El legado de Ulises
José Gil Olmos
PROCESO
MÉXICO, D.F., 17 de noviembre (apro).-
Ulises Ruiz dice en
la televisión que fue un orgullo ser gobernador de Oaxaca en los últimos
seis años, y que, a pesar de que algunos grupos quisieron deponerlo,
sus gobernados lo impidieron. “Pronto nos veremos”, afirma al final de
su mensaje, dejando ver que seguirá actuando en la política con nuevos
espacios de poder.
El cinismo ha sido una de las características que Ulises
Ruiz ha mostrado desde joven, cuando era el operador electoral más
avezado del equipo de Roberto Madrazo y de César Augusto Santiago. Desde
mediados de los noventa ya se distinguía por ufanarse de saber cómo
realizar un fraude electoral sin que hubiera réplicas de la oposición;
con esas credenciales llegó a gobernar Oaxaca en 2004, dejando tras de
sí una estela de violaciones a los derechos humanos, muertes, represión,
impunidad y corrupción como ninguno otro de los gobernadores de esta
entidad.
En la edición más reciente de la revista Proceso (número 1776) el
corresponsal en Oaxaca, Pedro Matías, da cuenta de la larga lista negra
que Ulises Ruiz dejará al nuevo gobernador, Gabino Cué, quien tiene
ante sí la responsabilidad de dar una respuesta firme a las peticiones
de justicia que los oaxaqueños han lanzado desde que el pasado 4 de
julio perdiera el PRI las elecciones, por primera vez en 80 años de
gobierno ininterrumpido.
Las cifras que aparecen en el historial negro de Ulises son una
expresión del terror con el que gobernó y que con todo cinismo pretende
hacer una virtud dentro del PRI: 200 asesinatos de luchadores sociales,
políticos opositores y representantes indígenas; más de 600 detenciones,
380 casos de tortura, siete desapariciones forzadas, secuestros, cuatro
periodistas asesinados.
En el reportaje se señala que también permanecen sin cumplir mil 264
medidas cautelares dictadas por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos a favor de periodistas, activistas, sacerdotes y pueblos
enteros, lo mismo que las nueve solicitudes de juicio político contra
Ulises Ruiz que no prosperaron y 40 controversias constitucionales
interpuestas contra el gobernador por la destitución de funcionarios,
discrepancias en la asignación de recursos públicos a los municipios y
la revocación del mandato constitucional, principalmente de presidentes
municipales.
El saldo negativo del gobierno de Ulises Ruiz no esta sólo en la
parte social y de derechos humanos, también en las finanzas que han sido
manejadas con dolo a favor de su familia y sus amigos.
Recientemente, a mediados de septiembre, fueron detenidos Daniel
García Teurel Ortega y Martha Ortega Habib, hermana y sobrino del
secretario de Finanzas del estado, Miguel Ángel Ortega Habib, por el
delito de operación de recursos de procedencia ilícita. Ambos detenidos
no pudieron explicar el origen de mil millones de pesos que tenían en
sus manos.
El monto fue más de lo que reportó la Procuraduría General de la
República. Según los legisladores del PAN y PRD en el Congreso de
Oaxaca, en realidad se investigaban 4 mil 800 millones de pesos que
fueron detectados en las cuentas bancarias de los familiares de Ortega
Habib.
Desde el inicio, el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz ha estado salpicado
por este tipo de escándalos financieros. Habría que recordar el
reportaje publicado en Proceso por la reportera
Patricia Dávila sobre el hospital privado SEDNA con un costo de mil 500
millones de pesos instalado en la Ciudad de México sin que haya claridad
en el origen de los recursos utilizados. Dicho hospital está a nombre
María de Lourdes Salinas Ortiz, esposa de Ulises Ruiz.
También los gastos erogados en la reconstrucción del Zócalo de la
capital oaxaqueña a una constructora de su propia familia; igualmente
los mil millones que gastó en la Ciudad Judicial, 11 millones 400 mil
pesos que destinó a pueblos que integran la Ruta Dominica y 6 mil
millones que deja como deuda pública por la firma de Contratos de
Servicios de Largo Plazo, mejor conocidos como PPS.
Paradójicamente mientras hizo esos gastos extraordinarios sin ofrecer
un reporte claro, Ulises Ruiz privó al ayuntamiento de Oaxaca de Juárez
de más de 44 millones de pesos de recursos federales, lo cual generó un
colapso financiero en la capital del estado, al grado de no tener ni
para pagar el alumbrado público.
En sus últimos días Ulises Ruiz se ha dedicado a difundir una serie
de mensajes como despedida de su gestión de seis años. En uno de ellos,
acusa la existencia de “grupos” que tenían paralizado al estado pero que
gracias a su gobierno, esto se superó y ahora Oaxaca está listo para
seguir creciendo en paz; en otro anuncia que “pronto nos veremos”.
Esto es, quizá, lo que muchas organizaciones y personas lastimadas
por su gobierno espera, pero verlo pronto ante tribunales judiciales, a
fin de que responsa a todos y cada uno de los agravios. Si, pronto nos
veremos, pero para ajustar cuentas con la justicia.
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