p.244). La novela de Ramos se publicó un mes antes que el ensayo-denuncia-proyecto-alternativo-de-nación del Peje. Cometería grave error quien no se regale unas horas para leerla.
jamastu@gmail.com

viernes, 18 de junio de 2010

Los dueños de México




Los dueños de México

Andrés Manuel López Obrador
Proceso
Aunque el grupo de potentados surgidos de las privatizaciones (sobre todo en el salinato) siempre mantuvo y fue acrecentando su influencia política, es al calor de las elecciones presidenciales de 2006 cuando termina de consolidarse y se convierte de facto en un supremo poder oligárquico. ¿Quiénes son estos personajes? En primer término, considero que forman parte de esta élite los hombres más ricos de México; es decir, los multimillonarios que aparecen en 2010 en la lista de la revista Forbes. Estoy hablando de Carlos Slim Helú, Ricardo Salinas Pliego, Germán Larrea Mota Velasco, Alberto Bailleres, Jerónimo Arango, Emilio Azcárraga Jean, Roberto Hernández Ramírez, Joaquín Guzmán Loera y Alfredo Harp Helú.

También forman parte del grupo dominante otros empresarios y banqueros, de menor rango o venidos a menos, que siguen manteniendo influencia política, como Roberto González Barrera, Lorenzo Zambrano, Lorenzo Servitje, Claudio X. González, Gastón Azcárraga, Carlos Peralta, Dionisio Garza Medina y José Antonio Fernández. Hay, desde luego, hacia abajo muchos otros, pero los principales son muy pocos. En el porfiriato eran 300 familias las que dominaban en el país, ahora son menos pero con mucho más poder económico y político. En total, sostengo que son alrededor de 30 los que conforman el Comité Central de la oligarquía de México.

Durante el tiempo que fui jefe de gobierno de la Ciudad de México (2000-2005), conocí a casi todos los integrantes de esta élite de poder, por lo que tengo una idea de cómo piensan y actúan. De modo que puedo dar un breve testimonio de cada uno de ellos. Empiezo con Carlos Slim, al que traté por primera vez en el año 2000. Él formó parte del Consejo Consultivo integrado por Jacobo Zabludovsky, el cardenal Norberto Rivera y Guillermo Tovar y de Teresa para la restauración del Centro Histórico que llevamos a cabo, de manera coordinada, la iniciativa privada, el gobierno federal y el gobierno de la ciudad. Slim es bastante sencillo aunque es el hombre más rico del mundo. (…)
En reuniones con él nunca trató el tema de Salinas, aun cuando siempre ha existido la sospecha de que su fortuna es compartida con el expresidente. Cuando se privatizó Teléfonos de México, era un secreto a voces que esta empresa pública se había vendido a Carlos’n Charlie’s. Incluso, se ha llegado a sostener que Salinas tiene acciones anónimas o al portador en Telmex. También se comenta que las acciones que recién compró del periódico The New York Times son realmente de Carlos Salinas. Pero todo esto sigue siendo un enigma que con el tiempo seguramente se despejará, o tal vez el mismo Slim, en congruencia y en honor a la verdad, lo aclare en definitiva y de cara a los mexicanos por tratarse de un asunto de interés público. (…)

Aunque Slim tiene evidentemente peso económico y político, no actúa con arrogancia y tampoco con mucho protagonismo en asuntos públicos. Además, no se ha sumado a la guerra sucia contra nosotros.


Distinto es el comportamiento de otros personajes de este grupo de potentados. Menciono el caso de Roberto Hernández. Él sí ha venido incidiendo de manera facciosa en la vida pública del país y, desde hace años, ha sido uno de los principales promotores de la campaña para detenernos políticamente. Una prueba del papel de Roberto Hernández y de cómo la mayoría de los políticos de México no son más que achichincles de los potentados, se desprende con mucha claridad de la conversación telefónica que fue difundida, en agosto de 2003, por los enemigos de Elba Esther Gordillo, cuando estaba a punto de ser coordinadora del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados. En esa conversación, el banquero, actuando como El Padrino, le decía, desde Londres, que había que impulsar las reformas estructurales; léase, aumentar los impuestos a la mayoría de los mexicanos y privatizar la industria eléctrica y el petróleo. (...)

Ricardo Salinas Pliego es uno de los más influyentes del grupo, pero, al igual que Slim, actúa en solitario. Su poder dimana de ser concesionario de la segunda televisora más importante del país. Lo conocí durante la campaña a la Jefatura de Gobierno en 2000. Entonces me veía con recelo por mi admiración y respeto a Samuel del Villar, quien fue procurador en el gobierno del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y de Rosario Robles, y lo había interrogado con severidad en el caso del asesinato de Francisco Stanley. Su desconfianza hacia mí lo llevó a utilizar a Televisión Azteca para enfrentarnos en esa campaña. En vísperas de las elecciones eran frecuentes los reportajes contra Samuel del Villar, así como del gobierno de la ciudad y del PRD. (…) Aunque esta campaña nos quitó votos, no les alcanzó para evitar que ganáramos. Al día siguiente de nuestro triunfo me buscó, y se sinceró diciéndome que, aunque era evidente que no estaba conmigo, reconocía que sería la autoridad en la ciudad y estaba dispuesto a colaborar. Desde entonces, la relación ha sido de respeto en el marco de las limitaciones que le imponen sus convicciones e intereses.

