■ Reprocha Yeidckol Polevnsky a senadores de los tres partidos su actitud de “levantadedos’’
Avalan PAN, PRI y Verde cambios extranjerizantes a ley de adquisiciones
■ ¿Con qué cara irán a sus estados tras no defender los empleos en México?, les preguntó
■ Enfurece a legisladores la presencia de la perredista cuando ya había sido aprobada la minuta
Con mucha prisa y sin que mediara discusión, senadores de PRI, PAN y Verde Ecologista aprobaron ayer modificaciones a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, que permitirán al gobierno federal realizar compras en el extranjero, conforme a leyes foráneas y un esquema de “subastas de reversa”, un mecanismo que privilegia al proveedor que más barato cotice.
La senadora Yeidckol Polevnsky enfrentó a una furibunda bancada blanquiazul, que no pudo soportar que se presentara en el recinto alterno de la Torre de El Caballito para argumentar contra la minuta que ya habían aprobado momentos antes, pues aunque apareció como punto nueve en la Gaceta Parlamentaria, fue la primera en discutirse y votarse, apenas con una breve intervención del presidente de la Comisión de Hacienda, Gustavo Madero.
El legislador del PAN, que fue uno de los más entusiastas impulsores de la modificación aprobada antes y también al vapor, en la Cámara de Diputados, sostuvo que las modificaciones a esa Ley de Adquisiciones permitirán al gobierno federal un ahorro de 10 por ciento en sus compras, lo que significa uno por ciento del producto interno bruto.
Fue todo. Los 80 senadores presentes dijeron al micrófono su aprobación y el panista Santiago Creel, que ayer presidió la mesa directiva, turnó la minuta al Ejecutivo federal, para su promulgación. En ese momento llegó Polevnsky y buena parte de los y las panistas se pararon de sus asientos. Los murmullos de desaprobación crecieron, sobre todo entre las legisladoras blanquiazules.
La regiomontana Judith Díaz Delgado, junto con Teresa Ortuño Gurza, Adriana González Carrillo, Nelly González Aguilar, Beatriz Zavala –ex titular de Sedesol– y Gabriela Ruiz del Rincón eran de las más agresivas, pero la ex dirigente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en ningún momento perdió la compostura ni respondió a provocaciones, y tuvo el valor incluso de pedir a priístas y panistas que no se convirtieran en “levantadedos”.
Advirtió que el esquema de “subasta en reversa” aprobado es depredatorio, ya que las empresas más grandes o las trasnacionales son las que podrán ofrecer los precios más bajos, lo que, además de violar la Constitución, pone en riesgo la seguridad y la salud. “No se pueden comprar chalecos antibalas más baratos o equipos médicos más económicos”, recalcó.
La senadora Teresa Ortuño Gurza fue la primera en interrumpirla y trató de cuestionarla, pero Polevnsky le dijo que al finalizar aceptaría todas las preguntas, e insistió en que México lleva muchísimos años haciendo compras al extranjero, pero mediante licitaciones internacionales, y no hay razón para “licitar en otros países, con otras leyes”.
Ahora quien interrumpió a la perredista fue la senadora panista de Nuevo León Judith Díaz, pero Polevnsky insistió en que prefería concluir su exposición y hasta el fin responder preguntas.
“¿Por qué usted puede estar aquí y yo no puedo usar la tribuna del Senado?”, le gritó, y Creel debió intervenir para que no hubiera diálogos.
Polevnsky denunció la gravedad de que el dictamen se hubiera aprobado apenas un día antes, sin quórum, y se dejara desprotegidas a las pequeñas y medianas empresas. Los murmullos de desaprobación de los panistas comenzaron a subir de tono y se convirtieron en un “¡uuuuuu!” prolongado cuando les preguntó: “¿Con qué cara irían a sus estados luego de no defender los empleos en México?” De pie, Jorge Ocejo y Felipe González gesticulaban.
Varias senadoras comenzaron a gritarle que se fuera y Ortuño le preguntó si no le preocupaban los negocios del Centro Histórico, que no pueden vender “por el bloqueo que ustedes tienen”. También le cuestionó si había pasado lista de asistencia y cuando devolverá el FAP la tribuna.
Polevnsky, sin perder la sonrisa, le respondió que no sólo le preocupan los negocios del Centro Histórico, sino que todo “se siga extranjerizando”. La tribuna será devuelta, recalcó, cuando se llegue a un acuerdo sobre el debate en torno a la reforma de Pemex. Les recordó que en ningún momento impidieron el trabajo legislativo.
Todavía Madero le hizo notar que en mayo del 2004, cuando Andrés Manuel López Obrador era jefe de Gobierno del Distrito Federal, la Asamblea Legislativa aprobó una iniciativa “exactamente en los mismos términos”. La perredista contestó que fue “una aberración” y que ya habló con integrantes de la Asamblea Legislativa, quienes reconocen las fallas y los problemas por concentrar las compras en unas cuantas empresas de mayor tamaño.
Provocador, el senador Humberto Aguilar, insistió: “¿Tendremos el altísimo honor de que nos acompañe toda la sesión?”
“Creo que no”, dijo ella, y salió fulminada por las miradas de odio de las panistas. De regreso en Xicoténcatl, el senador Dante Delgado la felicitó.
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