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viernes, 3 de julio de 2009





Micheletti, dispuesto a adelantar los comicios presidenciales previstos para noviembre
Difícil cambiar las cosas en un par de días”, prevé Insulza
Incesantes marchas en favor y en contra de Zelaya; no negociaremos nada: gobierno de facto

Reprimen a zelayistas en San Pedro Sula


Detienen a nicaragüenses que “vienen a atentar”
El Salvador, Nicaragua y Guatemala reabren sus fronteras al cumplirse un cierre de 48 horas


Arturo Cano
Enviado
Tegucigalpa, 2 de julio.


“Lo esperamos el sábado, señor Presidente”, dice la manta que los marchistas colocan frente a la oficina de la Organización de Naciones Unidas, mientras sueltan una lluvia de aplausos.
Las protestas en favor y en contra del presidente Manuel Zelaya se repiten hoy, en la víspera de la visita del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien desde Guyana destila su pesimismo: “Haré todo lo que pueda. Pero creo que será muy difícil cambiar las cosas en un par de días”.
Y será muy difícil porque el gobierno surgido del golpe de Estado mantiene inalterable su postura de que no sólo no permitirá el regreso de Zelaya al poder, sino que los detendrá si se atreve a poner un pie en territorio hondureño.
Insulza se propone hablar con funcionarios del gobierno de facto en cumplimiento de la resolución de la asamblea que lo facultó para que “junto a representantes de varios países, realice las gestiones diplomáticas dirigidas a restaurar la democracia y el Estado de derecho, y la restitución del presidente José Manuel Zelaya Rosales”.
El intercambio de obuses entre el gobierno instalado por los militares y la comunidad internacional continúa. “No podemos negociar nada”, dice Roberto Micheletti, el presidente nombrado por el Congreso tras la captura y destierro de Zelaya. Insulza le contesta en el mismo tono: “No vamos a Honduras a negociar. Vamos a Honduras para pedirles que cambien lo que se ha estado haciendo hasta ahora, y a buscar vías que permitan el retorno a la normalidad”.
Agradece apoyo
Desde Panamá, Zelaya agradece la nueva muestra de apoyo: “Él (Insulza) va a informar del ultimátum, no va a negociar absolutamente nada”. Para el derrocado presidente resulta inaudito que la OEA haya condenado un golpe de Estado: “Es una conquista histórica”.
La diferencia es que la respuesta de Micheletti no se queda en retórica. La acompañan la suspensión de garantías individuales durante el toque de queda, y el incremento de las acciones “preventivas”: la prohibición en los hechos de ingreso a Tegucigalpa de los partidarios de Zelaya, la detención de ciudadanos nicaragüenses que vienen a “atentar” contra Honduras y la represión a los zelayistas en San Pedro Sula. Los partidarios del presidente Zelaya son desalojados de la plaza principal de la ciudad para dar paso a la marcha de apoyo a Micheletti.
Mientras la comunidad internacional aprieta algunas tuercas (con el retiro de los embajadores de la Unión Europea, por ejemplo), otras se van aflojando. Este día, por ejemplo, se reabrieron las fronteras de Honduras, luego de cumplirse el cierre de 48 horas decretado por los gobiernos de El Salvador, Nicaragua y Guatemala. El cierre había provocado protestas de los empresarios, dada la fuerte dependencia comercial entre las naciones centroamericanas.
Represión en San Pedro Sula
Entre el sábado y el lunes, la asamblea determinaría si utiliza la Carta Democrática Interamericana, una herramienta que se empleó por última vez en 1962, cuando Cuba fue expulsada de la OEA. Paradójicamente, fue en esta nación donde apenas a principios de junio la OEA anuló la resolución contra la isla, a propuesta de Zelaya y sus aliados.
Y fue justo en San Pedro Sula, la segunda ciudad en importancia, la capital de las maquilas de este país centroamericano, donde hoy marchan miles de partidarios de Micheletti con carteles que caricaturizan a Hugo Chávez y a Fidel Castro. La marcha parte del norte de la ciudad y tiene previsto llegar al centro, donde desde el domingo se concentran los zelayistas.
A lo largo del día hay tres arremetidas policiacas, primero con gas lacrimógeno, luego una corretiza con macanas y para finalizar el desalojo de la plaza, para que ingresara la marcha de apoyo a Micheletti.
Según la diputada Silvia Ayala, del Partido Unificación Democrática, la única formación política con congresistas que apoyan a Zelaya, un joven resultó herido de bala y un fotógrafo de prensa fue golpeado en la cabeza. “Tenemos imágenes de video que muestran la agresión del ejército contra los manifestantes”, dice la diputada.
Tales imágenes no serán vistas en las televisoras locales, donde prácticamente están proscritas las manifestaciones de los zelayistas. En cambio, los canales de televisión no cubren ampliamente las marchas y mítines de apoyo al gobierno, sino incluso las convocan en los tiempos destinados a comerciales.
Las televisoras también transmiten un espot que muestra imágenes de las “marchas por la paz”, igual que hacen los canales antichavistas en Venezuela: la edición muestra multitudes, rostros esperanzados, palomas de la paz, banderas nacionales, todo con el fondo musical del Himno a la Alegría.
Según miembros del Frente de Resistencia, varios asesores de la oposición venezolana han sido vistos y oídos en un hotel del centro de Tegucigalpa, planeando los eslogans y las estrategias de las “marchas blancas” que se realizan en todo el territorio hondureño.
Para el gobierno de facto, su contraparte también hace lo suyo. Desde el golpe, políticos y medios informan de la presencia de “extranjeros que vienen a atacar a los hondureños”.
Este día, en el Canal 5 de televisión, la policía informa de la captura de cuatro nicaragüenses en el departamento de La Paz, que se suman a otros siete detenidos el miércoles en Tegucigalpa.
Héctor Iván Mejía, vocero de la Secretaría de Seguridad, dice que se ha detectado también la presencia de “salvadoreños y venezolanos” y llama a la ciudadanía a denunciar a “personas sospechosas con acento extranjero”.
El vocero policiaco también reconoce, en otro orden de cosas, que hay algunos ciudadanos “inquietos, con la situación del estado de sitio, perdón, del toque de queda”. Sin embargo, sigue, “el estado de sitio, no, el toque de queda, ha sido bien aceptado por la mayoría de la ciudadanía”.
Hacia un aeropuerto sitiado
Micheletti abre una rendija a pregunta expresa de la prensa, cuando se dice dispuesto a adelantar las elecciones presidenciales, previstas para finales de noviembre. “Totalmente de acuerdo, siempre dentro de la ley, no tengo ninguna objeción si acaso esa es una manera de solucionar estos problemas”. Es como ofrecer nada, dado el tiempo que tomaría a Honduras organizar un proceso electoral con supervisión internacional.
Las elecciones, además, son un futuro remoto para este país en vilo, más preocupado ahora por las marchas de este viernes, que confluirán, de zelayistas y antizelayistas, en los alrededores de la casa presidencial.
Y por el anunciado regreso de Zelaya, escoltado por Cristina Fernández, y Rafael Correa, previsto para el sábado o el domingo.
Micheletti y su canciller Enrique Ortez no se han cansado de repetir que si llega lo capturan. Pero Ortez también ha dicho que no lo dejarán entrar al país: “Más de 25 mil hondureños han dicho que están dispuestos a rodear el aeropuerto” para impedirlo. Otros miles también quieren ir al aeropuerto a darle la bienvenida.
¿Y Zelaya? Un ex alto funcionario muy cercano a Zelaya confía a La Jornada: “Está dispuesto a inmolarse”.

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