Con Emilio Azcárraga ocurrió al revés. Había desde el principio una buena relación que poco a poco se fue deteriorando hasta convertirse en uno de mis principales adversarios. Cuando murió su padre, Emilio supo mantener a flote la empresa heredada e inició una etapa de mayor apertura en Televisa. Sin embargo, en la medida en que fue creciendo su ambición por acumular cada vez más dinero y poder, se fue apagando la pluralidad y el deber de informar con objetividad y profesionalismo. (…)

El proyecto de Emilio Azcárraga va más allá de sus negocios. En Televisa se aglutina el grupo de intereses creados más importante de México. En esa empresa se alimentan y nutren mutuamente el poder económico y el poder político. Son socios y miembros del Consejo de Administración de Televisa, Roberto Hernández, Claudio X. González, Germán Larrea, Alberto Bailleres, Enrique Krauze (el más afanoso ideólogo de la derecha), y quien lo preside es Pedro Aspe, exsecretario de Hacienda del gobierno de Carlos Salinas de Gortari.

Germán Larrea es otro ejemplo de influyentismo e impunidad. Es dueño de una de las tres principales compañías mineras del país. Su empresa denominada Grupo México monopoliza toda la producción de cobre. El 24 de agosto de 1990, durante el gobierno de Salinas, se le entregó la histórica mina de Cananea, en Sonora. Conviene señalar que un año antes, en 1989, Nacional Financiera dio a conocer que la mina sería cotizada en 2 mil millones de dólares. Sin embargo, se le vendió en 475 millones de dólares, una cuarta parte de su valor.

Es tanta la influencia de Grupo México que, desde hace cuatro años, ha contado con todo el apoyo de las autoridades para enfrentar al secretario general del sindicato minero, Napoleón Gómez Urrutia, a quien acusa de corrupción y prácticamente obligó a exiliarse en Canadá. Independientemente de si existe o no culpabilidad de este dirigente, lo cierto es que es notorio el intervencionismo de las autoridades a favor de Larrea. A esto se agrega que a los trabajadores de Cananea, después de tres años en huelga, se les han negado todos sus derechos, mediante procedimientos francamente violatorios de la Constitución y de la Ley Federal del Trabajo. Como ya dijimos, el abogado de Grupo México fue durante algún tiempo Fernando Gómez Mont, actual secretario de Gobernación.

(…) Larrea es el tercer hombre más rico de México y ocupa el lugar 72 en la lista de los multimillonarios del mundo pero, al mismo tiempo, se trata de uno de los hombres más insensibles y de malas entrañas de la vida pública del país.

La actual oligarquía se conformó desde el gobierno de Carlos Salinas, cuando un puñado de traficantes de influencias, al amparo del poder público, inició el despojo de bienes de la nación y del pueblo, con el engaño de una supuesta modernización del país. El modelo llamado neoliberal, más bien de corrupción y saqueo, se consolidó con los gobiernos de Zedillo, Fox y Calderón. Con el paso del tiempo, este grupo de potentados fue adquiriendo poder político hasta situarse por encima de las instituciones constitucionales. En los hechos, ellos son los que verdaderamente mandan en el país. (…)

Un factor decisivo es el papel que juega Carlos Salinas de Gortari como articulador del grupo dominante. (…) Es el personaje que armoniza a los integrantes de la oligarquía. Los conoce a todos, le deben mucho y lo admiran o le tienen miedo. (…) Salinas presume de tener agarrados no sólo a los hombres de negocios, sino a casi todos los integrantes de la sociedad política. Tiene un fichero donde, además de información general, guarda copias de facturas y cheques de empresarios, políticos, opositores, comunicadores e intelectuales. (…)

La relación Televisa-salinas es la piedra angular que soporta toda la estructura de poder de las élites en el México contemporáneo. (…) Han echado a andar la operación de recambio con miras a 2012. Como el PAN y Calderón ya no les funcionan, ahora la apuesta es al PRI y a Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, un personaje mediocre y ladrón, que fue secretario de Finanzas cuando gobernó esa entidad el desprestigiado Arturo Montiel, acusado de corrupción.

Como es evidente, la mafia del poder que patrocinó al PAN en 2000 y, de manera decisiva, en 2006, ha dejado a Calderón al garete. Es más, son tan desalmados que le están echando la culpa del desastre nacional sólo a él.
 

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