Las cuentas sucias de Fox y Calderón
Falta de transparencia, corrupción, subejercicios e
ineficiencia para manejar más de un billón de pesos por excedentes
petroleros –que no se sabe dónde están o en qué se gastaron– halló
Arturo González de Aragón al fiscalizar, como auditor superior de la
federación, las cuentas públicas del gobierno de Vicente Fox y dos años
de la administración de Felipe Calderón. Ya retirado de su importante
función, revela en entrevista las “cochinas” maniobras con las que el
gobierno federal, a través del secretario de Hacienda Francisco Gil
Díaz, lo presionó constantemente para que no ahondara en las
ilegalidades y dejara impunes a sus personeros.
Jesusa Cervantes
MÉXICO, D.F., 21 de agosto (Proceso).-
Titular de la Auditoría
Superior de la Federación (ASF) de 2002 a 2009, el contador Arturo
González de Aragón revela en entrevista con Proceso que
durante su gestión recibió presiones del Ejecutivo Federal; anónimos y
amenazas de los banqueros para que modificara sus dictámenes sobre las
cuentas públicas que se referían al rescate bancario, y “sugerencias”
del PRI para que en el caso del Pemexgate emitiera recomendaciones laxas y que no se trataran “jamás de Francisco Labastida”.
Además, González de Aragón hubo de confrontar a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN), que revirtió sus dictámenes sobre la
ilegalidad de los casos de Fobaproa, ISOSA y los multimillonarios
Contratos de Servicios Múltiples de Pemex que autorizó el entonces
director jurídico de la paraestatal, César Nava, con la anuencia de
Felipe Calderón como secretario de Energía. Particularmente lo
sorprendió la decisión de la SCJN en el caso del Fobaproa, ya que se
inclinó a favor “de los bancos y los banqueros” e impidió que el erario
recuperara 100 mil millones de pesos.
A ocho meses de haber dejado la ASF y dedicado por ahora a concluir
un libro de reflexiones, González de Aragón recuerda que desde la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) Francisco Gil Díaz lo
acosó con auditorías personales, a su despacho e incluso a una empresa
de la que ya no formaba parte. El “finiquito” de tales auditorías lo
retuvo durante meses dicho funcionario “como una espada de Damocles”.
También la Procuraduría General de la República lo investigó cuando
indagaba sobre la posible desviación de recursos públicos hacia la
fundación Vamos México, de Marta Sahagún, la esposa del presidente Fox.
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