Astillero
■ Valiendo
■ Torturas políticas
■ Marcelo Errar
Del felipense haiga sido como haiga sido, al mentador me vale madre del tapatío Etilio hasta llegar al me vale wilson del alcalde leonés promotor de torturas. Del cinismo federal que valida el fraude electoral como hecho consumado, a la agresión verbal a los opositores al uso del erario jalisciense en beneficio de proyectos neocristeros hasta llegar al empecinamiento del presidente municipal zapatero en sostener “prácticas” policiales salvajes. Valiéndoles (en blanco y azul).
Calderón celebra sin celebrar el golpe electoral de dos años atrás regalándose una gira de complacencias por su tierra natal en donde el cuauhtemista Leonel Godoy le cubre de merengue oratorio y le pone como tapete la de por sí muy maltrecha bandera del sol azteca. El íntimamente festejado sueña con ejércitos políticos regionales que purifican la vida nacional y habla de que está “michoacanizando” el gobierno federal “para que enderece el rumbo, digámoslo así”. Pone de ejemplo al generalísimo Rafael Elvira Quesada, cuasi clandestino encargado de la secretaría federal del medio ambiente que entre otras cosas es usada como oficina de trámites para negocios que depredan la ecología. El sarao 0.56 por ciento terminó con el impactante anuncio felipillo de un “nuevo componente de apoyo alimentario” a personas pobres, con cuatro pesos diarios a cada beneficiario del programa Oportunidades. Y, hablando de éstas, ¿cuándo enriquecerá esa “michoacanización” el paisano Felipe con la incorporación al gabinete de algún cooperador lazarillo petroleramente invidente?
Los otros dos valedores corren diversas crudas políticas. El deslenguado gobernador González Madres ha recibido de vuelta los millones que en disfrazada limosna había dado a su jefe político, el auténtico mandatario, el cardenal San Doval, ya en vías de retiro eclesial, pero aquellas cuentas tequileras originales de despilfarro fanatizado y vulgar ofensa a sus críticos le siguen produciendo dividendos de oposición cívica revitalizada. Por su parte, el homónimo infausto, Vicente Guerrero, hizo saber mediante boletín de prensa que las escenas que han escandalizado a videntes electrónicos del país y el extranjero son “parte de un entrenamiento” para que los policías puedan “enfrentar situaciones a las que pudieran ser sometidos” ellos mismos en caso de ser rehenes o víctimas de delincuentes. Luego, ya en vivo, el presidente municipal de León, cuya frase perdurable sería “La tortura es primero”, ha exigido ética a los medios de comunicación y, ya entrado en gastos, ha dicho que le vale wilson lo que se alegue contra el amigable curso de superación policial impartido por instructores extranjeros (estadunidenses, cual avanzada de la Iniciativa Mérida) que, entre otras, incluye las muy reconocidas técnicas del pocito y el tehuacanazo.
En la capital del país, Marcelo Errar, sólo formalmente “de izquierda”, sigue empeñado en dar elementos fuertes a la propaganda panista que en 2009 intentará reducir el predominio perredista en la zona. Cada día son conocidos más datos sucios que ponen en evidencia que las autoridades capitalinas juegan un tenis de elite para pasarse de un bando a otro las responsabilidades derivadas del crimen múltiple cometido en una discoteca popular. El Pancho Pantera de la seguridad pública local (el secretario Ortega: fuerte, audaz y valiente) y el procurador de los apellidos capturables (Félix Cárdenas) manejan cartas tramposas y presionan a un jefe de gobierno que ha sido rebasado por las circunstancias y sólo atina a repetir discursos supuestamente justicieros que los días reducen a su auténtica realidad encubridora. El licenciado Errar con Jabón va perdiendo la iniciativa y la oportunidad, comprimido entre dos fuerzas chantajistas en pugna que le están desnudado públicamente.
Astillas
La Operación Jaque (diseñada en inglés, con “apoyo específico” confeso de Washington) trata de dar pentagonal aire al presidente colombiano y demeritar lo hecho por el venezolano en busca de la liberación de esos rehenes. Cual si fuesen videograbaciones de la AFI liberando secuestrados en México (es decir, montadas especialmente para la televisión, como si estuviesen sucediendo en ese momento), las figuras centrales de la historia se han apresurado en agradecimientos reiterados al gobierno con sede en Bogotá y a su presidente Uribe… Que dice The New York Times en un editorial que, en lugar de dar dinero a Los Pinos para la “guerra” contra el narcotráfico, el gobierno gringo debería destinarlo a programas en México para el desarrollo económico y la mejoría del sistema judicial. El diario considera que la próxima administración gringa “debe poner mucho más esfuerzo en el control de la demanda” y que, allá, “el uso indebido de drogas debe ser visto más como un problema de salud pública y no como un problema de aplicación de la ley. Hasta que la demanda no sea combatida en los hogares, no habrá ninguna posibilidad de ganar la guerra contra las drogas”. Entonces, se pregunta The Astillero Times, ¿cuál es el sentido real de la diaria matazón nacional? ¿Sólo se trata de maniobras con armados recursos públicos para imponer reacomodos de mercado, nuevas tarifas y nuevos “gerentes” regionales”? ¿El despliegue militar contra las drogas es un parapeto de la militarización del país para control social?... Sigue el jaleo, interno y externo, por las revelaciones de Manuel Espino que hablan de favores electorales pedidos por el panismo a gobernadores priístas para hacer ganar al alicaído candidato blanquiazul de 2006… John McCain viene por veinticuatro horas a ver si encuentra un Felipe McAbel… Y, mientras López Obrador lee un documento sobre el 2 de julio, sin aceptar preguntas de reporteros (que obligadamente le habrían preguntado sobre el caso New’s Divine), ¡hasta mañana, con un abrazo solidario a Jesusa Rodríguez y, aunque sea tardío, pero igualmente franco, al autor de Ciudad Perdida, Miguel Ángel Velázquez!
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