Prepotente embestida de Televisa a Carmen Aristegui
Autor: Álvaro Cepeda Neri |
25 Abril 2010
CONTRALINEA
Al estilo ya no de “soldado del Partido
Revolucionario Institucional”, sino de “coronel del Partido Acción
Nacional”, Televisa, la empresa de abusos mediáticos, con su constante
golpismo antidemocrático y antirrepublicano, arremete amenazante contra
Carmen Aristegui.
Compañera del duopolio televisivo
que se ensaña, por su “universalismo” de creyente en el sacrosanto
mercado libre, que no existe en ninguna parte del capitalismo mundial,
salvo en la teoría de Adam Smith (con sus asegunes previstos
por éste), Televisa busca desinformar a la opinión pública atenta a otro
escándalo de la empresa que hace alarde de sus “sociedades y alianzas…
con estricto apego a la legalidad”, como cínicamente publicó en varios
desplegados, para censurar la tarea informativa, veraz y contrastada que
realiza la periodista.
Le molesta a Televisa que Carmen
Aristegui entreviste a actores del escenario público, llevándole la
cuenta de si han sido dos o tres veces; pero cuando Televisa se propone,
obsesiva e impunemente, atacar a un ciudadano y/o abusar de su poder,
contra una institución, el Estado, el gobierno y la sociedad en lo
individual o lo colectivo (ya vienen las acciones colectivas, que podrán
ejercerse contra la programación perversa de Televisa), lo hace a la
luz de toda ilegalidad.
Televisa quiere ser intocable, y
maneja su imperio de televisión abierta (y por cable) supliendo a la
Secretaría de Educación Pública, ahora en mayor complicidad con los
gobiernos panistas, para contraeducar masivamente en términos made
in USA. Intenta su tozuda conducta en el servicio público,
escudándose en su raíz comercial privada para oponerse a la Constitución
Política. Desinforma y, con sus dizque analistas y periodistas
“independientes”, ha fortalecido su poder hasta oponerse a la expedición
de una ley reglamentaria constitucional para normar ese servicio.
Quiere una “legalidad” a la medida de sus intereses y controlar sus
fines como Estado dentro del Estado; igual que la delincuencia
organizada intenta ser otro Estado dentro del Estado. Estos dos aspiran a
ser, con su violencia criminal y audiovisual, superestados, para
someter al Estado mexicano.
Intransigentemente, Televisa (por
la que da la cara su director general de Comunicación) osa advertirle a
la periodista Carmen Aristegui que no debe ejercer las libertades
constitucionales de prensa para ventilar lo que tenga como protagonista a
esa empresa, ya que ésta está, supuestamente, por encima de la libertad
de expresión, un derecho de todos los mexicanos, tengan o no un
cuasimonopolio que sabotee la soberanía nacional para la globalización
tenebrosa de los medios mediáticos y los fines antidemocráticos del
Estado mexicano. La “respuesta” a un socio que decidió destapar la caja
idiota fue el pretexto para atacar a la periodista y querer
dictaminar siquiátricamente la obsesión de Televisa por su golpismo,
cuando su “cobertura informativa” no corresponde a sus manías por
manipularla para engañar y mentir a su audiencia.
Televisa declara a Carmen Aristegui
como su enemiga. No admite la competencia, por su posicionamiento
monopólico, por su concepto liliputiense del pluralismo
informativo y porque supone que tiene a los únicos periodistas que
pueden cuestionar (ellos sí hasta la vida privada) la vida pública. Su
ataque a Carmen Aristegui, disfrazado de “respuesta al señor Simón
Charaf”, quien ha ratificado sus imputaciones a la empresa mediática (Proceso,
28 de marzo de 2010), confirma que el Grupo Televisa la trae contra la
periodista. Como los fascismos y neofascismos, Televisa ¡no pasará!
cepedaneri@prodigy.net.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario