EL DESPISTADO
MORENA EN SU ENCRUCIJADA.
Todos sabíamos que en la ruta hacia el 2018, Morena
enfrentaría situaciones muy difíciles, a las que tendría que responder con
madurez e inteligencia. Lo que nadie imaginaba es que uno de los primeros
conflictos graves, nacería al interior del Partido y no debido a la presión del
gobierno, o de los otros institutos políticos. Morena encara en este momento un
problema que nos muestra que la solidez que le conocemos, puede ser únicamente
de apariencia.
El proceso de selección para definir al coordinador de organización
en la Ciudad de México, se convirtió en detonador de una serie de
cuestionamientos al Partido, sobre la eficacia y transparencia en los métodos
que se usan, para asignar candidaturas. La inconformidad sobre el resultado
obtenido, abre un flanco vulnerable en el Partido, que están aprovechando muy a
su conveniencia los integrantes de la derecha neoliberal y sus incondicionales
medios informativos.
Aquí hay dos problemas. El primero y más importante es la
metodología usada; se le acusa de no ser transparente y en realidad no lo es.
La encuesta, sus resultados, su mecánica y demás información, se manejaron en
principio de manera secreta; el ciudadano no tuvo en sus manos información
sobre la misma, hasta que el problema estalló y obligado por la presión social,
el Partido hizo públicos los datos. La dirigencia de Morena argumenta que se
trata de un proceso interno, apegado enteramente al Estatuto. Esto no es
correcto; interno es cuando la encuesta es solo entre la militancia y se
procesa íntegramente dentro del Partido; pero cuando abres la encuesta a la
ciudadanía, pierde su carácter privado y todos nos convertimos en probables
encuestados. Entonces se hace indispensable poner a disposición del ciudadano,
la información pertinente, antes de iniciado el ejercicio. El procesamiento de
los datos obtenidos en esa encuesta, la "ponderación" de la
información para determinar al ganador, se realizó también a puerta cerrada.
Nadie conocía los mecanismos que llevaron al triunfo a uno de los candidatos,
ni por qué los otros perdieron. Después de los reclamos se puso todo sobre la
mesa, pero el ocultamiento inicial y el daño ocasionado, ya estaban hechos. No
es la primera vez que se generan problemas por el uso de este método para
definir candidaturas; no es nada transparente y con todo y que está acorde al
Estatuto, en la práctica demuestra su pobreza operativa. Habría que modificar
el Estatuto y evitar caer en el mismo "socavón" a cada paso.
Ese punto es el que preocupa principalmente al ciudadano que
simpatiza con Morena: que los procedimientos sean democráticos y transparentes.
No queremos oscuridad u opacidad en estos ejercicios; necesitamos un Partido de
ventanas abiertas, donde todo esté a la vista y claro. La cuestión de fondo no
es quien ganó, o quien perdió. Lo que un sector considerable de simpatizantes
está pidiendo es transparencia en la toma de decisiones; eso es lo medular en
este asunto.
El segundo problema, tiene que ver con el tratamiento que la
dirigencia del Partido está dando a la inconformidad de Ricardo Monreal, por el
resultado de la encuesta. El Delegado en Cuauhtémoc ha pedido hasta el día de
hoy, una reconsideración sobre un fallo que no le fue favorable; no quiere la
senaduría que le ofrecen, sino que se reevalúe el resultado del ejercicio de
selección; ha dicho que su primera opción es arreglar las cosas dentro de
Morena; de no haber acuerdo positivo, pensaría en otras vías para competir por
la candidatura al gobierno de la Capital. Uno se pregunta ¿es tan difícil un
nuevo escrutinio sobre la misma encuesta, o incluso reponer el ejercicio?
Monreal está en su derecho de manifestarse inconforme; es parte de la libertad
individual que debe existir en toda institución pública. No es que tenga la
razón; pero hay que revisar nuevamente, para determinar que no se cometieron
errores al "ponderar" la información obtenida. El mismo derecho
habrían tenido Sheinbaum, Batres o Delgado, si no hubieran estado de acuerdo
con el resultado. Que Monreal se había comprometido a dar apoyo a Sheinbaum si
resultaba ganadora es cierto, pero el hecho de pedir una reconsideración, no lo
hace faltar a su palabra. Únicamente está pidiendo que se revise el resultado,
o si se quiere, que se reponga el ejercicio.
El problema de Monreal es político; en cualquier Partido hay
estos desencuentros entre quien ganó y perdió; más cuando los procedimientos y
métodos usados para la selección no son claros. Ahí es donde las dirigencias
muestran su madurez y habilidad para resolver las situaciones, con el menor
daño para el Partido. En Morena se está dejando crecer la bola de nieve y nadie
parece tener interés en detenerla. El diálogo y el entendimiento mutuo están
quedando al margen. Lo triste, es ver como una cuestión política, deviene en
ataque personal por parte de figuras importantes que están dentro de Morena, o
son simpatizantes del Partido. Que lamentable leer los tuits de ayer de John M
Ackerman, descalificando a Monreal en base a mentiras y calumnias. Estos fueron
dos de sus mensajes: "Encuesta #Morena demostró que @RicardoMonrealA
hubiera sido un terrible candidato para #CDMX. Aquí estudio completo:
http://morena.si/wp-content/uploads/2017/08/encuestacdmx.pdf ...",
"Al parecer, nos hemos librado de otro Mancera. Comportamiento actual de
Monreal confirma pq tantos dijeron en encuesta q era mal candidato".
La encuesta no está hecha para demostrar quién es el peor
participante, sino para señalar al mejor. De un universo de 1,113 encuestados,
donde el 60% dijo que no votaba por alguno o se negó a responder y después de
quitar el porcentaje de los que si estaban a favor de Monreal, ¿dónde están los
"tantos" que dijeron que era mal candidato? Alguien debiera decirle a
Jhon que esa no es la forma de hacer política que se espera de él.
Lo importante para Morena es parar esto en forma inmediata y
con el menor daño posible. La salida de Monreal, le dificulta evidentemente el
panorama rumbo al 2018. Salir pelados con él, es lo menos recomendable. Monreal
ha hablado de una cúpula de poder que controla todo movimiento en Morena. No es
la primera vez que escuchamos esto. De salir de mala manera del Partido,
comenzarán a salir a la luz nombres y acciones que serán utilizados por la
derecha para descalificar a Morena, en la ruta hacia el 2018. ¿Estamos jugando
para que se fortalezca el enemigo?
Urge diálogo, acuerdo y negociación; a fin de cuentas, esa
es la esencia de la política. No más descalificación, no más agresión; faltan
cabezas frías que solucionen y no compliquen las cosas. Por cierto, no he leído
respuestas ofensivas de Monreal, a la andanada de insultos en su contra.
Malthus Gamba
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